Homenajes, tensión y más de 300 detenidos en Rusia el día después de la muerte de Navalny

MOSCÚ.- Los tributos florales dedicados a Alexei Navalny, enemigo acérrimo del presidente ruso Vladimir Putin y fallecido ayer en una colonia penal del país, fueron retirados el viernes durante la noche por grupos de personas no identificadas bajo la vigilancia de la policía, según videos publicados en las redes sociales rusas. En ese clima entre los homenajes y la represión se viva en Rusia el día después de la muerte del líder opositor, con más de 300 personas detenidas, según una ONG local.

Desde la muerte de Alexei Navalny, al menos 340 personas fueron detenidas en distintos eventos que tuvieron lugar en 30 ciudades rusas, según informó el grupo de derechos humanos OVD-Info. Esta cifra representa la mayor ola de arrestos en eventos políticos en Rusia desde septiembre de 2022, cuando más de 1300 personas fueron arrestadas durante manifestaciones contra una “movilización parcial” de reservistas para la campaña militar en Ucrania.

OVD-Info, que también monitorea la libertad de reunión en Rusia, destacó que la mayor cantidad de arrestos se registraron en San Petersburgo y Moscú, ciudades donde el movimiento de Navalny había sido tradicionalmente fuerte, con 74 y 49 detenidos respectivamente.

En la capital, Moscú, en el mismo lugar donde las flores de un monumento cercano a la sede del Servicio Federal de Seguridad habían sido retiradas durante la noche, aparecieron nuevos homenajes este sábado.

En el memorial “Muro del Dolor”, ubicado en la avenida dedicada al físico soviético y disidente Andrei Sajarov, algunos ciudadanos rusos colocaron flores junto a imágenes de Navalny. Uno de los mensajes que se encontraban en el lugar decía: “No olvidaremos, ni perdonaremos”.

“Vine porque siento un profundo dolor”, expresó Arkady, quien se negó a proporcionar su apellido. “Era un hombre al que respetaba. Tenía esperanzas de que fuera alguien capaz de generar un cambio en el futuro”.

Imágenes captadas por Reuters en San Petersburgo mostraron a decenas de personas reunidas junto a un monumento erigido en honor a las víctimas de la represión. Los manifestantes, entre lágrimas y cantos de himnos, colocaron flores y velas en el lugar. Sin embargo, según reportó un periodista de Reuters en el l, unas 30 personas fueron arrestadas poco después de que la reunión llegara a su fin.

“Sentí mucha pena por él y por nuestro país”, expresó una mujer de 83 años que participaba en la vigilia y que prefirió no revelar su nombre. “Tengo miedo”, agregó.

OVD-Info también reportó detenciones individuales en ciudades más pequeñas de toda Rusia, desde Belgorod, en la frontera, donde siete personas murieron en un ataque con misiles ucranianos, hasta Vorkuta, una localidad ártica que alguna vez fue un centro de campos de trabajo del gulag durante la era de Stalin.

“Las esperanzas han sido destrozadas”

En el centro de Moscú, varias docenas de rosas y claveles quedaron esparcidos sobre la nieve derretida en el monumento a las víctimas de la represión soviética, situado cerca de la antigua sede del KGB en la Plaza Lubyanka.

Vladimir Nikitin, de 36 años, fue visto colocando un clavel en la Piedra de Solovetsky, proveniente de las islas del mismo nombre en el Mar Blanco, donde los bolcheviques establecieron uno de los primeros campos de trabajo forzado del Gulag en 1923. Mientras tanto, los policías observaban la escena.

Nikitin prefirió hablar en el paso subterráneo que cruza la Plaza Lubyanka, mencionando el temor a ser detenido. “La muerte de Navalny es terrible: las esperanzas han sido destrozadas”, comentó. “Navalny era un hombre muy serio y valiente, y ahora ya no está con nosotros. Hablaba la verdad, y eso era muy peligroso porque a algunas personas no les gustaba la verdad”.

Imágenes capturadas por Reuters en Moscú mostraron a las fuerzas de seguridad tirando a personas al suelo en la nieve, cerca del lugar donde los dolientes habían dejado flores y mensajes en apoyo al difunto líder opositor.

Navalny alcanzó prominencia hace más de una década al documentar y burlarse de lo que dijo era la vasta corrupción y opulencia de los “ladrones y estafadores” que dirigían la Rusia de Putin.

Los seguidores de Navalny, incluidos los del Occidente, lo presentaron como una versión rusa de Nelson Mandela de Sudáfrica, que algún día caminaría libre para liderar el país.

Algunos rusos, sin embargo, desestimaron tal punto de vista como un caso clásico de wishful thinking y señalaron una encuesta de opinión que mostraba que la mayoría de los rusos lo desaprobaban y que Putin era mucho más popular.

“La muerte de Navalny es muy beneficiosa para los oponentes de Putin”, dijo Sergei Markov, exasesor del Kremlin. “Lo usarán para socavar la legitimidad de la elección presidencial en Rusia, para no reconocer a Putin como el presidente legítimo. Están tratando de presentar a Putin no como el presidente de un país hostil, sino como un criminal con el que nadie debería tener que tratar”.

En “Patriki”, o Estanques del Patriarca, el centro de la vida nocturna de Moscú, muchos jóvenes rusos disfrutaron la noche del viernes horas después de la noticia de la muerte de Navalny. No había señales de tristeza.

“Es triste, por supuesto, cuando alguien muere”, dijo Olga Kazakova, una rusa, a Reuters en el centro de Moscú el sábado. “Pero ustedes en Occidente lo pintan como alguien que no era. Occidente no es nuestro amigo: están luchando contra nosotros en Ucrania”.

La muerte de Navalny

La noticia de la muerte de Navalny se produce a menos de un mes de las elecciones en la que, casi con toda seguridad, Putin saldrá elegido para otro mandato de seis años.

Esta muerte demuestra “que la sentencia a la oposición en Rusia no es simplemente la cárcel, sino la muerte”, afirmó Nigel Gould-Davies, exembajador de Reino Unido en Bielorrusia y experto en Rusia y Eurasia en el Instituto Internacional de Estadios Estratégicos de Londres.

Según el reporte del Servicio Penitenciario Federal, Navalny se descompensó tras un paseo el viernes y perdió el conocimiento en la colonia penal ártica “Lobo Polar” de la localidad de Kharp, en la región de Yamalo-Nenets, a unos 1900 kilómetros al noreste de Moscú. La ambulancia que llegó al centro no pudo reanimarlo y la causa de la muerte aún se “está estableciendo”, añadió.

Navalny estaba en prisión desde enero de 2021, cuando regresó a Moscú tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento con una sustancia neurotóxica del que culpó al Kremlin. Desde entonces, recibió tres sentencias de prisión que rechazó alegando que respondían a motivaciones políticas y cumplía una pena de 19 años por “extremismo”.

Tras la última sentencia en su contra, el líder opositor dijo que entendía que estaba “cumpliendo una cadena perpetua, que se mide por la duración de mi vida o por la duración (…) de este régimen”.

Horas después de conocerse su muerte, su esposa, Yulia Navalnaya, hizo una dramática aparición en una conferencia de seguridad en Alemania a la que asistían numerosos líderes mundiales. Dijo que consideró cancelar su participación, “pero entonces pensé en lo que habría hecho Alexei en mi lugar. Y estoy segura de que él estaría aquí”, y añadió que no estaba segura de poder creer las noticias procedentes de fuentes oficiales rusas.

“Pero si esto es cierto, quiero que Putin y todos los que rodean a Putin, los amigos de Putin, su gobierno, sepan que tendrán que asumir la responsabilidad de lo que le hicieron a nuestro país, a mi familia y a mi esposo. Y ese día llegará muy pronto”, afirmó Navalnaya.

Navalnaya expresó que el mundo debería unirse para derrotar al “régimen horroroso” en Moscú y recuperar Rusia.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Washington no sabe exactamente qué sucedió, “pero no hay duda de que la muerte de Navalny fue consecuencia de algo que hicieron Putin y sus matones”.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la reacción de los líderes occidentales ante la muerte era inaceptable y “absolutamente rabiosa”. Además, añadió que Putin fue informado del deceso de Navalny mientras que la vocera del equipo del líder opositor, Kira Yarmysh, dijo en X que no tenían aún la confirmación de lo ocurrido.

Las autoridades rusas consideraban a Navalny y a sus seguidores como extremistas con vínculos con la agencia de inteligencia CIA que buscaban desestabilizar a Rusia. Han prohibido su movimiento, obligando a muchos de sus seguidores a huir al extranjero.

Agencias AP y Reuters

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