Un ejemplo conmovedor
La foto recorrió el mundo y constituyó un soplo de aire fresco para una disciplina deportiva, como el fútbol, donde los grandes ejemplos de fair play y caballerosidad no son los más frecuentes y a menudo son vistos como circunstancias extraordinarias. El momento se registró anteayer, en el estadio Old Trafford, durante el encuentro que por la Europa League jugaron el equipo local, Manchester United, y el Sevilla, y que concluyó igualado en dos goles.
El hecho tuvo como protagonistas a tres futbolistas argentinos y campeones mundiales. El aguerrido defensor del conjunto inglés Lisandro Martínez, de pronto, cuando dominaba la pelota, sintió un dolor en el pie derecho y cayó al piso. Más tarde se supo que sufrió una rotura del quinto metatarsiano que lo dejará fuera de las canchas hasta agosto próximo. Por supuesto, se retiró del campo de juego en medio de aplausos del público, pero lo más emocionante pasó por la actitud de dos de sus ocasionales adversarios, quienes lo cargaron en andas para auxiliarlo y trasladarlo a un costado del terreno de juego.
Podrá no sorprender que quienes lo hayan consolado, primero, y auxiliado, después, hayan sido dos de sus compañeros en la selección argentina: Marcos Acuña y Gonzalo Montiel. Sin embargo, el acto no deja de ser un ejemplo que debería ser imitado en todos los estadios y, de manera especial, por las nuevas generaciones de jóvenes deportistas, para que recuerden que lo más importante no es ganar, sino competir, como dijo Pierre de Coubertin, y que más trascendente que la victoria es superarse a uno mismo en todos los órdenes de la vida.
LA NACION