Champions League: Atlético de Madrid estaba complicado, pero venció a Porto con goles de Ángel Correa y Rodrigo De Paul y avanzó a los octavos
El equipo dirigido por Diego Simeone se impuso en Portugal y, favorecido por la derrota de Milan contra Liverpool, se salvó de quedar fuera; Agustín Marchesín fue expulsado en el banco.
Atlético de Madrid revirtió el resultado y ganó por 3-1 en su visita a Porto y se clasificó para los octavos de la Liga de Campeones, gracias también al 2-1 de Liverpool contra Milan en la última jornada de la etapa de grupos. Los colchoneros tenían que ganar y esperar que el club italiano no lo hiciera en su estadio. Así ocurrió y el equipo conducido por Diego Simeone vuelve a estar entre los 16 mejores de Europa.
”Siento tantas cosas... Orgullo del equipo. Lo dimos todo. Esto es el Atleti. La Liga y la Champions son largas. Habrá momentos buenos y malos. Y en los malos necesitamos más a nuestra gente, que siempre responde”, dijo Antoine Griezmann, el autor del primer tanto. Liverpool tenía ya asegurado finalizar primero, Atlético pasó como segundo y Porto jugará la Europa League. Milan quedó eliminado de todo. ”El rival, con empatar, se clasificaba. Compite muy bien, pero tuvimos grandes actuaciones y un gran rendimiento como equipo. Terminan ganando los equipos que trabajan todos a lo mismo”, dijo Simeone.
Atlético se puso por delante en un córner lanzado por Thomas Lemar. La defensa del club portugués olvidó a Griezmann en el segundo palo y el francés sólo tuvo que poner un pie para marcar, a los 11 minutos del segundo tiempo.
El gol de Ángel Correa
En contragolpe, con Porto volcado a la búsqueda del empate, Ángel Correa, a los 44, y Rodrigo de Paul, en el segundo minuto adicional, liquidaron el partido. En el último instante Porto recortó diferencias, por medio de un penal de Sergio Oliveira.
El tanto de Rodrigo De Paul
El partido, de alto voltaje, terminó con diez jugadores por equipo. En Atlético fue expulsado Yannick Carrasco, y en Porto, el brasileño Wendell y el arquero argentino Agustín Marchesín, que ni siquiera jugó.
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