Sin perder el objetivo
No se puede negar que el régimen ha estado trabajando. Su capacidad intelectual llega hasta conseguir el asesoramiento necesario y aplicar las fórmulas de dominación ya probadas con más de 50 años de éxito, como la cubana.
Tampoco se puede decir que las medidas tomadas en estos últimos días cayeran de sorpresa. El hecho de que el tsj (en minúsculas) haya nombrado un consejo electoral a conveniencia del régimen era jugada cantada.
Para los olvidadizos hay que recordar aquella frase tan elocuente del fundador de esta dictadura: "Freiremos sus cabezas en aceite". Esa amenaza iba dirigida nada menos que a Acción Democrática. Aquella sentencia no solo la lanzó porque lo consideraba un partido opositor, sino porque sabía que AD era el blanco de todas las quejas de la gente, pero también, que estaba metido hasta los tuétanos del venezolano.
No son nuevas las historias de apoderarse de tarjeta, colores, nombre y eslogan de otros partidos políticos. Chávez mismo fue producto del desencanto de la población hacia un sistema de partidos que se centró en las cúpulas y se olvidó de los problemas de la gente. Y no se podía esperar menos de este régimen encabezado por el heredero del difunto, al que nombró desde el fondo de su corazón.
Una vez más, el régimen desmonta una capa de la ya golpeada democracia. No hay manera de que unas elecciones así sean justas. La pluralidad de pensamiento y su expresión en diferentes partidos políticos son necesarias para la reconstrucción del país. Pero ahora, como Fuenteovejuna.