En la zona de Coronda, Santa Fe, faltan recolectar unas 80 hectáreas, según alertó el jefe comunal Ricardo “Bachi” Ramírez
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SANTA FE.- Unas 80 hectáreas sembradas con frutillas en la zona de Coronda, 45 kilómetros al sur de esta capital, que lograron recuperarse tras un devastador granizo registrado a fines del mes pasado, no serán cosechadas por falta de mano de obra.
“Esto no es exclusivo de la frutilla; pasa en muchas economías regionales. Hay poca gente que trabaje para levantar estas cosechas. Casi todos los que lo hacen son trabajadores golondrinas que cuando están terminando la cosecha en un lugar parten hacia otro. Acá, cuando la piedra dañó la parte final de la campaña frutillera, en la última semana de octubre, ya no quedaron muchos trabajadores. La mayoría se fue a la ciruela, a la uva, al ajo, al kiwi, al arándano y a la aceituna”, explicó a LA NACION el intendente corondino y uno de los principales productores frutilleros de la zona, Ricardo “Bachi” Ramírez.
El frutillero añadió: “En nuestra zona (Coronda y Desvío Arijón) hay poca gente disponible. Y los que se quedan no quieren ir al campo porque tienen planes sociales. Además, reciben asistencia social de las autoridades municipales y comunales y no se preocupan por mejorar su situación. Esta es la realidad”.
El político y productor agropecuario recordó los malos momentos que vivieron a fines del mes pasado por la granizada, acompañada por intensas lluvias y fuertes vientos, que ocasionaron daños totales en unas 170 hectáreas destinadas al tradicional cultivo, con una pérdida de 1,4 millones de kilos de frutilla.
Vale recordar que no solo la zona de Coronda fue afectada por el temporal de agua, viento y granizo. En los parajes de Ángel Gallardo y Chaco Chico, en la comuna santafesina de Monte Vera, afectó directamente las plantaciones hortícolas de la zona y “desaparecieron” unas 250 hectáreas sembradas de verduras y hortalizas, según alertaron los productores de la región.
“Eso ocasionó que durante quince días siguientes no saliera frutilla de la zona al mercado. Por suerte la fruta inició rápido un proceso de recuperación. Sinceramente, no pensábamos que ello podría ocurrir en tan corto plazo. Sin dudas, las lluvias y las temperaturas ayudaron. Volvimos a tener frutilla pero cuando salimos a buscar jornaleros para la cosecha nos encontramos que no hay disponibles para este tipo de tareas. Por lo tanto, la campaña anual se cerrará en los próximos días y esa fruta quedará sin ser recogida”, dijo Ramírez.
“Es lamentable que ello suceda porque es la fruta de final de campaña que se deriva a la industria. Y es una pérdida de ingresos muy importante para los productores. Pero así son las cosas. Casi nadie quiere trabajar en este tipo de explotaciones. Solo lo hacen los obreros golondrinas pero estos ya tienen todo acordado con otras producciones y se van. Los de acá no se interesan porque se las arreglan con los planes (sociales) y la asistencia que le brindan los gobiernos de cada pueblo”, se lamentó.
Según describió, la pérdida de la parte final de la campaña frutillera “tendrá incidencia en el abastecimiento al sector industrial, donde se emplea en la elaboración de yogures, helados y la coctelería”.
En detalle, la campaña anual de la frutilla en esta provincia se inicia a fines de mayo o principios de junio y se extiende hasta septiembre/octubre. Pero en noviembre aparece la que se denomina fruta para uso industrial. Santa Fe cuenta con aproximadamente 400 hectáreas destinada a la producción frutillera, de las cuales 320 hectáreas corresponden a la zona de Coronda y 80 hectáreas a la zona de la costa, de esta capital al norte, cercana al río Paraná donde también se ubican industrias procesadoras.
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