El bastardo, eficaz cruza de western y melodrama con gran actuación de Mads Mikkelsen

El bastardo (Bastarden, Dinamarca-Alemania-Suecia/2023). Dirección: Nikolaj Arcel. Guion: Nikolaj Arcel, Anders Thomas Jensen, basado en la novela The Captain and Ann Barbara, de Ida Jessen. Fotografía: Rasmus Videbæk. Edición: Olivier Bugge Coutté. Elenco: Mads Mikkelsen, Amanda Collin, Simon Bennebjerg, Melina Hagberg, Kristine Kujath Thorp, Gustav Lindh. Duración: 127 minutos. Calificación: apta para mayores de 16 años. Nuestra opinión: buena.

El bastardo del título de esta película estrenada el año pasado en el Festival de Venecia es Ludvig Kahlen (Mads Mikkelsen), un personaje seco, intimidante y ambicioso que después de prestar servicio durante años para el ejército alemán decide viajar a la Dinamarca del siglo XVIII para aprovechar una oferta de Frederik V, monarca que pretende colonizar los páramos salvajes de Jutlandia para convertirlos en zona de cultivo y cobrar nuevos impuestos para la Casa Real danesa.

La tarea que se propone el capitán Kahlen no es simple: el lugar es un páramo donde las inclemencias del clima y la violencia de diferentes grupos errantes complican cualquier proyecto.

Basado en un exitoso libro de Isa Jessen (The Captain and Ann Barbara), este dramático largometraje del mismo director que estuvo nominado a un Oscar por otra película de época (Un asunto real, estrenada en 2012, también con Mikkelsen en el elenco y una muy joven Alicia Vikander en el papel de la princesa inglesa Carolina Matilde) es efectivamente una historia sobre los rigores de la colonización, pero también la de un personaje hosco y ensimismado que encuentra una posibilidad de cambiar a partir de formar una familia.

“Es un hombre tan obcecado en sus objetivos materiales que se pierde lo importante en la vida -declaró Nikolaj Arcel cuando presentó el film en Venecia-. Pero la veo como una historia atemporal: hoy también mucha gente sólo trabaja, trabaja, y trabaja para triunfar. Hablo de personas que de pronto se dan cuenta de que hay otras cosas importantes que no tienen, como la familia o el amor, nada menos”.

Kahlen debe negociar con Frederik de Schinkel (Simon Bennebjerg), un personaje despiadado y tragicómico que ejerce su poder como terrateniente y, arrogándose la representación indiscutida de la realeza en la zona, instaura un régimen de abusos y terror. Para colmo, su prometida es una aristócrata noruega que lo desprecia y empieza a mostrar por el capitán recién llegado un interés que dispara al relato hacia el territorio del melodrama.

La eficacia de El bastardo está mayormente apoyada en la solidez de su elenco: Mikkelsen, quien ya había demostrado su talento a través de magníficas interpretaciones en La cacería (2012) y Otra ronda (2020), se luce en la composición de un personaje rudo y por momento inescrutable. Pero también brilla Bennebjerg, capaz de inquietar con cada gesto de ese déspota siniestro que actúa como un psicópata tan peligroso como ridículo.

El capitán Kahlen pretende hacerse de tierras y un título nobiliario, aspiraciones relacionadas con las penurias asociadas a su propio origen. Pero encuentra en el amor de una criada especialmente perseguida por el perverso Frederik y la protección de una niña abandonada, a la que primero maltrata y luego adopta, el verdadero sentido de su existencia. Cruzando la solemnidad del western con el folletín más desatado, Arcel consigue mantener un clima de alta tensión a lo largo de más de dos horas, un logro para nada sencillo.