En el caos del Brexit, las máquinas les ganaron las apuestas a los humanos
Wall Street está todavía contando los ganadores y perdedores de la severa reacción del mercado al voto del brexit de la semana pasada, pero ya se impone una temprana observación: las computadoras acertaron y los humanos no.
Parte de la razón para ello, afirman economistas y analistas, es que demasiados inversionistas apostaron al resultado que ellos preferían, un poderoso ejemplo de sesgo cognitivo en los mercados.
Yves Balcer, cofundador de Fort LP, una firma de inversión basada en modelos que gestiona cerca de US$2.000 millones, esperaba que el Reino Unido votara a favor de permanecer en la Unión Europea. Sin embargo, su modelo de corretaje estaba centrado en las preocupaciones económicas globales, por lo cual la empresa siguió comprando activos tales como yenes y bonos soberanos, que se beneficiaron del caos post-brexit.
"No hemos cambiado nada de cara al brexit", dice Balcer. Las dos carteras de la firma subieron más de 3% el viernes, con lo que sus ganancias de este año crecieron 10,75% y 4%, agrega.
Antes de la votación, casi todas las principales encuestas y muchos líderes políticos e inversionistas influyentes, como George Soros, manifestaron públicamente que pensaban que era poco probable que los británicos votaran a favor de salir de la UE, en gran parte debido a la potencial destrucción económica que tal decisión podría tener. Sin embargo, buscando tener una visión más clara, algunos inversionistas se volcaron a otras fuentes de información. Algunos llegaron incluso a pagar cerca de medio millón de dólares para obtener en privado el punto de vista del historiador de Harvard Niall Ferguson.
Steven A. Cohen, cuya firma administra US$11.000 millones y que antes gestionó el fondo de cobertura SAC Capital Advisors, dijo a sus operadores que evitaran cualquier tipo de apuesta en relación con el referendo, dijeron personas cercanas al asunto, porque los datos sobre el voto final eran demasiado reñidos.
El viernes, los fondos de cobertura de renta variable cayeron 2,1%, según Hedge Fund Research, con sede en Chicago. En general, los perdedores parecen haber sido los fondos demasiado inclinados hacia acciones cíclicas tales como aerolíneas o empresas financieras, que fueron vapuleadas en la ola de ventas. Sin embargo, para una serie de computadoras que crean estrategias de mercados, ese sentimiento ni siquiera fue tenido en cuenta.
Esta categoría de fondos, a veces llamado asesores de transacciones de productos básicos (CTA, por sus siglas en inglés), utiliza algoritmos que buscan detectar las tendencias del mercado para hacer apuestas sobre futuros y otros derivados. La mayoría de estos modelos no incluyó datos sobre las encuestas electorales, las probabilidades que asignaban los apostadores o las lecturas de hojas del té político que desviaron a otros inversionistas que buscaban el dato que marcara la diferencia.
En las semanas previas al referendo, los modelos de transacciones en muchas de estas empresas adoptaron una estrategia defensiva, favoreciendo deuda pública de alta calidad, oro y monedas seguras como el yen y evitando apuestas más riesgosas como el petróleo y los mercados emergentes.
Este posicionamiento rindió frutos cuando el resultado de la votación derrumbó a la libra esterlina y los activos más volátiles. El índice CTA de Société Générale avanzó 1,5% el viernes. Entre los grandes ganadores estuvieron también AQR Capital Management LLC y Fort and Welton Investment Partners LLC.
Ese mismo día, el índice global de fondos de cobertura de HFRX retrocedió 1,1%. Alrededor de 15% de todos los fondos de cobertura utilizan las estrategias basadas en el modelo de los CTA, según Agecroft Partners, que brinda asesoramiento a los fondos de cobertura y a inversionistas en esos fondos.
Una clave para el éxito de los CTA, dicen los gestores de fondos, es que sus modelos permiten eliminar el ruido en torno a los eventos definitorios del mercado, como una elección o datos económicos cruciales, que son importantes para los inversionistas pero que pueden ser difíciles de pronosticar con precisión.
Los seleccionadores humanos tienen que considerar otro conjunto de decisiones. James Hanbury, quien se graduó de la Universidad de Edimburgo en 2003, no estaba tan seguro de que la opción por permanecer en la UE se impondría, dicen personas cercanas. Hanbury, que dirige un fondo de cobertura de US$1.500 millones y gestiona otros US$500 millones en capital adicional, decidió entonces apostar fuerte contra la libra.
Unos días antes del voto, su fondo encargó una encuesta. Esta sugería que el resultado final sería reñido, pero se inclinaba por la derrota de quienes apoyaban la salida de la UE. Sin embargo, la libra estaba subiendo, como si la probabilidad de una salida fuera mínima. Si el Reino Unido se pronunciaba en contra del brexit, era poco probable que la libra aumentara mucho más, pero si ocurría lo contrario, la moneda podría hundirse, concluyó Hanbury, según estas personas.
Percibiendo allí un "corretaje asimétrico" (una estrategia que tenía muy poco que perder pero mucho potencial de crecimiento), Hanbury decidió actuar. Lo impulsaba la esperanza de recobrarse de golpe de un año en que su fondo había perdido más de 5%, añadieron las fuentes. Durante varios días, Hanbury compró inversiones que servían como apuestas contra la libra. Durante el viernes y el lunes, su fondo logró ganancias de alrededor de US$150 millones, una de las mayores obtenidas por inversionistas en ese período. El martes, Hanbury mantenía sus posiciones bajistas sobre la libra y acumulaba pequeñas ganancias en el año.
Un grupo de grandes fondos de cobertura contrató al profesor Ferguson para conocer su vaticinio electoral. El 9 de junio, el historiador de Harvard predijo la posibilidad de 65% a favor de seguir en la UE. El 14 de junio, redujo ese porcentaje a 55% y justo antes del comienzo de la votación a 50%.
Ferguson, que ha brindado asesoramiento a fondos de cobertura y otros inversionistas, ha dicho que tiene "una tasa de éxito razonablemente alta". Sus predicciones para fondos de cobertura son confidenciales.
"Casi nadie anticipó esto [el voto pro-brexit] correctamente", dijo Ferguson el martes. "Cualquiera que haya acertado fue más afortunado que profeta".
Para muchos participantes en los mercados financieros, votar por el brexit parecía una locura, "un suicidio en masa", dice George Loewenstein, uno de los fundadores de la economía conductual y profesor de la Universidad Carnegie Mellon. "Simplemente no pudieron o no fueron capaces de tomar la perspectiva de las personas que apoyaron el brexit".
—Ira Iosebashvili contribuyó a este artículo.
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