Televisión: el año en el que el streaming fue el nuevo paradigma
También en la Argentina logra imponerse otra manera de seguir los relatos de ficción
El año que culmina marcó la despedida del modo en que nos habituamos desde siempre a ver televisión. La marca que deja 2015 es la del streaming, palabra clave del nuevo paradigma de la pantalla chica. El modelo Netflix ya impone las reglas y los demás protagonistas se ven obligados a seguirlas, creando sus propios sistemas en la Red. Las ficciones más vistas funcionan como ejemplo y referencia en este sentido: definitivamente, el público ya elige todo el tiempo cómo, cuándo y dónde verlas, acumulando capítulos para su disfrute en modo maratón. Esta TV que impone el modelo de programación de nicho también funciona localmente: Entre caníbales (una apuesta ambiciosa, prolijamente producida y dirigida) pudo haber fracasado en el rating diario pero funcionó como relato de culto a través de Internet. Dentro de este panorama asistimos al cierre de la quinta temporada de Game of Thrones, tal vez la última de las series concebidas para ser vista al modo tradicional. El otro gran triunfador a escala internacional fue Mad Men, que cerró su largo ciclo de siete temporadas como lo había comenzado en 2007: a lo grande.
También en la Argentina las ficciones locales fueron las grandes protagonistas, aunque el balance de 2015 dirá que hubo menos cantidad de ellas que en otros años. Buena parte de la explicación pasa por la avanzada de las producciones turcas luego del final a toda orquesta de Las mil y una noches. Tras ese éxito llegaron varios títulos y uno de ellos (¿Qué culpa tiene Fatmagül?) llegó a instalarse entre los ciclos diarios más vistos del aire.
Pol-ka disfrutó de la enorme repercusión de Esperanza mía (que consagró definitivamente a su angelical estrella, Lali Espósito) y compensó con esa alegría las desilusiones provocadas por Noche y día y Signos, ambas muy por debajo de las expectativas. Signos, además, perdió mano a mano con la gran ficción argentina del año, Historia de un clan, cuyos hallazgos narrativos y de puesta en escena, más un puñado de grandes interpretaciones, quedarán mucho tiempo en el recuerdo.
Con un big show siempre estridente y abierto al escándalo, pero más elegante en su propuesta danzante que en años anteriores, ShowMatch levantó sensiblemente el rating de 2014 y aceleró el cierre prematuro de Entre caníbales, víctima de algunos errores estratégicos. Una mirada retrospectiva a 2015 muestra también el regreso al primer plano de la TV política, marcada por algunos hitos: el creciente interés por Intratables y Animales sueltos, la despedida de Periodismo para todos y 678. Y a propósito de adioses, nos dejaron este año dos grandes figuras que marcaron a fuego tramos decisivos de la historia de la televisión argentina: Alejandro Romay y Gerardo Sofovich.
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