Natalia Oreiro, sobre Entre Caníbales: “Termino muy angustiada de grabar”

Está contenta, simpática y muy entusiasmada, lo expresa en comentarios, en la sonrisa al hablar de su nuevo personaje. Empezamos a charlar con Natalia Oreiro sobre la tira y lo primero que nos cuenta es que trabajar con Juan José Campanella fue una experiencia tan interesante como la tiran que están grabando. Además, comenta entusiasmada, que la historia es tan atrapante que Juan no les dice todo sobre los demás personajes para que se vayan sorprendiendo al igual que el espectador.

Ariana, el personaje que Natalia encarna en la serie, es un gran desafío para la actriz, porque atravesó una muy dolorosa y violenta situación [fue violada] de joven y porque tiempo después buscará venganza y esto la llevará a tener múltiples personalidades y a mostrarse diferente, según quién tenga enfrente.

-¿Cómo sentís tu personaje desde la maternidad?

-Creo que ser violada es el miedo de toda mujer, un miedo que habremos sentido todas internamente al salir de noche, ir a bailar, pensando cómo volver, subiendo a un taxi. Pero cuando una es madre el miedo ya no es por una, sino por lo que le pueda pasar a tu hijo. A mí, todavía me cuesta entender cómo mi personaje puede abandonar a su hijo... pero hay que estar en esa situación, verle todos los días la cara y ni siquiera saber quién es el padre.

-¿Cómo ves este programa en medio de un año electoral?

-Sabemos que muchos van a sacar conjeturas, muchos van a ver parecidos, pero eso no depende de mí. Yo soy actriz e interpreto a un personaje que no tiene ninguna connotación política, aunque el programa sí la tenga. Mi personaje es una mujer que busca justicia, que se siente muerta en vida y a la que le han quitado todo ideal.

"Mi personaje es una mujer que busca justicia, que se siente muerta en vida".

-¿Ves alguna similitud entre la política argentina y la de la tira?

-Mira, la temática del programa entre el poder político y la venganza, es casi universal. Si la historia estuviera pensada en el mundo político argentino sería muy localista, pero la serie se va a ver también en Latinoamérica y se venderá al mundo y lo que sucede en la política argentina sucede en todo el mundo, lo que le pasa a una mujer en laAargentina, le pasa a una mujer en el mundo.

-¿Sentís alguna similitud entre Ariana e Isabel? (Su personaje en Lynch, serie de Juliana Barrera)

-No, me parecen diferentes. Isabel no tenía ningún tipo de escrúpulos, era la villana y su motor era el dinero; en el caso de Ariana, el motor es la justicia. Tiene mucha honra, mucho sentido de la justicia y de la culpa. Se pregunta si las cosas están bien o están mal. No quiere que muera gente inocente. Todo el tiempo tiene esa dualidad de quererse ir, de tener pesadillas, al mismo tiempo que tiene sed de venganza y mucho odio.

-¿Sentís que es el personaje más jugado que hiciste hasta ahora?

-Sí, porque termino muy angustiada, me cuesta mucho el tema de la mentira porque a todos les dice algo diferente. Tiene muchas personalidades, con unos es de una manera, y con otros, de otra.

-¿Y cómo hacés para sacarte a Ariana de encima cuando llegás a tu casa?

-Lo único que quiero es verle la sonrisa a mi hijo. Ahí ya me olvido de todo, me tiro en el piso y juego.

-¿Cómo fue que decidiste hacer papeles más jugados?

-Tiene que ver con una búsqueda personal, de crecimiento, de haber transitado muchos roles... porque empecé muy joven a hacer televisión. Siempre quise superarme un poco más. El drama no es algo que tenga que ver conmigo, yo amo hacer comedia, siento que es mi espacio, pero encuentro en el drama un desafío más fuerte. Pero me sorprendió esta propuesta, yo no pensaba hacer televisión. La tele me encanta, pero acababa de hacer Solamente vos y necesitaba estar con mi familia.

-¿Y qué te convenció?

-Que fuera un proyecto de Juan Campanella, con este personaje femenino tan fuerte. Lo hablé en casa y fue un sí rotundo porque para mí es el personaje de mi vida. Más allá de lo que pase con el espectador, yo siento que Juan es muy ambicioso en todos los rubros.

-¿Filmar Entre caníbales es como hacer cine?

-Filmamos a tres cámaras 4K, que es una tecnología nueva y de repente una escena de llanto la podés grabar 18 veces y no tenés más lágrimas... Pero no es cine, porque tenés los tiempos de la televisión. Hacemos televisión de alta calidad.

-Siempre que hacés tele convocás mucha audiencia, ¿eso te presiona?

-No, la verdad que si hubiera pensado en algún proyecto para cumplir esa expectativa habría hecho una comedia.

-¿Cómo fue trabajar con Benjamín Vicuña y Joaquín Furriel?

-Muy bueno, porque este no es un proyecto de estrellas, es un proyecto de equipo. Nos llevamos muy bien, estamos muy comprometidos, nos respetamos, proponemos.

-¿Creés que la idea de hacer justicia por mano propia puede repercutir en la gente?

-Hay gente que, al no encontrar una respuesta de la justicia, termina haciendo justicia por mano propia, pero si me preguntás a mí si lo recomiendo, rotundamente no. No estoy de acuerdo con lo que hace Ariana, pero yo no elijo hacer personajes con los que me identifique, sino que sean opuestos a mí. Este proyecto pone en evidencia el hecho de que muchas veces se tiene que hacer justicia por mano propia porque evidentemente hay una falencia muy grande.

-¿Y que otros planes tenés además de Entre Caníbales?

-Estoy en pleno proceso de edición de un documental filmado en diciembre del año pasado, que se estrenará a mediados de este. Fue dirigido por Martín Sastre, un director uruguayo que me acompañó en mi última gira por Rusia, se llama Nasha Natasha, que en español significa Nuestra Natalia. El tema es la relación que hay entre un pueblo ruso y el idioma español, a través de la música.

Además, a principios de 2016 empiezo a filmar la película de Gilda, que se va a estrenar en agosto de ese año, cuando se cumplan 20 años de su muerte.