Otra historia de hermanos unidos por la misma pasión
El tiempo ya estaba cumplido y la pizarra marcaba un contundente 48-23 de Hindú sobre el SIC, pero Nicolás Fernández Miranda seguía pidiéndole desaforado a sus jugadores que se concentraran, en un grito que solo se apagó con el pitazo final. Es que luego de dos actuaciones en las que había ganado sobre la hora, el bicampeón debía demostrar que seguía siendo el rival a vencer.
Si bien los forwards dominaron las formaciones fijas, quienes remataron la faena fueron los backs, que anotaron siete de los ocho tries. Aunque tres de ellos tuvieron el mismo apellido, Cancelliere, fueron dos los nombres: Sebastián, que marcó dos, y Martín, que cerró la goleada.
Cuando los hermanos llegaron a Hindú, en 1998, el club iba camino a ganar su segundo título de la URBA, el primero en solitario. Martín tenía seis años y Sebastián, cinco. Aunque papá Marcelo jugó de chico en el CASI y en Belgrano, quien determinó que los chicos jugaran en Hindú fue Carolina, que había jugado al hockey en Hindú y quería que los chicos fueran al club del barrio: "La influencia de mi vieja pesó más y fue una buena decisión", comentó entre risas Martín.
Las oportunidades de jugar juntos son pocas, ya que Martín lo suele hacer en Intermedia, así que las aprovechan al máximo. "Menores de 19 fue el mejor año porque lo compartimos. Es una sensación rara pero divertida", sostuvo Sebastián.
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