Demoliendo héroes: la casa donde Tom Jobim compuso "Garota de Ipanema" se transformará en un edificio

La casa donde Tom Jobim compuso la música de "Garota de Ipanema", una de sus obras más famosas, será demolida.

Actualmente, en la vivienda de Barão da Torre 107, donde el compositor vivió entre 1960 y 1965, existe una hostería. Pero no por mucho tiempo porque la familia del músico vendió la propiedad a una constructora que edificará en esa parcela un edificio de quince departamentos.

Cuenta la leyenda que un día de 1962 Antonio Carlos Jobim salió de esa casa, y caminó unas cuadras hasta el bar Veloso, ubicado en una esquina, donde se encontró con Vinicius de Moraes . Una vez allí vieron cómo descendía hacia la playa una adolescente hermosa que llamó su atención. Se trataba de Heloísa Eneida Menezes Paes Pinto Pinheiro, una joven como cualquier otra que se convirtió en musa. Tom regresó a su casa y escribió la bossa para los versos de su amigo Vinicius: "Olha que coisa mais linda/ Mais cheia de graça / É ela, menina / Que vem e que passa / Num doce balanço / A caminho do mar."

Por esos años también escribió "Corcovado", "Só danço samba", "Água de beber" y "Ela é carioca", entre otras. Seguramente para quienes están allá, a cargo de la hostería llamada Bonita, la estada de Jobim debió ser un buen argumento para promocionarse turisticamente. Pero no existe el sentimentalismo cuando hay proyectos inmobiliarios de por medio. Desde que se avanzó en la operación y se aprobó el proyecto edilicio, a los responsables de Bonita les dieron 30 días para salir de allí.

Saudade argentina

La nostalgia (como la alegría) no es solo brasileña. En la Argentina muchas veces se ha intentado preservar edificios donde vivieron algunas personalidades de la música. Sucedió mucho con el tango.

Hace unos meses se cumplieron 25 años desde que un grupo de artista convocados por la revista de cultural La Maga ofrecieran un recital a beneficio para intentar que una de las casas donde vivió el genial compositor y bandoneonista Aníbal Troilo fuera para todos los argentinos. Tocaron y cantaron Roberto "Polaco" Goyeneche, León Gieco, Fito Páez, Pedro Aznar, Adriana Varela, Rubén Juárez y Esteban Morgado, entre otros.

"Yo nací en una casa de Cabrera 2937, pero mi casa fue la de Soler 3280", se le oyó decir una vez a Aníbal Troilo. En la casa de Soler vivieron sus padres Felisa Bagnolo y Aníbal Carmelo Troilo, y sus hermanos Marcos y Concepción, que falleció siendo niña. Eso habría motivado una mudanza el departamento de la calle Cabrera, donde nació "Pichuco". Pero con la muerte de su padre, la familia volvió a Soler, una casa de 84 metros cuadrados que el bandoneonista consideró su hogar, y donde en la década del noventa vivió una de sus sobrinas.

En 1993 fue considerado por el Ejecutivo de la Ciudad como una propiedad de "Interés municipal" y en 2007 la Legislatura porteña lo declaró "Sitio Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires" en los términos de la Ley N° 1.227, art. 4°, inciso "a".

En 2012 la Red de Turismos Sostenibles de Boca y Barracas hicieron movilizaciones y recitales por la recuperación de la casa del músico y compositor de tango Juan de Dios Filiberto. Cinco años antes habían logrado que la propiedad de la calle Magallanes 1140 no fuera a remate. En el mismo barrio, vecinos y artistas se movilizaron años después por la casa de Pedro Laurenz.

En Mar del Plata, en 2015, se pidió la expropiación para que pasara a manos del Estado provincial o municipal la propiedad donde vivió Ástor Piazzolla . El Defensor del Pueblo dijo en ese momento al sitio 0223: "La preservación del inmueble fortalecerá el acervo histórico y cultural bonaerense, argentino y mundial, integrándolo como un atractivo cultural y turístico para los argentinos y para el mundo amante del tango y de la cultura popular de nuestro país". Sin embargo, cualquiera que pase por la puerta de Alberdi 1551, en "La Feliz", o la busque en Google Maps verá que el frente que era de piedra natural, clara, cambió por la estridencia del los colores del Deportivo Español. No sólo no hay placas conmemorativas, sino que incluso hay dos locales de comidas en la plata baja.