Durante toda la jornada del último lunes, que comenzó con una visita al expresidente Lula en la cárcel de Curitiba, Fernando Haddad centró sus ataques en Jair Bolsonaro: el candidato favorito, según las últimas encuestas.
Retomó, entonces, la consigna "él no" bajo la cual cientos de miles de brasileños salieron el sábado a las calles de todo el país. Este se convirtió en el eslogan de los opositores del ultraderechista que se viralizó en las redes sociales con el hashtag #elenão.
"[Jair Bolsonaro] no respeta la diversidad, no respeta a las mujeres, no respeta a los negros", afirmó Haddad ante unas 400 personas, tras verse con el expresidente en la prisión donde Lula cumple una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero .
A la noche, Haddad retomó ese mensaje durante un acto que realizó con artistas en el centro de Río de Janeiro que estuvo colmado de simpatizantes que coreaban "Lula libre".
"Nunca se sabe el resultado electoral antes de abrir las urnas pero puedo decirles que nuestro mensaje le está llegando a la gente", afirmó el exministro de Educación y exalcalde de San Pablo.
"Estoy sintiéndolo por dónde paso. No fue por casualidad que se realizaran las manifestaciones del sábado en Brasil diciendo 'él no'", lanzó.
Todavía recuperándose en su domicilio de Río, Bolsonaro continuó su campaña por las redes, desde donde criticó la "cobardía o el cinismo" del resto de los candidatos que lo atacaron en el tenso debate televisivo que se realizó el domingo y al que no acudió por motivos de salud.
A la espera, el expresidente sigue enviando mensajes. Este lunes, el diario Jornal do Brasil publicó una carta de Lula en la que llamó a los electores a "salvar la democracia" y rechazar "la barbarie". "El pueblo pone en jaque el proyecto ultraliberal y eso no estaba en el cálculo de los golpistas", expresó.
Sin embargo, Lula recibió un nuevo golpe después de que el juez Sergio Moro -el hombre que lo envió a prisión- autorizó la publicación de una serie de acusaciones hechas por Antonio Palocci, quien fue su estrecho colaborador y ministro de Hacienda, en las que señala que el expresidente pidió sobornos para financiar campañas del PT.
Las acusaciones, siempre negadas por Lula, están incluidas en el acuerdo de delación premiada que Palocci, preso desde hace dos años, suscribió con la Policía Federal en abril.
