Una carrera contra la muerte: los 30 minutos clave para salvar a alguien de un alud
Dos montañistas argentinos explicaron a LA NACION la desesperante carrera contrarreloj que se pone en marcha en caso de una avalancha, a propósito de lo ocurrido en Italia
El reloj comienza a correr apenas se produce la avalancha, por eso los primeros 30 minutos son clave para ganarle la carrera a la muerte. Después, las esperanzas de encontrar a algún sobreviviente caen drásticamente, explican Damián Romeo, rector de la Escuela Argentina de Actividades de Montaña, y Muti Blampiel, experto montañista con más de 10 años de experiencia, a propósito de lo ocurrido en Italia donde un alud cayó sobre un hotel exclusivo de la región centro meridional.
El frío es lo de menos. El mayor riesgo de quedar atrapado entre la nieve es que no se pueda respirar. No es solo la posibilidad de que puedan obstruirse las vías respiratorias. “La nieve pesa muchísimo”, señala Romeo. Los pequeños cristales de hielo comienzan a solidificarse casi de inmediato. Es como tener una roca encima, que comienza a presionar el tórax y no permite respirar con normalidad. En algún momento, también, la persona comenzará a respirar los residuos de su propia respiración. "Tendrá más tiempo si le queda un espacio frente a su cara, una especie de bolsa de aire. Luego, comenzará a respirar dióxido de carbono", agrega Blampiel.
El alud arrastra consigo rocas y árboles, por lo que un posible golpe también puede ser mortal. Mientras la persona lucha por sobrevivir, los cuerpos de rescate trabajan a toda prisa para localizar el punto exacto bajo la nieve en el que se encuentra la víctima del incidente.
Para enfrentar estas posibles urgencias, los montañistas experimentados cuentan casi con seguridad con un "Arva", un dispositivo que emite una señal bajo la nieve que se activa en caso de que sufran un accidente de este tipo. Eso permite ganar tiempo valioso.
Y los rescatistas también deberían estar preparados con un "arva", una pala y una sonda -una varilla metálica para buscar entre la nieve-. "Si no tenés esto todo el tiempo, es imposible que puedas encontrar a alguien vivo", advierten los expertos.
Por encima de todo, emerge la teoría más sólida que afirma que después de los primeros 30 minutos, solo se salvará la mitad de las víctimas. "Si son 10, cinco morirán", vaticina Blampiel. Hay excepciones, claro: personas que han muerto a los cinco minutos por asfixia u otros rescatados a la hora por, precisamente, contar con una gran "bolsa de aire".
Prevenir pero nunca predecir
Depende de cuánto nevó los días anteriores, de la humedad y de las pendientes (con 30 ó 40 grados de inclinación) de la montaña. Cualquier alpinista debe tomar esto en consideración antes de transitar por una zona en específico. “Y ante la duda, o la remota posibilidad de que haya una avalancha, es mejor pasar por otro lugar”, dice Romeo.
Para levantar alguna edificación en terreno montañoso, también se toma en cuenta el histórico de las nevadas y avalanchas en la zona. Puede que lo que haya sucedido con el reciente alud en Italia es que no era una zona en la que fueran frecuentes este tipo de eventos. “O que haya ocurrido una nevada muy fuerte, algo muy grande que rebasara la capacidad del terreno", señala Romeo.
En centros de esquí suelen hacer avalanchas controladas, con explosivos, para evitar grandes alud. Al final, sin embargo, se puede prevenir pero nunca predecir. Romeo insiste: “Nunca podremos saber cuándo ocurrirá una avalancha. Siempre nos tomará por sorpresa”.
Juan Carlos Figueroa
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