Nani Roma, más allá de toda polémica

VALPARAÍSO, Chile.– Los campamentos del Dakar son especiales. Allí se convive con cualquiera, sin distinción ni privilegios. A la hora de la cena, las mesas son iguales y no hay diferencias. Y hay espacio para las conversaciones. Ricas, llamativas, amables. Por allí estaba sentado Joan Roma, "Nani". No hay forma de llamarlo de otra manera. "Es que si me llaman por mi nombre, no me inmuto", se ríe. El catalán es el flamante ganador en autos, con un Mini.

La definición fue la más ajustada de la historia del Dakar, ya que Roma comenzó la última etapa con una desventaja de apenas 26 segundos respecto de su compañero, la gran figura Stéphane Peterhansel. La resolución fue explosiva por las declaraciones del propio compañero, que sentenció que habría orden de equipo. Y el francés, el mismo que ganó once veces esta competencia, lo demostró con sus tiempos. Los que logró al descontar en cinco etapas una desventaja de 33 minutos, como también en la etapa de ayer, la última, al quedar a 5m38s en apenas 157 kilómetros de prueba especial final.

Roma es el nuevo ganador en autos, justo diez años después de haber conquistado esta prueba en la categoría motos. "De chico era arquero. Y no era tan malo. De hecho me empujaban para que me dedicara al fútbol profesional. Pero un día conseguí una moto y se terminó todo. Mi pasión pasó a ser la velocidad", recuerda alegremente quien ahora es la victoriosa figura de la mítica competencia.

Roma fue el primer español en desembarcar firmemente en el mundo Dakar. En 1996, empujado por las increíbles historias que escuchaba de sus amigos franceses atravesando el desierto africano, se esforzó para concretar el sueño de participar de esas travesías que le parecían fascinantes. Visitaba empresas "vendiendo" un proyecto que lidiaba más con la locura que con lo deportivo. Sufrió accidentes y una vez lo rescataron deshidratado e inconsciente. Hasta que en 2004 tocó el cielo con las manos al vencer en motos. Hasta ese momento cumbre había participado 8 veces y sólo había llegado en tres.

Este Dakar 2014 fue especial para Roma. No sólo porque integraba el mejor equipo, el X-Raid, con Mini. Se sentía candidato. Lo dijo en la Argentina, a mediados de 2013, cuando ganó en la Ruta 40. Pero además corrió el Dakar con su esposa, Rosa Romero, que participó en motos. "Estoy acostumbrada a quedarme en casa, nerviosa, preguntando cómo le va en el desierto. De esta manera, yo estoy más cerca", comentó Rosa, que dejó a sus tres hijos, Abril, Julia y Marc, con los abuelos. Ella no tuvo suerte: tras pasarla mal en El Nihuil, abandonó en la Argentina, aunque continuó en la caravana.

Nani Roma no sólo estuvo en la Argentina para competir en la Ruta 40 y participar del plan de desarrollo del equipo Mini. También estuvo en Buenos Aires para exponer su experiencia en las conferencias que la ASO (empresa que organiza el Dakar) ofrece a los debutantes y principiantes. Con suma paciencia y pedagogía, explicó cada detalle de la mítica competencia. "Es muy bueno estar en esas jornadas, porque uno va como el gran experimentado, pero te aseguro que soy yo el que más aprende", afirmó.

Peterhansel se hizo notar con su talento para atravesar el desierto chileno. Sobre esa superficie sacó a relucir su habilidad y tras permanecer a media hora de su compañero español, anteayer lo superó por apenas 26 segundos. El escándalo estalló dentro del equipo. "Pareciera que llegué ayer, pero si estoy acá peleando es porque hice una excelente carrera", dijo muy ofuscado Roma ante las declaraciones de su compañero, que sostuvo que había orden de equipo. Todo quedó listo, al parecer, para que "Monsieur Dakar" dejase el team X-Raid y pase a conformar el futuro equipo Peugeot, que utilizará un prototipo con el formato del 2008. Y con una bebida energizante como patrocinante principal, tendrá como compañeros de equipo al español Carlos Sainz y al francés ex campeón mundial de rally Sébastien Loeb, que conoció en persona el mundo Dakar con media travesía.

"Casualmente, el 18 de enero de 2004 gané el Dakar en motos. Fue una de las competencias más difíciles que me tocó disputar. Fue extrema. La primera semana, por la dureza de los caminos. Y la segunda porque estaba adelante, con etapas muy extensas, y era difícil salir a defender la punta. Sin dudas que este triunfo se lo dedico a Henry Magne, que fuera mi copiloto y falleció en un accidente. No tengo dudas de que me ayudó desde el cielo", comentó muy emocionado el español, que mañana mismo llegará al aeropuerto El Prat, de Barcelona.