Con una protesta masiva, crece la presión sobre el primer ministro de Hungría por un indulto ante un caso de abuso infantil
Tras la renuncia de la presidenta la semana pasada, la indignación popular forzó la dimisión del obispo Zoltan Balog, cercano a Viktor Orban
BUDAPEST.- El indulto concedido en Hungría a un implicado en abusos sexuales a niños provocó la renuncia del jefe de la Iglesia protestante, consejero de la presidenta del país que dimitió el sábado pasado, y sacó a la calle la noche del viernes a miles de indignados ciudadanos contra el gobierno del primer ministro ultranacionalista, Viktor Orban.
Decenas de miles de personas protestaron en Budapest contra la decisión de indultar al exdirector adjunto de un hogar para niños, condenado en 2022 a más de tres años de prisión por encubrir las actividades pedófilas de su superior.
Antes de esta manifestación, el obispo calvinista Zoltan Balog anunció su “retiro de la presidencia eclesiástica”, tras un sínodo extraordinario.
Der Chef der protestantischen Reformierten Kirche Ungarns, Bischof Zoltán Balog, ist am Freitag wegen der Verwicklung in einen Pädophilie-Skandal zurückgetreten.
— Gaëlle Courtens (@gaelle14juillet) February 17, 2024
- DER SPIEGEL https://t.co/gzC3BgzwPW
Días antes, en una reunión de líderes de la Iglesia Reformada, Balog admitió que había apoyado la solicitud de clemencia del acusado. Pese a la confesión, el obispo no dimitió gracias a una votación en la que el que el 86% de los presentes lo apoyaron.
Tras presentar finalmente su renuncia por la creciente indignación pública, el obispo reconoció que al defender la clemencia cometió un error, por lo que pidió perdón.
Es la tercera personalidad cercana al primer ministro ultraconservador Viktor Orban en dimitir en menos de una semana, en una crisis sin precedentes desde su regreso al poder en 2010.
Las protestas no representan una amenaza inmediata para el gobierno de Orban, ya que las elecciones de 2026 aún están lejos, pero se producen antes de las elecciones al Parlamento Europeo de junio, en las que su partido espera beneficiarse de un aumento del apoyo a la extrema derecha en toda Europa.
El sábado pasado, la presidenta Katalin Novak y la exministra de Justicia Judit Varga, cabeza de lista oficialista a las elecciones del Parlamento Europeo de junio próximo, abandonaron con estruendo la vida pública.
“Emití un indulto que causó desconcierto e inquietud a mucha gente”, dijo Novak el sábado pasado, al anunciar su renuncia. “Cometí un error”, agregó.
Novak, quien emitió el indulto junto con otras dos decenas de perdones en ocasión de la visita del papa Francisco en abril de 2023, negó en principio haber actuado de manera incorrecta y rechazó dar explicaciones.
Denuncia al sistema
Muchos manifestantes, convocados por influencers y personalidades de la cultura, afirman su voluntad de “denunciar el sistema Orban”.
“Los derechos democráticos han sido pisoteados como nunca” bajo el actual gobierno, subrayó Risko Laszlo, de 50 años, empleado de una empresa de telecomunicaciones.
Otra participante declaró que “el gobierno debe dejar de creer que todo está permitido”, aunque confiesa no tener “muchas esperanzas de cambio”, ya que Orban asentó sólidamente su poder.
“Estoy muy contenta de que seamos tantos”, agregó Margit, maestra de 65 años que se negó a dar su apellido.
“Ya hemos tenido suficiente. Necesitamos un cambio, este gobierno está lleno de mentiras e hipocresía”, afirmó Jozsef Molnar, de 64 años, quien fue a la protesta junto a su hijo de 19 años.
Agencias AFP, AP y DPA
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