Durante dos horas y media, hasta 15 felinos y 130 pasajeros humanos navegan a lo largo de la isla turística de Sentosa, disfrutando de las vistas únicas
Los dueños de gatos en Singapur ahora pueden llevar a sus mascotas en cruceros de lujo a navegar al atardecer. Las embarcaciones están pensadas para gatitos mimados que disfrutan de las cosas buenas de la vida. A bordo del gran velero Royal Albatross, los animales pueden descansar en jaulas “cat-bana” hechas a medida mientras sus dueños disfrutan de una cena de cuatro o siete platos junto a ellos en cubierta. El operador del barco presentó los viajes aptos para gatos este mes, después de que los cruceros para perros lanzados en 2021 tuvieron mucho éxito.
“Creo que la están pasando muy bien... disfrutan de la vista y supongo que de la libertad que perciben”, dijo Marissa Ng, una profesional de recursos humanos de 28 años mientras sus mascotas Coco y Bobo miran el mar desde su mesa.
El barco alojó a más de 2000 perros desde 2021, y es posible que los cruceros para gatos pronto se pongan al día, ya que se vendieron más de 200 billetes para pasajeros humanos, con un precio de 225 dólares singapurenses (166 dólares estadounidenses). Los cruceros para perros y gatos tienen diferentes días de navegación. Mientras que a los caninos se les sirve una cena de tres platos a bordo en la mesa, los dueños de gatos llevan la comida de sus mascotas, ya que las criaturas quisquillosas tienden a rechazar los platos cuando están fuera de su zona de confort.
La compañía que gestiona los cruceros, Tall Ship Adventures, dice que consultó con expertos y organizaciones de bienestar de gatos como la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales para garantizar una experiencia segura a bordo. Las precauciones incluyen que los gatos estén sujetos y atados de forma segura en todo momento. También deben estar vacunados y esterilizados, y ser transportados en “carriers” durante el embarque.
Mahmud, un gatito británico de pelo corto de cuatro meses, parecía tranquilo a pesar de que era la primera vez que usaba un arnés, dormitando en un banco junto a su familia mientras cenaban. “Este es un buen momento para pasar el día en familia, ya que acabamos de recibir a Mahmud”, dijo Aziana Aziz, una profesora de 41 años que navega con su hijo y su marido. “Lo está disfrutando... tiene curiosidad, está mirando a su alrededor, se lo ve muy feliz”.
Con información de AFP