Wish, el poder de los deseos: guiños, desafíos y todos los detalles detrás de la película con la que Disney celebra sus 100 años de vida
Estrenada el 4 de enero en nuestro país, el film animado retoma la estructura clásica del cuento de hadas con numerosas referencias al legado de clásicos como Cenicienta, Pinocho y Blancanieves, entre otros
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LOS ÁNGELES.- Pasaron 100 años y la fórmula sigue intacta. De Pinocho a Moana, a mano alzada o con mousse, los personajes de Disney son creados bajo un mismo ADN que los lleva a buscar la magia, a creer o, como en el caso de Wish, el poder de los deseos -la más reciente película de la factoría-, a desear bajo una estrella.
Wish: el poder de los deseos no solo es la última creación de Disney, sino que celebra el aniversario de la centenaria compañía fundada en octubre de 1923 por Walt Disney. Estrenada el 4 de enero en nuestro país, la película retoma la estructura del cuento de hadas con numerosos guiños al legado de clásicos como Cenicienta, Pinocho y Blancanieves, por nombrar algunos. En tiempos de Twitch y Tik Tok, resulta por lo menos un desafío captar la atención de las nuevas infancias bajo fórmulas clásicas. Eso sí, no necesariamente menos efectivas.
Las últimas dos creaciones de Disney -Wish... y Érase una vez un estudio (Once Upon a Studio), el cortometraje de 12 minutos de duración que también celebra el centenario de la icónica compañía-, se valen de nuevas tecnologías y apuestan a una equilibrada convivencia entre la modernidad y el pasado con el objetivo de “crear un sentido de unidad y nostalgia”.
“Definitivamente es un desafío captar la atención de las nuevas infancias, pero si pensamos en que Disney ha existido durante cien años, a través de una enorme cantidad de cambios en el mundo, creo que la clave está, -citándolo a Walt-, en contar historias”, plantea a LA NACION Jennifer Lee, guionista y productora ejecutiva del film y directora creativa de Walt Disney Animation. “Desde que existe la humanidad, las historias son las que unen a las personas. Si seguimos impulsando la narración, tendremos cosas nuevas e interesantes que decir, pero también otras que resuenan”, sostiene Lee.
“Las herramientas siempre cambian. Pero cuando se trata de la esencia de la animación, sigue siendo exactamente lo mismo. Trabajé y dirigí películas dibujadas a mano y por computadora; es exactamente lo mismo. Los animadores están creando una actuación y no importa si usan lápiz o un mouse”, señala a este medio Chris Buck, uno de los directores de la película.
Fawn Veerasunthorn, compañera de Buck en la dirección de Wish... y guionista de Raya y el último dragón, se toma unos segundos y agrega: “Creo que la gente todavía busca en Disney la esperanza y la magia para creer que existe esa magia en el mundo”.
Para Lee, Disney sigue representando un lugar de pertenencia “donde todos pueden traer a su niño interior”. “Desde mi infancia, Disney significó abrir un mundo de imaginación y esperanza. Es genial ver a los personajes perseverar por lo que quieren, algo presente en el ADN de todas las películas de Disney. Por eso elegimos el tema del deseo en esta película”, cuenta Veerasunthorn.
“En nuestra película es central la idea de que no hay poder más grande en el universo que alguien con un deseo verdadero en su corazón”, explica Lee sobre el film que arranca con una voz en off que narra la historia del pueblo de Rosas, donde transcurre toda la historia.
La historia
Sin princesas pero con un villano clásico y personajes de fantasía, Wish... cuenta la historia de Magnífico, un rey y hechicero que custodia los deseos de todos los habitantes de Rosas con la promesa de concedérselos. Solo él decide qué deseos se harán realidad y cuándo.
A su vez, la narración presenta a una heroína moderna personificada por Asha, una adolescente de 17 años, quien pide un poderoso deseo a las estrellas. Sin embargo, la joven que en un principio se transforma en “aprendiz del brujo” descubre a lo largo del relato que el rey esconde otras motivaciones.
“El aspecto moderno que aportamos a esta historia tiene que ver con el hecho de que en este caso el deseo no se hace realidad mágicamente”, señala Veerasunthorn. Y al respecto aclara: “En los tiempos actuales, es divertido llevar al personaje a ese lugar y reconocer que es el viaje lo que cuenta. Es el acto de intentarlo, ser activo hacia tus sueños y eso te lleva a una nueva comprensión de uno mismo. Y en el camino, es posible que descubras aliados que ni siquiera sabías que tenías. Creo que eso es lo que resonó en nosotros de Wish”.
Aun así, y tal como sus creadores destacan a LA NACION, Wish... parte de la base de una historia arquetípica que responde al legado del cuento de hadas bajo la estructura del bien y el mal. “El Rey Magnífico es un villano desde el principio, y eso es lo que realmente nos encantó. Queríamos crear un villano que el público pudiera amar y odiar toda la película, como muchos de los grandes villanos con los que crecimos”, plantea Buck.
“Magnífico es un maravilloso ejemplo de un rey que tuvo una infancia muy difícil y luego, cuando es puesto a prueba, toma decisiones. Él no tiene que tomar las decisiones que toma, pero lo hace igual y eso tiene consecuencias”, destaca Lee al referirse al proceso de composición de los personajes que, aclara, siempre son de “adentro para afuera”, más allá de las similitudes que puedan darse con algunos personajes de la realidad. “No podemos hacer resúmenes para el mundo. Eso no es contar historias”, cierra la guionista.
Érase una vez un estudio
Sin pasar por alto la coyuntura mundial, atravesada en los últimos años por conflictos bélicos de resonancia -como la guerra entre Rusia y Ucrania y la feroz disputa en Franja de Gaza, tras el ataque del 7 de octubre de Hamas en Israel-, desde Walt Disney Animation insisten en la importancia de continuar con el legado de la compañía y llevar alegría a través de las historias. Bajo este contexto, y como parte de la celebración del centenario, es que surgió la idea de recrear a través de un corto de 12 minutos de duración una foto de familia con más de 500 personajes de todas las épocas.
“El mensaje desde el principio fue el de una carta de amor a la animación de Disney, al medio, y al legado que tiene la empresa, el centenario. Pero solo pretende ser una carta de amor y un agradecimiento a los fans”, precisa Dan Abraham director -junto Trent Correy- del icónico corto Érase una vez un estudio que se estrenó el 16 octubre por Disney+.
En diálogo con este medio, los creadores del corto explicaron que el principal desafío fue integrar los personajes animados de Disney de los últimos 100 años con los nuevos y encontrar un equilibrio para que pareciera que pertenecían al mismo entorno, particularmente cuando tenían que interactuar entre sí. “El objetivo era hacer que los personajes se vieran exactamente como se los recordaba de sus películas originales, y al mismo tiempo encajaran en el entorno de acción real”, aclaran.
“Hay muchos conflictos en el mundo, y esperábamos que estos ocho minutos y medio simplemente trajeran alegría a la gente y les dieran un minuto para respirar y tal vez les hicieran sonreír y pensar en un recuerdo de la infancia o lo que sea”, expresa Correy.
“Fue un desafío divertido tratar de descubrir cómo hacer que estos personajes animados dibujados a mano y personajes generados por computadora, desde Blancanieves hasta Wish, interactúen en el mismo entorno. La filosofía detrás era que debían verse tal como se los recuerda de sus películas originales, la calidad de las líneas, la paleta de colores, la voz, todo debería sentirse y verse exactamente así”, agrega Abraham.
El corto del que participaron 543 personajes de todas las épocas de Disney, desde la La Sirenita, las tres hadas de La bella durmiente, Micky y Minnie Mouse, el capitán Garfio de Peter Pan o los amigos de Hércules, también homenajeó al actor Robin Williams, en el noveno aniversario de su fallecimiento, de una manera impensada y emotiva, al recuperar su voz en el Genio de la lámpara en Aladdín. Se trató del cortometraje que celebra el centenario aniversario de la histórica empresa, que dura 12 minutos y se estrenó en Disney+.
Según detallaron en una entrevista en Variety, los directores del proyecto, Dan Abraham y Trent Correy se reunieron durante más de ocho meses para poder realizar este encuentro icónico entre 543 personajes históricos. Pero la aparición de la voz de Robin Williams como el Genio de Aladdín para el corto de Disney no se generó con inteligencia artificial. Los creadores supieron desde el minuto uno que el personaje que interpretó el reconocido actor tenía que formar parte del cortometraje. “Robin, como Genio, significa mucho para mucha gente y, realmente, nos encantaba involucrarlo”, señalaron.
Y relataron cómo planearon hacerlo. “Dan escuchó las tomas descartadas de la grabación original y encontró esos pequeños fragmentos que podíamos usar. Dijimos: ‘Esto es lo que esperamos hacer’”, expresó Correy. Además, destacaron que el 80 por ciento de los personajes fueron dibujados a mano, mientras que el resto fue ideado con computadora, y que su intención era que cada uno tuviera la apariencia de “salir recién de su película”.
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