Un explosivo testimonio de su exabogado se convierte en una amenaza para Trump
Ante el Congreso, Michael Cohen afirmó estar al tanto de irregularidades bajo investigación que implican al presidente; lo tildó de "racista", "estafador" y "tramposo"
WASHINGTON.- Lo llamó "racista", "estafador" y "tramposo". Dijo que cometió crímenes, que se movió con impunidad, que mintió y lo forzó a mentir, y que sabía de antemano sobre la filtración de WikiLeaks de miles de correos electrónicos demócratas que torturaron a la campaña de Hillary Clinton durante las elecciones presidenciales de 2016.
En un explosivo testimonio en el Congreso, Michael Cohen, exabogado personal del presidente Donald Trump , complicó a la Casa Blanca y defenestró a su antiguo jefe, por quien había llegado a decir que era capaz de "recibir una bala". Cohen, que se había declarado culpable de mentir ante el Congreso en un testimonio previo, dijo que ahora comparecía para decir la verdad y "corregir el archivo", pidió perdón al país y se confesó avergonzado.
"Me avergüenzo porque sé lo que es el señor Trump. Es un racista, es un estafador y es un tramposo", afirmó Cohen, al leer bajo juramento una declaración escrita, ante un comité de la Cámara de Representantes del Congreso. "Mentí, pero no soy un mentiroso. Hice cosas malas, pero no soy una mala persona. Arreglé cosas, pero ya no soy el que arregla cosas, señor Trump", agregó luego.
El esperadísimo testimonio de Cohen, que fue transmitido en vivo por las cadenas de televisión y acaparó la atención de Washington , eclipsó el primer día de la cumbre en Hanoi de Trump con el dictador norcoreano, Kim Jong-un, en la que ambos buscarán cerrar un avance concreto hacia la paz nuclear en la península coreana.
Desde Vietnam, Trump intentó despegarse y dijo en Twitter que Cohen estaba "mintiendo" para reducir su futura sentencia. Rudy Giuliani, abogado de Trump, cargó contra la credibilidad de Cohen y tildó de "patético" su testimonio. La campaña del magnate, ya en pleno funcionamiento para 2020, también salió a cruzar al abogado.
"Este es el mismo Michael Cohen que admitió que le mintió al Congreso anteriormente. ¿Por qué se molestaron en tomarle juramente en este momento?", preguntó Kayleigh McEnany, secretaria de Prensa Nacional de la campaña de Trump, en un comunicado. Varios congresistas republicanos también buscaron atacar la credibilidad de Cohen. Paul Gosar lo acusó sin medias tintas: "¡Usted es un mentiroso patológico!", le dijo. Cohen no se inmutó: "¿Se refiere a mí, señor, o al presidente?", le respondió.
El testimonio sirvió también para mostrar el renovado músculo de los demócratas en el Congreso. Hasta la última elección legislativa, el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara ante el cual testificó Cohen estaba bajo control de los republicanos. El testimonio de Cohen solo fue posible porque ahora, al recuperar el control de la Cámara baja, los demócratas recuperaron también la presidencia de los comités, y pudieron convocar al abogado para que volviera a declarar.
Cohen hizo varias acusaciones explosivas, pero dos sobresalieron por sobre el resto. El abogado dijo que Roger Stone, asesor y amigo del presidente, le dijo a Trump en una conversación telefónica que había hablado con Julian Assange y que WikiLeaks se preparaba para publicar los correos electrónicos robados al Comité Nacional Demócrata en medio de la campaña presidencial.
"¿No sería genial?", dijo Trump, según el testimonio de Cohen.
Trump ha dicho antes que no sabía nada acerca de que WikiLeaks publicaría documentos robados a los demócratas. Stone negó esa declaración. WikiLeaks dijo en un tuit que Assange nunca habló con Stone.
Cohen también aportó nuevas pruebas sobre el pago a la actriz porno Stormy Daniels para silenciar un supuesto romance con Trump en plena campaña presidencial. "Me pidió que le pague a una estrella de cine porno con la que tuvo un amorío y que le mienta a su esposa, algo que hice, y mentirle a la primera dama es uno de mis mayores lamentos, porque es una persona amable, buena y a quien respeto enormemente. Ella no se lo merecía", dijo Cohen.
Cohen presentó un cheque por 35.000 dólares con la firma de Trump, que recibió el 1° de agosto de 2017, cuando Trump ya era presidente. Fue uno de los 11 cheques que Trump le entregó a Cohen durante ese año para "reembolsarle" por el pago a Daniels. Esos pagos fueron ilegales y forman parte de los crímenes por los que Cohen se declaró culpable.
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