Boca ganó bajo su propia ley

SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA.- El chico, que había arrancado emocionado, filmando todo con su celular en el magnífico escenario local, con la Loma de Felipe Varela de fondo y apuntándoles a los hinchas que se quedaron fuera del estadio, pero no de la fiesta, terminó sufriendo porque Deportivo Merlo, el humilde equipo de la B Nacional, lo había puesto en jaque a su Boca. Ese zurdazo desde fuera del área de Friedrich, cuando el reloj marcaba el top de los 45 minutos, alargó el segundo tiempo y llevó la definición a los penales. Y siempre que parece que esta vez sí el conjunto xeneize quedará eliminado, saca fuerzas de donde parece no tener y, con mucha personalidad, sigue en carrera.

Boca, que antes de la llegada de Julio César Falcioni se había desacostumbrado a extender su protagonismo hasta las instancias finales, está nuevamente a las puerta de un título, situación que definirá con Racing . Boca se ilusiona con la recta decisiva de un semestre que puede tenerlo celebrando un campeonato, dos, tres o? ninguno, haciendo extensiva la consideración a la Copa Libertadores, donde está en semifinales, y el torneo Clausura, en el cual mantiene el liderazgo a tres fechas del final. Sí, a Boca le quedan ocho partidos para quedarse con todo. Los jugadores no piensan en otra alternativa. Y esa personalidad ganadora es la que lo lleva a inclinar la balanza en situaciones límite.

El conjunto xeneize, a lo largo de la competencia, consiguió el boleto para el último partido por la vía del código penal. En cuatro de sus cinco llaves se vio vencedor por ese camino. Salvo ante Central Córdoba, de Rosario, al que venció 2-0, al resto de los adversarios los despachó con atajadas de Sebastián Sosa, ayer otra vez decisivo, y con la eficacia de sus ejecutantes. Primero fue Santamarina, de Tandil ; luego Olimpo, de Bahía Blanca ; más tarde Rosario Central , y por último, Deportivo Merlo. En los cuatro casos igualó 1-1 y luego se impuso en una lotería que tiene condimentos de la suerte y de los otros, de los merecimientos.

Porque cada uno, a su manera, tuvo la chance de eliminar a Boca. El último ejemplo estuvo hace pocos días con Rosario Central: ganaba 1-0 con gol de Toledo y tenía un penal a favor, pero el mismo Sosa se lo desvió al goleador. El conjunto rosarino dejó pasar su chance y... Ayer, parecía que Merlo podía dar el golpe aprovechando justamente el resto anímico, con el empate en el final, cuando Boca ya empezaba a cambiar el chip con la mente en Banfield.

Friedrich pasó de héroe a villano en dos segundos, ya que hizo el golazo del 1-1 y luego falló el penal que le dio el pasaje a Boca. De todas formas, vale el reconocimiento para él y para Merlo, que dejó en el camino a rivales difíciles, como Estudiantes y Tigre, y que no fue menos que Boca en el balance global, mostrándole un libreto de pelotas paradas preparadas interesantes, algunas de ellas, incluso, estuvieron cerca de darle resultado.

Los xeneizes se pusieron en ventaja con un golazo de Riquelme en un momento donde los delanteros Cvitanich y Silva estaban sin peso ofensivo, donde su costado defensivo izquierdo (Caruzzo y Sánchez Miño) se destacaba en quites y resoluciones, en entregas limpias y proyecciones que le dieron más de un dolor de cabeza a Capogrosso. El viento también jugó su partido. Favoreció a Merlo en la primera etapa, y en la segunda, cuando los xeneizes esperaban contar con ese aliado, surgió sin fuerza y se terminó frenando por completo.

En el final, la cámara del chico se puso en pausa y el escenario se enfrió con el gol de Friedrich, pero los casi 30.000 hinchas presentes en el estadio se desahogaron con la atajada de Sosa y el último remate convertido por Caruzzo. En el medio, Román se había animado a picar la pelota, a resolver con elegancia una responsabilidad a la que muchos le escapan. En eso, observando el historial reciente (y no tan reciente), también saca ventaja Boca.