Un teatro para todos los sentidos
El mundo es un escenario y en él, hombres y mujeres somos meros actores, decía Shakespeare. Cuando vamos al teatro, elegimos ser espectadores, asistentes a una ceremonia en la que el protagonismo de otros nos aglutina desde nuestras butacas. O desde nuestra silla de ruedas. O desde la oscuridad de una ceguera, así como también desde la pérdida parcial o total de la audición. Porque el arte puede disfrutarse de distintas formas.
Las llamadas "funciones accesibles" comenzaron a brindarse hace unos años y, afortunadamente, se extienden tanto dentro del circuito oficial porteño como por otros espacios que han felizmente resuelto otorgarles una regularidad más sostenida. Así, las salas del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), el Teatro Nacional Cervantes o la Usina del Arte ofrecen funciones pensadas para espectadores con capacidades diferentes, lo cual en algunos casos supone adaptaciones tecnológicas -como la inclusión de aros magnéticos, sonido amplificado, subtitulados, traducción a lengua de señas para disminuciones auditivas , o audiodescripciones a través de dispositivos personales que permiten a quienes no ven acceder a una síntesis de las ambientaciones o de los vestuarios a través de un código QR que se suma a los contenidos incluidos en los programas en braille.
Por otra parte, se identifican como funciones "distendidas" aquellas con luces y sonidos tenues, sin estridencias ni gritos, habilitando el reconocimiento táctil en una atmósfera que permite moverse con libertad durante el transcurso de la obra para que quienes sufren trastornos del espectro autista puedan también disfrutar del espectáculo.
El pasado 17 de julio se estrenó Hamlet, en el CTBA, función accesible que se repetirá el 1º y el 17 del mes próximo. Para la mayoría de quienes asistieron a estas funciones en el Cervantes durante el año pasado, se trató de su primera incursión teatral. Celebremos que más y más salas se sumen a estas propuestas que confirman que la capacidad de disfrutar un encuentro con el arte no sabe de barreras ni de prejuicios.