Jonathan Galván no pudo con Armani y Racing vivió una verdadera montaña rusa con los penales

Los nervios en Avellaneda desbordaban el Cilindro, mientras del otro lado del Riachuelo Boca le ganaba por 2 a 1 a Independiente. El cero en el encuentro era difícil de quebrar y veía cómo de a poco se le iba escapando el título. Sin embargo, la luz de esperanza se encendió a poco de comenzado el segundo tiempo.

A los 8 minutos, un pelotazo de Piovi desde la puerta de su área encontró a River distraído y a los dos centrales en línea y sin reacción. El largo envío buscó una diagonal sensacional de Enzo Copetti. El delantero se adelantó a Javier Pinola, que desde atrás apoyó su mano en la espalda del rival. El goleador de Racing se dejó caer y el árbitro, Pablo Echevarría, que estaba bastante lejos, cobró penal sin dudar.

Pese a las protestas de los jugadores de River, el VAR no llamó al referí, que se mantuvo en su decisión. Racing tenía ante sus ojos la posibilidad de ponerse al frente y esperar una reacción de su rival de siempre en la Bombonera.

No fue Copetti el encargado de patear, sino un especialista de pie exquisito: el paraguayo Matías Rojas, que ejecutó con maestría, alto, casi al ángulo derecho de un Franco Armani que adivinó la intención pero no llegó a sacarla. De esta manera, Racing se ponía 1 a 0 y respiraba porque su misión iba viento en popa. Faltaba que el resto se hiciera en otro estadio.

Todo era alegría en el Cilindro, a partir de que el pibe Vallejo enmudeció la Bombonera al poner el 2 a 2. La gente de Racing se envalentonó y empujó a su equipo, que con un gol estaba cerca del título. A tres minutos del final, Herrera tomó a Sigali para evitar que cabecee un centro pasado y Echevarría cobró penal.

Como Rojas ya no estaba en la cancha, el encargado fue Galván, que había ingresado minutos antes para conformar una defensa de cinco hombres. Pero el exfutbolista de Huracán le pegó muy anunciado y el derechazo encontró una buena respuesta de Armani. El arquero de River dio rebote, pero Oroz, que llegó con su zurda, la mandó arriba del travesaño.

Luego vendría el gol de Borja, el 2-1 para River y la desazón de todos los hinchas de Racing.