Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la cosecha aumentaría de los 136,4 a los 167 millones de toneladas en 2027/2028 y las ventas al exterior de los principales complejos de granos saltarían de US$31.000 a 38.000 millones de dólares; la entidad pidió que el Pacto de Mayo incluya medidas para una baja de las retenciones
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SAN NICOLÁS.- La producción de los principales granos en la Argentina podría crecer un 22% hacia el final del mandato del presidente Javier Milei. Además, las exportaciones de los principales complejos [soja, cebada, trigo, maíz y aceite de girasol] subir también un 22%. En tanto, el Producto Bruto Agroindustrial podría expandirse un 25%.
Estas proyecciones, hechas con datos conservadores, las presentó en Expoagro edición YPF Agro el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, José Martins, que además pidió que en el Pacto de Mayo se incluyan medidas para la baja de las retenciones al campo. Según Martins, para el final del mandato de Milei la producción podría trepar de los 136,4 millones de toneladas del ciclo 2023/2024 a los 167 millones de toneladas para la campaña 2027/2028. El ingreso de divisas con los principales complejos saltaría de los proyectados US$31.000 millones para el actual ciclo a los US$38.000 millones en 2027/2028.
En cuanto al PBI Agroindustrial, para este el cálculo es que aumente de 30.000 millones de dólares a US$37.000 millones. Con más producción y exportaciones, en el interior se podrían generar 187.000 nuevos empleos.
Martins trazó un preocupante cuadro sobre la pérdida de competitividad de la Argentina que, al margen de las cuestiones vinculadas con el clima, atribuyó a las políticas implementadas por distintos gobiernos.
“Respecto de las ultimas 23 campañas, durante la campaña 2006/2007 nuestro país contribuía con un 25% de las exportaciones globales tomando trigo, maíz, complejo soja, cebada y aceite de girasol, con un posicionamiento clave como proveedor de materias primas y alimentos. En la campaña 2013/2014, nuestra participación en el mercado global de estas exportaciones se redujo al 14%, acentuándose hasta llegar al 2022/23 con una participación del 9%”, alertó el dirigente de la entidad.
Para Martins, el “declive” en la competitividad no solo fue “consecuencia de las condiciones climáticas adversas”, sino que “mucho tienen que ver las políticas internas cambiantes que han generado desincentivos a invertir y producir”. Añadió: “Esto impone la necesidad de repensarnos y generar políticas agrícolas y comerciales para que nos permitan recuperar y fortalecer nuestra posición como proveedor global de materias primas y alimentos”.
En este marco, el dirigente se preguntó qué hacía falta para que el país pueda crecer y llegar a las metas de 2027/2028. Respondió: “Una política agropecuaria de largo plazo, que esté por arriba de los cambios de administración o color político de los futuros gobiernos y que genere reglas de juego claras y sostenibles en el tiempo”. Citó el caso de Brasil que creció con una política de Estado que siguió al margen de los cambios de gobiernos.
En cuanto al Pacto de Mayo, indicó que la organización celebraba y adhería “enfáticamente” a la convocatoria. “Que sea el punto de partida”, dijo en una conferencia de prensa donde también insistió en que se trata de una “oportunidad” donde deben confluir el Gobierno, la política y otros sectores para “involucrarse”.
No obstante, aclaró que, en línea también para que el país pueda producir más, se requiere que ese acuerdo contenga medidas para “estabilizar la macroeconomía”.
Luego señaló que también el acuerdo debe incorporar medidas para “implementar una reducción gradual de los derechos de exportación, tendiente a su eliminación y un pacto fiscal que reduzca gradualmente la carga tributaria que grava a los distintos sectores de la cadena (en este sentido, desde la entidad mencionaron los casos de ingresos brutos, tasas provinciales, municipales, tasas de seguridad e higiene, caminos rurales, etc)”.
En otro orden, para Martins hay que unificar el tipo de cambio, “generar el marco regulatorio para desarrollar el mercado de seguros agrícolas”, una herramienta que consideró fundamental frente a la amenaza climática, consolidar una reforma laboral acorde al nuevo escenario de crecimiento en producción, empleo y exportaciones, y mejorar la inserción internacional. Esto último apuntando a abrir nuevos mercados y asegurar que no haya más cierre de exportaciones.
Según el dirigente, también hay que negociar nuevos acuerdos comerciales, ratificar y firmar el acuerdo Mercosur-Unión Europea. Desde la Bolsa de Cereales porteña insistieron que se necesita “crear un entorno favorable para atraer nuevas inversiones, tanto en bienes de uso como en desarrollo de nuevas tecnologías”.
En este contexto, Martins también destacó medidas del Gobierno de Milei que sirvieron para la actividad, como la remoción de las trabas para exportar.
El dirigente remarcó “como señales y medidas positivas” la eliminación de las restricciones cuantitativas a las exportaciones y de los “volúmenes de equilibrio” [en trigo y en maíz no se podía superar para el venta al exterior un volumen que fijaban las autoridades anteriores] y el fin de las SIRAS “que generaban trabas en importaciones de insumos”. Además, celebró el fin de los fideicomisos de aceites, de harina y fideos.
Martins sumó en la lista de medidas en favor de la actividad las políticas tendientes a desburocratizar el Estado Nacional. Y remarcó “el cambio de paradigma” para “subsidiar la demanda” en lugar de seguir “subsidiando la oferta”. Para la entidad, esto último “generaba inequidades y un exceso en el gasto público”. El dirigente también ve como positiva la reducción de la brecha cambiaria.
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