Favorecido ya desde el sorteo, el seleccionado argentino ve cada vez más problemas en sus adversarios, hasta volverse favorito en la zona D
La Argentina fue bendecida desde el momento en que se realizó el sorteo para Francia 2023. Desde entonces, el grupo D no hizo sino volverse cada vez más accesible. Pese a estar fuera del conjunto de los ocho mejores del ranking en diciembre de 2020, los Pumas se salvaron de enfrentarse con dos potencias, al coincidir con Japón, que por entonces se había colado en el segundo bolillero. Los tres años que siguieron a la prematura distribución de zonas profundizaron esta realidad. Desde Inglaterra, a priori el gran favorito, hasta Chile, el más débil, retrocedieron. Sólo Samoa tuvo una preparación auspiciosa y elevó el precio de sus acciones hasta convertirse en un rival de cuidado.
Inglaterra
Sábado 9 de septiembre a las 16, en Marsella
Aunque no lo quieran, aunque ni siquiera se lo planteen, los Pumas llegan como favoritos al estreno mundialista. Menos por el juego que insinuaron en todo el ciclo Cheika y que materializaron por momentos que por lo bajo que llega Inglaterra. No es exagerado afirmar que es la vez que peor arriba el seleccionado inglés a un Mundial. La propia prensa local pone a la Argentina como el favorito para quedarse con la zona e instala dudas sobre los cruces con Japón y Samoa.
En una decisión inusual para el estructurado rugby inglés, la RFU echó a Eddie Jones, que había llevado al equipo a la final en Japón 2019, a menos de un año de la Copa del Mundo. Lo reemplazó con Steve Borthwick, que había sido asistente de Jones antes de guiar a Leicester Tigers a ganar la Premiership en 2022. El ex segunda línea aplicó un estilo ultraconservador, basado en las formaciones, la defensa y el uso del pie, pero no logró asentarse en ninguna de esas facetas. Bajo su tutela, Inglaterra apenas ganó tres de nueve partidos (a Italia y dos a Gales) y viene de caer por primera vez en su historia frente a un conjunto del Tier 2. Que haya habido más gente en Twickenham para ver All Blacks vs. Springboks (80.000 espectadores) que para presenciar el compromiso ante Fiji al día siguiente (50.000; derrota por 30-22) habla a las claras de las expectativas del público en Inglaterra.
El seleccionado de la Rosa tiene otros asuntos por solucionar antes de pensar en sus rivales. En primer término, debe suplir varias piezas clave que perdió a lo largo de la preparación. Las más sensibles son las del capitán y apertura Owen Farrell y del octavo Billy Vunipola. También perdió a su medio-scrum titular, Jacques van Poortvliet, lesionado en un tobillo en un test match contra Gales, y al wing Anthony Watson, presumiblemente su mejor back, víctima de una lesión en una pantorrilla durante el duelo con Irlanda. Además, el imprevisible wing Henry Arundell y el tercera línea Tom Curry están lesionados y se desconoce si llegarán a recuperarse en pleno para el 9 de septiembre.
Quién reemplace a Farrell dictará un poco el juego que pretenda Borthwick. El experimentado George Ford (30 años, 85 caps), titular en los dos primeros partidos en que faltó Farrell, parece ser la primera opción. Un jugador táctico, de buen pie tanto para el juego posicional como para los envíos a los palos, gran visión y capacidad de lanzar a sus compañeros a los espacios. Como un plan B aparece Marcus Smith (24 años, 24 caps), que era la apuesta de Eddie Jones pero nunca se consolidó. Menos cerebral que Ford, es más desequilibrante con la pelota en las manos y puede ser un factor sorpresivo en la galera de Borthwick. Frente a Fiji ingresó en el segundo tiempo como fullback y se destacó.
Más problemático es el reemplazo a Vunipola. Borthwick se jugó un pleno por el veterano: dejó fuera del plantel a Alex Dombrandt, que venía jugando de Nº 8, y se quedó sin un reemplazante natural, ya que todos los demás terceras líneas convocados son alas. En el último amistoso ocupó su lugar Ben Earl, cuya posición natural es del lado abierto del scrum. No hay en el plantel otro jugador que tenga la capacidad de Vunipola de poner la pelota adelante.
Dicho esto, los Pumas deben salir a jugar pensando en que enfrente está una de las mayores potencias en el mundo del rugby. Por historia, por orgullo y por la capacidad de quienes entren a la cancha, se trata de un adversario de máximo cuidado. Si los argentinos son favoritos, no deben pensar como tales. Más allá de las ausencias, quienes jueguen no dejarán de ser profesionales que actúan en las principales ligas del mundo, con una buena mezcla de experiencia y juventud.
Inglaterra tiene a Courtney Lawes, Maro Itoje, Curry, Ben Youngs, Ford o Smith (quien sea que le toque entrar) y Freddie Steward. Pese a la inconsistencia que mostró recientemente, el pack es de temer. Los backs se destacan antes por la potencia física que por la habilidad, lo que en el juego moderno puede implicar una ventaja. Las falencias, en definitiva, pasan por una cuestión de funcionamiento y confianza, nada que un equipo que no hace mucho estaba entre los líderes del ranking no pueda revertir.
Los Pumas cuentan con el aval de la reciente victoria en Twickenham, de noviembre último. Que además de asemejarse a la de 2006 (previa a Francia 2007), les da confianza de que tienen con qué derrotar los ingleses. Además, la mayoría del plantel argentino actúa en la Premiership (12 de los 32 confirmados hasta el momento). No obstante, la supremacía del seleccionado de la Rosa en el historial es abrumadora. Antes del último choque, Inglaterra había ganado diez consecutivos. Y en mundiales los Pumas nunca lo superaron: cayeron en Sudáfrica 1995 (24-18, pese a que consiguieron dos tries y no recibieron ninguno), en Nueva Zelanda 2011 (13-9) y en Japón 2019 (39-10).
Resumen de Inglaterra 29 vs. Argentina 30 en Londres, en 2022
La peor Inglaterra de la historia bien podrá ser más que la enjundia de los Pumas.
Samoa
Viernes 22 de septiembre a las 12.45, en Saint-Étienne
De los cuatro rivales de los Pumas en la zona, el único que llega a Francia con sensaciones positivas es Samoa. Aunque todavía lejos de ser la amenaza que sorprendió en los noventas, conserva su esencia batalladora e incorporó algunos jugadores de experiencia internacional que le permiten, cuanto menos, volver a ser competitivo después de algunos años en los que retrocedió varios escalones.
Samoa y Tonga son los países que más se beneficiaron con la nueva política de World Rugby de permitir a los jugadores que reúnen los criterios de elegibilidad (tres años de residencia en el país o ascendencia directa de hasta dos generaciones) actuar en un segundo seleccionado después de tres años de no representar al anterior. Gracias a eso, Samoa incorporó a un ex campeón del mundo, el pilar Charles Faumuina (campeón en Inglaterra 2015 por Nueva Zelanda) y otros ex All Blacks, como el ala Steve Luatua y el apertura Lima Sopoaga, y también ex el apertura de los Wallabies Christian Leali’ifano.
Una ayuda adicional a un reglamento que ya contempla la posibilidad de contar con jugadores oriundos en otros países. Así, Samoa se configura como una suerte de All Blacks B. Apenas cinco de los 33 convocados nacieron en la pequeña isla de 218.000 habitantes. Del resto, dos son oriundos de Australia y 26 de Nueva Zelanda. Entre ellos se destacan el segunda línea y capitán Chris Vui (Bristol Bears), el veterano Nº 8 Fritz Lee (Clermont) y los centros Duncan Paia’aua (Toulon) y UJ Seuteni (La Rochelle). Todos, jugadores que son titulares en varios de los principales clubes del mundo.
La preparación fue muy buena. Los isleños sorprendieron venciendo a Japón, con el que por tercera vez consecutiva se cruzará en una zona de un Mundial y procurará revancha de las caídas de 2015 y 2019. Con un aliciente: los japoneses afrontaron 50 minutos con un jugador menos por la expulsión a su capitán, Michael Leicht. Luego Samoa puso en aprietos a Irlanda, que jugó con una mayoría de suplentes. El número 1 del ranking debió esforzarse para dar vuelta un 13-7 en la última media hora, hasta imponerse por un escueto 17-13. Los samoanos vencieron a Tonga (34-9) y a Barbarians (28-14) y perdieron solamente contra Fiji (33-19).
El talón de Aquiles del equipo, como siempre, está en su capacidad para el juego organizado, las formaciones fijas y la disciplina. Jugar ordenados y concentrados puede ser suficiente para que los Pumas se impongan. Tendrán 13 días de descanso luego del debut frente a Inglaterra (contra apenas seis de los samoanos), lo que no deja de ser una buena noticia para el seleccionado de la UAR, ya que el segundo no será uno de esos típicos partidos de entresemana en un Mundial que sirven para preservar jugadores. A lo sumo, Cheika podrá cuidar a alguno que no esté al 100%.
Inesperadamente, el duelo con Samoa se convirtió en un clave para a la clasificación para los cuartos de final.
Chile
Sábado 30 de septiembre a las 10, en Nantes
El resultado del último partido es elocuente acerca de cómo llega Chile: cayó por 28-26 a manos de Argentina XV. Los Cóndores perdieron los cuatro encuentros que afrontaron: dos ante el segundo seleccionado argentino, uno frente a Uruguay y uno contra Namibia. Queda en evidencia que alcanzaron su techo antes de Francia 2023, lo que en su caso no conlleva connotación negativa. Al contrario: explotaron en el momento indicado. Esto es, al momento de conseguir la clasificación mundialista, su primera en la historia, gracias a triunfos sobre Canadá y Estados Unidos.
Chile será el único debutante en este Mundial y llega a Francia con el objetivo de ser competitivo. La mira está puesta en sus dos primeros oponentes, Japón y Samoa, a los que intentará tomar desprevenidos. Procurará dar alguna sorpresa, porque a priori está un escalón por debajo. Después de enfrentarse con Inglaterra, el conjunto rojo cerrará su participación en el grupo con el clásico trasandino.
Para los Pumas ésa será una buena oportunidad de hacer descansar a los titulares y darles rodaje a aquellos hombres que hayan tenido menos participación y necesiten motivación para seguir empujando desde abajo a los que vengan jugando. Los argentinos están en condiciones de imponerse sin necesidad de poner a los mejores, pero entre quien entre, no pueden relajarse. Chile es un equipo muy luchador, que se siente cómodo defendiendo y al que le gusta el contacto.
Hace cuatro años, su federación empezó un proceso de profesionalización que derivó en la dedicación full-time de un grupo más amplio de jugadores. La aparición de la Superliga Americana fue determinante para que adquirieran competencia. De los 33 citados por el entrenador uruguayo Pablo Lemoine, 30 jugaron este año por Selknam. Llegar a la final en 2022 los catapultó a la clasificación mundialista. Este año encararon el certamen con la mira puesta en Francia, rotaron constantemente y lo pagaron con resultados por debajo de lo esperado y una merma en la confianza del equipo, que se trasladó a la preparación que realizó el seleccionado.
En el staff de los Cóndores, acompañando a Lemoine, aparecen los argentinos Nicolás Bruzzone y Federico Todeschini, con pasado en los Pumas ambos. La base del conjunto es compuesta por los jugadores más experimentados que llevan varios años en el proceso de profesionalización: el tercera línea Ignacio Silva, el centro Nicolás Garafulic, el hooker Tomás Dussaillant. El hábil apertura Rodrigo Fernández fue el gran héroe de la clasificación. Hay tres hombres que actúan en el exterior: el pilar Matías Dittus (Périgueux, de la segunda categoría de Francia), el tercera línea y capitán Martín Sigren (Doncaster Knights, de la segunda de Inglaterra), el centro Iñaki Ayerza (Soyaux Angoulême, de la segunda de Francia) y el wing Franco Velarde (El Salvador, de España).
Un adversario al que, si no se menosprecia, los Pumas pueden sortear sin exigir a sus figuras.
Japón
Domingo 8 de octubre a las 8, en Nantes
Cuando se realizó el sorteo, hace tres años, todo indicaba que sería Japón el rival por vencer en un mano a mano por el pase a los cuartos de final. Hoy por hoy, la zona aparece mucho más difusa. Con el correr de los partidos se irá delineando cuáles son las posibilidades de cada uno en la última fecha. Lo cierto es que bien puede pasar que, aún ganando todos los partidos anteriores, los Pumas se vean obligados a vencer a Japón para pasar de rueda.
El asiático fue uno de los seleccionados sensación de los últimos dos mundiales. En los siete certámenes previos podía jactarse solamente de haber ganado un partido. En Inglaterra dio la nota derrotando a Sudáfrica, en el batacazo más resonante en la historia de los mundiales. Lo dejó fuera de los cuartos de final la derrota contra Escocia, apenas tres días más tarde. Japón se tomó revancha cuatro años más tarde, en su casa, cuando venció a Irlanda y a Escocia camino a meterse por primera vez entre los ocho mejores.
El suceso le permitió tener mayor roce con las potencias, pero en los últimos cuatro años apenas acumuló triunfos sobre Uruguay (dos veces), Portugal y Tonga. Tuvo una nutrida preparación, con partidos ante Samoa, Tonga, Fiji, Nueva Zelanda XV (dos) e Italia, pero triunfó solamente en el segundo. La despedida con una goleada en contra, 42-21, a manos de la Azzurra sirve como parámetro para saber dónde está parado.
El entrenador neozelandés Jamie Joseph, uno de los mejores del mundo, está en el cargo desde 2016 y es uno de los grandes responsables de la transformación. No obstante, en los últimos cuatro años le costó encontrar recambio y Japón se apoya demasiado en sus referentes veteranos, muchos de los cuales están quemando sus últimos cartuchos: el capitán Michael Leicht, el pilar Shota Horie (ambos van por su cuarta disputa de la Copa del Mundo), el octavo Kazuki Himeno, el fullback Kotaro Matsushima y el medio-scrum Yutaka Nagare. Por cuestiones físicas se quedaron al margen del Mundial tres jugadores importantes: James Moore, Uwe Helu y Shogo Nakano. Abusando de las leyes de elegibilidad de World Rugby, Japón cuenta en su plantel con oriundos de Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Tonga, Fiji, Corea del Sur y Tailandia.
Un equipo que basa su juego en la velocidad y que, cuando logra conjugar dinámica con precisión, se hace difícil de contener y lleva a entrar en desconcierto. Mantener la línea de juego será la clave para los Pumas, tengan o no la necesidad de ganar para pasar a los cuartos de final.
Más notas de Try convertido
"Perica" Courreges, el rebelde. Por qué no jugó un Mundial, el "Muñeco de torta" del rugby argentino y el caso Puccio
"Él era Dios". Un genio del rugby, dueño de un juego de manos hipnótico y un adiós misterioso y prematuro
Emblema francés. Eric Champ, un provocador serial y el hombre duro del rugby champagne: como veía al SIC y a los Pumas
Más leídas de Rugby
Top 14. El try “futbolístico” de un Puma que estuvo en el ostracismo durante la era Cheika y revive en el ciclo Contepomi
Perdió el líder. Así quedó la tabla de posiciones del Súper Rugby Américas, tras la décima fecha
Try de 17 fases. Le faltan jugadores, anda mal y sufre el recambio, pero Hindú es fiel a su ADN: respetar el juego
Presente y legado. Revol y Pueyrredón, el pase generacional de los Pumas 7s que ya está en marcha