China relaja su control sobre el yuan, en una señal de que las reformas continúan
BEIJING—China acaba de enviar una de las más fuertes señales de que seguirá adelante con la reforma del sector financiero a pesar de la desaceleración de la economía, al relajar un poco su control sobre el yuan.
A partir de hoy, el yuan podrá fluctuar hasta un máximo de 2% al alza o a la baja de lo que se conoce como tasa de paridad, una unidad de referencia para la cotización del yuan contra el dólar fijada a diario por el banco central. Hasta ahora, el Banco Popular de China había permitido una oscilación de 1% en cualquier dirección de la tasa de paridad.
La flexibilización se produce en momentos en que la economía del país está cerca de llegar a su crecimiento interanual más bajo en 15 años, lo que ha generado interrogantes sobre si el gobierno seguirá adelante con las reformas financieras o económicas o hará una pausa para ayudar a las empresas en aprietos. La decisión del banco central de orquestar una depreciación del yuan en las últimas semanas exacerbó las preocupaciones del mercado. El debilitamiento de la divisa ayuda a los exportadores chinos al abaratar los precios de sus productos en los mercados internacionales.
Sin embargo, funcionarios del banco central han indicado que sus intentos no tenían otro fin que frustrar a los especula-dores de corto plazo que apostaban a un alza constante del yuan y provocaban una mayor volatilidad en las operaciones mientras la entidad se preparaba para ampliar la banda cambiaria. El ingreso de capital especulativo ha complicado el manejo de la economía china al contribuir a la formación de burbujas inmobiliarias e inyectar un exceso de fondos al sistema financiero.
La ampliación de la banda demuestra que "el banco central está bastante conforme con el esfuerzo para castigar a los es-peculadores", dicen fuentes del organismo.
Algunos analistas señalan que el banco central ha manejado adecuadamente el tema de la especulación al llevar el tipo de cambio a un nivel cercano al de equilibrio antes de ampliar la banda. "No es oportuno hacer esto cuando hay una enorme presión (sobre el yuan) en ambas direcciones", afirma Li Daokui, economista de la Universidad de Tsinghua y ex asesor del Banco Popular de China.
El dólar se cotizaba a 6,152 yuanes el viernes y acumula una caída de 1,6% en lo que va del año. Se trata de un descenso drástico para una moneda que se apreció 2,9% el año pasado y más de 30% desde su revaluación en 2005, cuando China abandonó la paridad del yuan contra el dólar.
Algunos inversionistas sostienen que el yuan, que también se conoce como renminbi, seguirá su debilitamiento en el corto plazo, aunque pocos consideran que la actual depreciación no sea más que un alejamiento temporal de la política tradicional de permitir un alza paulatina de la divisa.
"El hecho de que empezamos a observar que los inversionistas creen que la moneda china puede caer constituye una señal de que (…) el renminbi se empieza a comportar como una moneda normal", dice Francois Du Pasquier, director de divisas de la filial de banca privada de Citigroup Inc.
Algunos inversionistas dicen que los retornos que ofrece el yuan tal vez no sean tan grandes como antes debido a la posibili-dad de una mayor volatilidad. "Algunos inversionistas podrían pensarlo dos veces antes de abalanzarse (sobre el yuan)", señala Kevin Daly, gestor de cartera de Aberdeen Asset Management PLC, que administra unos US$321.000 millones y tiene posiciones que apuestan a un alza del yuan.
Pese a la ampliación de la banda, el banco central ha indicado que aún falta mucho antes de lograr la flexibilidad total de la moneda. En un comentario publicado en su sitio web el sábado, el Banco Popular de China manifestó que acelerará su campaña para otorgar al mercado un rol más preponderante en la cotización del yuan y reducir la "intervención rutinaria" de la entidad en los mercados de divisas. De todos modos, dejó en claro que realizará los "ajustes necesarios" para conservar la estabilidad del tipo de cambio y agregó que no hay fundamentos que justifiquen una gran caída o un gran salto de la divisa.
Michael Ganske, director de mercados emergentes de Rogge Global Partners, que gestiona cerca de US$58.000 millones y apuesta a una apreciación del yuan, señala que la moneda sigue siendo una opción atractiva de inversión, aunque reconoce que "habrá una mayor volatilidad en el futuro".
La economía china se desaceleró bruscamente en los dos primeros meses de este año, lo que llevó a numerosos analistas a re-cortar sus proyecciones de crecimiento para este año por debajo de la meta oficial de 7,5%.
Una fluctuación más libre del tipo de cambio es uno de los primeros pasos de los nuevos líderes de China para reformar el sistema financiero, el que muchos economistas, tanto dentro como fuera del país, consideran incapaz de satisfacer las necesidades de la segunda economía del mundo.
El gobierno también prometió liberalizar las tasas de interés sobre los depósitos, reducir las barreras al ingreso de capital extranjero y la salida de capital local e introducir más competencia a un sistema que es dominado por el Estado. Las medidas son parte de un plan para crear una economía más orientada al consumo interno, en lugar de una que depende de las exportaciones y los sectores de capital intensivo.
Un yuan más libre también ayuda a China a contrarrestar las críticas de otros países a su política cambiaria. Estados Unidos y otras economías avanzadas han presionado a Beijing durante años para que relaje su control sobre la tasa de cambio con la esperanza de elevar la demanda de productos extranjeros por parte de los consumidores chinos.
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