Los Pumas vs. Inglaterra en el Mundial de rugby: el plan para ganar en el debut frente a una potencia debilitada pero peligrosa

PARÍS, Francia.– El Mundial de rugby es un acontecimiento tan grande que con sus beneficios financia prácticamente toda la actividad internacional durante cuatro años. Es tan grande que en las últimos cuatro temporadas todo lo que hicieron los jugadores argentinos, con un grado ínfimo de exageración, estuvo dirigido al certamen que para ellos comenzará este sábado. La posibilidad, lejana pero cierta, de que los Pumas estén el 28 de octubre en el Stade de France es su razón de ser.

Para llegar a Saint-Denis, deberán recorrerr un camino que exigirá lo mejor de sí. El estreno, más allá de todas las dudas que envuelven al rival, está dentro de esos parámetros: la Argentina tiene armas como para derrotar a Inglaterra, pero no puede permitirse recaer en los varios baches que salpicaron un proceso que ha sido progresivo y ascendente y que por momentos se acercó al ideal, pero que está lejos de ser una obra terminada. A partir de las 16 de Buenos Aires en el Stade Vélodrome, de Marsella, se sabrá si habrá sido suficiente.

La derrota a manos de este mismo adversario en Japón 2019, que signó la salida prematura de un equipo que tenía recursos como para llegar más lejos, marcó también el punto de partida de esta etapa. Un trazado que se forjó con base en sucesos, como la primera victoria sobre los All Blacks, y golpes, como la salida anticipada de Mario Ledesma. La llegada de Michael Cheika a la conducción corrigió la trayectoria. El australiano tuvo la virtud devolverle al equipo la confianza en sí y, paralelamente, lo dotó de herramientas técnicas y tácticas que se tradujeron en resultados que vale recordar: la primera victoria en una serie en la Argentina en 15 años (2-1 a Escocia), mayor goleada a un seleccionado del Tier 1 (48-17 a Australia), el primer éxito contra los All Blacks en Nueva Zelanda y el segundo ante Inglaterra en Twickenham.

Razones suficientes como para sentir los argentinos que estaban a la altura de las potencias, pero atenuadas por factores que los alejaban: cuestiones más relacionadas con el aspecto mental, como la indisciplina y los lapsos de desconcentración en que el equipo parece irse del partido, y otras directamente deportivas, como la falta de definición en los últimos metros, la insuficiente solidez del scrum y la permeable defensa contra el maul.

En la preparación previa, los Pumas mostraron progresos en todos los aspectos. La derrota por un punto ante Sudáfrica en Ellis Park fue el ápice de rendimiento, aun con margen de crecimiento. Pero la caída ante un conjunto alternativo de Springboks una semana más tarde en Vélez, en medio de cuestiones extrarrugbísticas que generaron ruido (como la inminencia de la lista y la despedida del país), dejó en claro que este plantel no puede permitirse distracciones. Un mínimo desvío del foco es suficiente para descalibrar todo.

Lo que se infiere luego de estar en contacto con el grupo esta semana, desde que los Pumas dejaron Buenos Aires para cerrar la preparación en Portugal, partido en Madrid incluido, es que tienen muy claro qué deben hacer para redondear un Mundial exitoso y están abocados 100% a mantener esa línea. Excepto por las bajas de Nahuel Tetaz Chaparro y Santiago Grondona, importantes pero no determinantes, todo corrió por carriles de normalidad.

El plan de juego está claro. Como base, tener solidez en las formaciones fijas (idealmente someter con el scrum, un punto al que todavía no se llegó), intimidar con el tackle para generar contraataques y ser contundentes en el ruck para tener pelotas rápidas y producir desequilibrio con los backs. A partir de 2023 se observó un auspicioso manejo de la pelota, con ataques de muchas fases, paciencia y capacidad de desequilibrio. Más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo ante un oponente muy fuerte en el breakdown.

Enfrente, la situación es inversa. Inglaterra llega golpeado. Pese a que desde que asumió este año el entrenador Steve Borthwick intentó afirmar al equipo sobre las bases del rugby inglés, nunca alcanzó consistencia. Se sumaron lesiones y suspensiones y arreciaron las críticas desde todos los flancos.

No se debe obviar que los ingleses vencieron a los Pumas las tres veces que se enfrentaron en mundiales (1995, 2011 y 2019) y en 10 de las últimas 11. Claro que la onceava fue el triunfo argentino en Twickenham.

Movimientos en el último ensayo, en Marsella

En la conformación del equipo para el debut, el entrenador apostó por dos jugadores que ni siquiera estaban en el plantel de los 33 iniciales: el medio-scrum Alex Micthell y el veterano wing Jonny May. La apuesta es clara: juego posicional y uso del pie, intento de predomino de los forwards y ataques frontales con los backs (sobre todo vía Manu Tuilagi-Joe Marchant), bajo riesgo.

Cheika respondió con seis forwards en el banco, toda una novedad. Preserva a Tomás Cubelli y Guido Petti Pagadizábal va como suplente; dos que venían de lesiones. El Mundial recién empieza.

Importa el resultado, porque una victoria infundiría una dosis de confianza invaluable para los Pumas, pero también importan las formas. Una derrota en el debut no es determinante. Sobran ejemplos de equipos que, luego de perder el primer partido, llegaron al último. En ese contexto, no es lo mismo caer producto de desatenciones que por virtudes del contrincante. Los rivales siguientes, Samoa, Chile y Japón, son demandantes pero inferiores a los Pumas.

Por las calles de París ya se advierte la presencia de hinchas argentinos, que compraron el paquete completo y estuvieron también en el partido inaugural. Se espera que una gran cantidad de público aliente al seleccionado, algo que puede transformarse en un factor. Más allá de que los Pumas convocan en todas partes del mundo, el efecto del título de campeón mundial de Lionel Messi y compañía en Qatar potenció esa argentinidad. De todas formas, habrá mayoría de ingleses, que están a un ferry y un tren de distancia.

Los Pumas hicieron lo que tenían que hacer para llegar hasta aquí. Ahora es momento de plasmarlo en la cancha.

Las formaciones

• Argentina: Juan Cruz Mallía; Emiliano Boffelli, Lucio Cinti, Santiago Chocobares y Mateo Carreras; Santiago Carreras y Gonzalo Bertranou; Marcos Kremer, Juan Martín González y Pablo Matera; Tomás Lavanini y Matías Alemanno; Francisco Gómez Kodela, Julián Montoya (capitán) y Thomas Gallo.
• Entrenador: Michael Cheika.
• Suplentes: Agustín Creevy, Joel Sclavi, Eduardo Bello, Guido Petti Pagadizábal, Pedro Rubiolo, Rodrigo Bruni, Lautaro Bazán Vélez y Matías Moroni.
• Inglaterra: Freddie Steward; Jonny May, Joe Marchant, Manu Tuilagi y Elliot Daly; George Ford y Alex Mitchel; Tom Curry, Ben Earl, y Courtney Lawes (capitán); Ollie Chessum y Maro Itoje; Dan Cole, Jamie George y Ellis Genge.
• Entrenador: Steve Borthwick.
• Suplentes: Theo Dan, Joe Marler, Will Stuart, George Martin, Lewis Ludlam, Danny Care, Marcus Smith y Ollie Lawrence.
• Hora: 16 de la Argentina.
• Árbitro: Mathieu Reynal (Francia).
• Estadio: Vélodrome, de Marsella.
• TV: TV Pública, ESPN y Star+.

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