Soda Stereo: los inicios de una historia épica

Mucho antes del regreso en River en 2007, la despedida en el mismo estadio diez años atrás y bastante más antes de la alianza con la compañía canadiense Cirque du Soleil, Soda Stereo nació como la mayoría de los grupos que terminan haciendo historia: como un proyecto en el que un grupo de jóvenes canalizó las influencias externas en pos de encontrar un estilo propio, en el que ni las más desbocadas ínfulas aspiracionales vaticinaban todo lo que vendría luego. En poco más de una década de carrera discográfica, la banda integrada por Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti pasó de ser la válvula creativa de escape de tres veinteañeros a ser una fuerza centrípeta que expandió su alcance a lo largo de todo el continente.

Si bien se conocían de sus días como estudiantes en la Universidad del Salvador, la alianza artística entre Cerati y Bosio se afianzó cuando ambos coincidieron un verano en Punta del Este con sus respectivos proyectos de aquel entonces. Gustavo Cerati estaba en las costas uruguayas con Savage, un grupo de música disco al que habían contratado para ser el acto estable de una discoteca... que cerró sus puertas al poco tiempo de su llegada. Sin tener ni siquiera dónde hospedarse, Cerati terminó compartiendo techo con Zeta Bosio y The Morgan, el grupo de covers con el que el bajista había viajado también para hacer temporada en Punta.

De regreso a Buenos Aires, el dúo comenzó una temprana sociedad artística mientras compartían tiempo en las aulas, intercambiando cassettes con bandas de la época a las que tomaban como referencia, con los británicos The Police a la cabeza. A mitad de camino entre el punk, la new wave y el ska, Cerati y Bosio empezaron a delinear algunas ideas propias mientras buscaban cómo expandir su formación. La respuesta estaría en una casualidad: Laura Cerati, hermana de Gustavo, llevaba semanas esquivando los llamados de Charly Alberti, un chico que había conocido en las piletas de River Plate. Ante su insistencia, y al enterarse de que era músico, un día decidió derivar al insistente galán con su hermano, y así fue como el germen de Soda Stereo se completó con la incorporación de su baterista.

Con su formación ya establecida y tras desechar una serie de nombres que eran signo de la época (Estereotipos, Sidecar, Aerosol), el grupo empezó a dar forma a su repertorio inicial mientras buscaba cómo completar su formación. Daniel Melero, Ulises Butrón y Richard Coleman desfilaron para ocupar el puesto de cuarto integrante hasta que todos entendieron que la química y la dinámica del trío era lo suficientemente hermética como para que se sumase alguien más. En 1982, Soda Stereo grabó su primer demo, y sobre el final del año debutó en vivo en el cumpleaños de Alfredo Lois, compañero de universidad de Cerati y responsable de la estética visual de varios aspectos visuales de la banda (videoclips, artes de tapa, puestas en escena) hasta su separación en 1997.

Al año siguiente, la banda empezó a transitar el mismo circuito underground de Buenos Aires que recorrían grupos como Sumo y Los Twist. Un segundo demo llegó a manos de Lalo Mir, que no dudó en difundirlo en su programa 9 PM, y al poco tiempo un cazatalentos de la ya extinta CBS (hoy Sony Music) le ofreció al grupo su primer contrato discográfico. Antes de entrar al estudio a plasmar su álbum debut, el trío grabó “Dietético”, su primer video, con equipos que tomaron prestados de la empresa de cable en la que trabajaba Bosio, una travesura que le valió al bajista su puesto de trabajo. En pleno auge de la cultura yuppie y el narcisismo de época, tanto en la canción como en el clip, Soda Stereo se burlaba de varios yeites del momento (el culto al cuerpo, la cultura light), mientras deslizaba algunas consignas un poco más sutiles. Dentro del contexto de la letra, la frase “El régimen se acabó” cobraba un sentido, pero en la coyuntura del regreso de la democracia tras siete años de dictadura dejaba entrever una lectura bastante menos superflua.

A la hora de grabar su primer disco, en 1984, Soda Stereo delegó la producción del trabajo a Federico Moura, vocalista de Virus. A lo largo de once canciones, el trío destiló una mezcla de ska, new romantic y pop efervescente y hormonalmente vital, un registro urgente de una banda en necesidad de movimiento constante. Aun lejos de ser su trabajo más representativo, canciones como “¿Por qué no puedo ser del jet set?”, “Te hacen falta vitaminas”, “Sobredosis de TV”, “Un misil en mi placard” y su versión de “Trátame suavemente” (de Los Encargados, el grupo de Melero) no tardaron en perfilarse como sus primeros hits. Para su anuncio ante la prensa, el trío eligió como escenario un local de la cadena de comidas rápidas Pumper Nic. Sobre el final de ese año, el grupo pegó su primer salto: después de transitar el circuito under obligatorio (La Esquina del Sol, Stud Free Pub, Café Einstein), Cerati, Bosio y Alberti presentaron el disco el 14 de dicembre en el teatro Astros, con una puesta en escena que incluía 26 televisores de tubo encendidos y fuera de sintonía.

Después de ganarse su lugar como revelación en las encuestas de fin de año en revistas especializadas y suplementos jóvenes, Soda Stereo empezó a pisar fuerte al año siguiente como número puesto para varios festivales masivos de verano, como el Rock in Bali de Mar del Plata o el Chateau Rock cordobés. En 1985, y con mucha más experiencia ganada a tan solo un año de su debut en la avenida Corrientes, Cerati, Bosio y Alberti volvieron al teatro Astros, esta vez para dar tres shows en junio en los que adelantaron algunas canciones de lo que sería su segundo álbum, que mostraba una evolución notable respecto a su primer opus. En tiempo récord, el trío se perfilaba ya como un grupo con una política de trabajo intensa y prolífica, en la que no había ningún detalle librado al azar. Esa misma fórmula sería la responsable que al poco tiempo de probar sus primeras canciones en una sala de ensayo en Núñez, Soda Stereo dejase de ser un fenómeno local para luego abrir y expandir las fronteras de toda la región.