Rafael Silva, nuevo presidente de la Unión de Rugby de Buenos Aires: una gestión que se abre con múltiples desafíos

Rafael Silva tenía un año cuando en 1978 su papá, el legendario Héctor “Pochola”, lo alzaba en sus brazos y con él a caballito subía y bajaba las escaleras de su casa en La Plata, como parte del entrenamiento para su regreso a los Pumas. El rugby que mamó desde la cuna lo llevó ahora a Rafael Silva a un nuevo episodio: desde el lunes es el nuevo presidente de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA). “Siempre tuve un vínculo estrecho con la URBA”, sostiene el hombre de Los Tilos, quien integró el seleccionado de Buenos Aires en las etapas juveniles, en M18 y M21 (ambas como capitán) y en mayores, con el que alcanzó el título del Argentino.

Mientras el país seguía inmerso en la algarabía que generó el Mundial conseguido por la selección en Qatar, en la noche del lunes se celebró en la casona de Pacheco de Melo la asamblea de la URBA que presentó una situación inédita en la última década: hubo dos listas que pugnaron por la presidencia y la renovación de la mitad del Consejo, entre ellos los cargos clave de secretario y tesorero. La Bordó, encabezada por Silva, superó a la Azul, que lideraba Alejandro Lareo, del club San Martín, por 363 votos a 136. O sea, la fracción opositora no logró la minoría. Al oficialismo lo apoyaron 10 de los clubes que en 2023 jugarán el Top 12. Buenos Aires C&RC llevaba a Pablo Traini como candidato a secretario en la Azul, mientras que Hindú no aportó dirigentes ni adhesiones a ninguna de las listas. Es un caso curioso: Hindú ganó 8 de los últimos 15 campeonatos y es también el actual campeón del Nacional de Clubes. Sin embargo, lleva años sin participar de la política de la URBA y de la UAR.

“Es una pena que se hayan presentado dos listas. En el futuro tenemos que tratar de lograr la unidad de los 90 clubes de la URBA”, le dijo ayer Silva a LA NACION. El principal objetivo del nuevo presidente es “recuperar los 4 mil jugadores que se fueron durante la pandemia”. También destacó el progreso del rugby femenino: “Si bien no avanza aún en infantiles y juveniles, en 2022 se sumaron en mayores 100 jugadoras más”.

Aunque en 2023 se reformularán los campeonatos, que tendrán playoffs para los ascensos y descensos de Primera A para abajo, Silva cree que “el año que viene tenemos que seguir viendo con Competencias cuál es el mejor sistema de campeonatos. No quiere decir que el de 2023 vaya a ser el mismo de 2024″. El hijo mayor del gran “Pochola” explica las distintas realidades de los clubes: “Unos te piden una temporada más corta, y otros te dicen que si hay cuatro meses sin competencias se les viene el club abajo”.

En sus postulados, la lista Azul había propuesto mejorar el referato, la institucionalidad “y que el afuera, UAR, directivos con intereses en conflicto, el dinero, la TV o los sponsors no puedan influenciar ni decidir por los clubes”. Por lo bajo, sostenían que la lista Bordó fue impulsada desde la UAR y armada por Agustín Pichot. Silva no esquiva el tema: “Creo que todos tenemos los mismos objetivos. Y en cuanto a Agustín, todos sabemos de su influencia como jugador y como dirigente, pero en esta lista se viene trabajando desde hace rato y el proceso lo lideró Santiago (por Marotta, el presidente saliente)”.

“El Viejo [Pochola] perdió una vez una elección en la que iba a candidato de presidente en la URBA, así que de alguna manera lo pude superar en algo”, dice “Rafa” entre risas, admiración y nostalgia. Pero, también como tercera línea, Rafael Silva fue capitán del seleccionado M21 que en 1998 venció a Nueva Zelanda en el torneo del Hemisferio Sur. Camada 1977 –nació el 9 de agosto-, Silva fue compañero en ese equipazo de los mellizos Contepomi (hoy uno, Manuel, dirigente de la UAR, Manuel; el otro, Felipe, entrenador de los Pumas), de Ignacio Corleto, Julio Farías, Rodrigo Roncero y Martín Gaitán, entre tantos otros cracks. Aquel equipo lo entrenaron Héctor “Pipo” Méndez –como un hermano de Pochola, un tío de los Silva-, Polo Tahier y Alex Wyllie.

En la dirigencia, Rafael Silva fue presidente de su club y lleva dos años en el consejo de la URBA. Ahora, el desafío es mayor.

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