Antisemitismo en Francia
El jefe de Gobierno francés, Jean Castex, ha venido denunciando desde hace ya mucho tiempo la existencia de un marcado antisemitismo que, pese al horror del genocidio nazi, se resiste a desaparecer en su país.
Con toda razón se lo ha calificado de “odio furtivo”, incluso cuando aparece mediante manifestaciones casi imperceptibles, pero que, sin dudas, resultan humillantes y cuyos responsables pretenden mantener vivas como espejo de estereotipos que se niegan a desaparecer.
Por alguna razón, las restricciones sociales generadas por la pandemia han coincidido con un lamentable aumento de los incidentes antisemitas, en el mundo entero, incluyendo en la propia Alemania. Se trata de un fenómeno triste, que reclama estar siempre alertas. Hasta hubo quienes se ocuparon de viralizar a través de las redes sociales una presunta responsabilidad de la comunidad judía en el desarrollo de los contagios por Covid-19, algo absolutamente nefasto. Como fue nefasto e imperdonable también el antisemitismo registrado en el siglo XIV con la propagación de la denominada “peste negra” por Europa, brutal epidemia que acabó, en muchas zonas, con más del 50% de la población.
La historia nos da lecciones sobre los gruesos errores en los que persisten ciertos grupos cuyo fin destructivo debería cesar en bien de la humanidad.
LA NACION