Presupuesto 2023: las claves del proyecto que enviará Sergio Massa al Congreso

Mientras los técnicos del Fondo Monetario Internacional se reúnen con el equipo económico en Estados Unidos, el ministro Sergio Massa prepara una lista de lineamientos para presentar en una de sus últimas reuniones de la gira con la titular del organismo, Kristalina Georgieva.

Además de la crisis de las reservas, que ocupa un lugar primario en la agenda, Massa deberá dar pistas respecto de otra urgencia: el Presupuesto 2023, que se encuentra en plena elaboración. “Son puntillosos con el tema”, comentaron a LA NACION desde una oficina encargada de manejar el tema. Algunos de los números que contendrá “tachan” los que dejó su antecesor, Martín Guzmán. En particular, cambiará las proyecciones de crecimiento e inflación.

Massa enviará al Congreso el plan de gastos e ingresos el 14 de septiembre. El secretario de Hacienda, Raúl Rigo, trabaja el tema con hermetismo por dos cuestiones. La primera: se considera sensible exponer los números al FMI antes que a los propios órganos del poder en el país. Y la segunda: las negociaciones de recortes con las distintas jurisdicciones y actores de la política fueron ríspidas. Nadie quiere que le ajusten recursos de cara a un año electoral, especialmente los gobernadores, que demandan no reducir la obra pública.

Además, desde el Gobierno admiten que el armado del presupuesto fue más “turbulento” que en otros años. Se debe al contexto de ajustes y reordenamientos que lleva adelante la gestión de Massa, pero también a los cambios de autoridades tanto en el Palacio de Hacienda como en otras oficinas, que dificultaron la coordinación de las planillas y proyecciones.

Hubo algunos retrasos y muchas reuniones. Massa pidió ver “caso por caso” y sentarse con todas las áreas que realicen pedidos. Se trata de una política de “peinar fino”, similar a la que llevará adelante con los gremios, que en octubre buscarán renegociar sus paritarias con el objetivo de empatar o superar la inflación.

Además de la proyección de gastos, Massa deberá reflejar qué espera que ocurra con la economía el año próximo.

Las estimaciones de déficit fiscal, importaciones y exportaciones, inflación, reservas y crecimiento que dejó en un plan plurianual Martín Guzmán se ven lejanas y serán replanteadas para 2023. Por ejemplo, se esperaba un crecimiento del PBI de entre 3% y 3,5%, una meta difícil de alcanzar para las consultoras privadas. Según fuentes del Ministerio, se plasmará un objetivo menos ambicioso en el próximo presupuesto, cercano a entre 2% y 2,5%.

Otro punto importante es el de la inflación, variable fundamental para hacer el cálculo de recursos. La proyección inicial barajaba un 57%, pero la inercia de este año -para el que se había calculado un 35% y ahora se espera cerca de un 90%- eleva el piso y pronostica una suba cercana al 75%.

Déficit fiscal

Una meta inamovible, de acuerdo con el Gobierno, es la del déficit fiscal. Massa reitera constantemente que se cumplirá este año (el rojo debería ser de un 2,5% del PBI) y se respetará el del próximo, de 1,9%. Según fuentes involucradas en el proceso de negociación, no habrá áreas puntuales de recorte.

Se ajustará de a “puchitos” en cada jurisdicción, con “sintonía fina” y “equilibrio”, sostiene un integrante del equipo económico, donde esperan que gran parte de la contención se asocie a la reducción de subsidios, así como menos erogaciones para energía, transferencias a empresas públicas y a las provincias, particularmente aquellas que tienen superávit en sus cuentas públicas.

Massa buscará priorizar gastos en transferencias directas asociadas a jubilaciones, pensiones y salarios. Con respecto a los planes sociales, continúa la apuesta a que la auditoría y los programas de inserción laboral se traduzcan en un menor gasto para el Estado.

Economía intentará el año próximo dar vuelta una tendencia de 2022: quiere gastar menos en la primera parte del año y abrir un poco más la billetera en la segunda, cuando se acerque la fecha de las elecciones presidenciales.

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