Coronavirus: quiénes integran los consejos científicos que asesoran a los líderes europeos

PARÍS.- Fue después de consultar al "comité científico para el coronavirus " que el presidente francés Emmanuel Macron anunció el 12 de marzo el confinamiento del país hasta nuevo aviso. Desde entonces, el ejecutivo francés repite que administra la crisis en función de los consejos de ese exclusivo club, integrado por 11 expertos llegados de horizontes tan variados como la inmunología, la sociología y la antropología. Con más o menos formalidad, la mayoría de los gobernantes europeos recurren a equipos multidisciplinarios para ayudarlos a enfrentar la pandemia.

"El comité fue un recién nacido que tuvo que aprender a caminar en plena tormenta desde que dio sus primeros pasos", reconoce su presidente, el respetado inmunólogo, profesor Jean-François Delfraissy.

Infectólogos, virólogos, epidemiólogos, médicos generalistas, reanimadores, modelizadores, una socióloga y un antropólogo completan ese organismo creado por Macron el 11 de marzo, que se reúne cada día por videoconferencia para analizar la situación y hacer llegar sus consejos al ejecutivo. Una opinión que no siempre es seguida al pie de la letra, como sucedió la semana pasada, cuando el presidente anunció la apertura gradual de ciertas escuelas a partir del 11 de mayo, contra la recomendación de los 11 expertos.

"Nuestra función es dar una opinión. La tarea del político es tomar decisiones que integren nuestro consejo, evaluando además todos los aspectos sociales y económicos de la crisis", afirma el epidemiólogo y profesor del Instituto Pasteur, Arnaud Fontanet.

En pocas semanas, gracias al nivel de excelencia profesional de cada uno, los miembros del comité terminaron convirtiéndose en "la cara tranquilizadora de la pandemia". Omnipresentes en los medios de comunicación, serenos, precisos, aportaron a los franceses una información de calidad, deformada a diario por las fake news que circulan por las redes sociales.

En Alemania , Angela Merkel no tuvo necesidad de crear un comité ad hoc para aconsejarla sobre las amenazas de la pandemia. Antes que nada porque sus estudios de física la habituaron a las razonar como una científica. Segundo, porque la academia de ciencias que aconseja a los gobiernos alemanes fue creada en 1652. Se trata de la Academia Leopoldina. Según sus estatutos, la institución de ese tipo más antigua del mundo tiene dos objetivos: representar a la comunidad científica alemana a nivel internacional y dar a los dirigentes políticos y al público consejos basados en la ciencia.

Pero la pandemia de coronavirus en Alemania tiene sobre todo cara y apellido. Como el doctor Anthony Fauci en Estados Unidos , los alemanes y Merkel cuentan con Christian Drosten, uno de los virólogos especialista del coronavirus más célebre del mundo.

Desde que comenzó la pandemia, el país vive pendiente de lo que dice el jefe de Virología de la Caridad, el gran hospital de Berlín, que hasta hace pocas semanas trabajaba solo y aislado en su laboratorio. Ese hombre discreto de 48 años, con la melena en batalla, una barba de tres días y cara de cansado descubrió la existencia de la epidemia antes que nadie en Europa, gracias a sus colegas chinos puso a punto un test de detección que envió a Wuhan, donde probó su eficacia. Cuando el Covid-19 llegó a Alemania, el país había realizado una cantidad de tests que ningún otro de sus vecinos estaba en condiciones de practicar.

Gracias a Drosden, tanto Merkel como su país figuran como los mejores alumnos del Viejo Continente en la gestión de la pandemia. Pero, como la canciller no ignora que durante una crisis sanitaria, además de la salud, corre peligro la totalidad del tejido social, también se rodeó de un equipo informal de intelectuales que la asesoran en el terreno ético y jurídico.

Comité técnico en Italia

Desde que empezó la crisis sanitaria, los italianos escuchan hablar del Comité Técnico Consultativo (CTC), un organismo que -como en Francia- aconseja al gobierno del primer ministro Giuseppe Conte a hacer frente a la pandemia. El organismo cuenta con 21 expertos, todos especialistas en el sector de la salud y la medicina. Entre las personalidades más mediáticas y sobresalientes del organismo, se encuentran el profesor Silvio Brusaferro, presidente del Instituto Superior de Sanidad, así como el epidemiólogo Giovanni Rezza, que trabaja en el mismo instituto.

A pesar del marcado tenor científico de ese grupo de expertos, los miembros del CTC suelen incluir en sus recomendaciones variables sociológicas y éticas que van más allá del simple consejo sanitario.

Al igual que el resto de sus vecinos, el presidente español, Pedro Sánchez, sabe que una crisis sanitaria no se administra solo con especialistas de la salud. Por esa razón, el panel de sabios que debe asesorarlo para sacar a su país de unos de los confinamientos más rigurosos de Europa, incluye no solo expertos en epidemiología y salud pública, sino también en deuda, nuevas tecnologías, filosofía, desigualdad, inteligencia artificial, economía y relaciones internacionales.

A la misma conclusión llegó el gobierno del primer ministro Boris Johnson en Gran Bretaña , quien decidió reactivar la semana pasada un organismo consultivo creado en crisis anteriores, como la epidemia de ébola en 2014. Se trata del Scientific Advisory Group for Emergencies (SAGE), compuesto por expertos de numerosas disciplinas. El Reino Unido cuenta, además, con la invalorable participación de los especialistas del prestigioso Imperial College de Londres, al que también acude la mayoría de los dirigentes europeos desde el comienzo de la pandemia por la excelencia de sus modelizaciones en diferentes áreas.

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