Demolió una casa mientras sus habitantes estaban de vacaciones por una obra impaga
El dueño de la vivienda se había negado a pagarle al no estar satisfecho por la calidad de los trabajos realizados
LA NACION
Un constructor demolió parcialmente una casa mientras sus habitantes se encontraban de vacaciones como castigo por un trabajo impago.
Sucedió el martes de la semana pasada en una casa sobre la calle Guilford en la ciudad inglesa de Leicester. La avenida está ubicada en un barrio residencial, donde las casas valen alrededor de 540.000 libras esterlinas (760.000 dólares). Pero el paisaje quedó arruinado con una vivienda totalmente destruida, con el techo roto y escombros esparcidos por el jardín.
“Compré la casa el año pasado. La construcción comenzó en febrero y queríamos que se hiciera mucho trabajo para que pudiera convertirse en la casa de nuestra familia, que somos seis”, explicó el dueño de la casa al LeicestershireLive. Según aclaró, el plan era ampliar dos plantas, colocar un techo y cableado nuevo y que la vivienda fuera más “ecológica”.
Pero nada salió como esperaba. “Desafortunadamente, elegí al peor constructor”, añadió y contó que se negó a pagarle al constructor 3500 libras (casi 5000 dólares) por las tareas que le había encomendado.
Entonces sucedió lo que nadie se imaginaba. El constructor aprovechó que la familia no estaba en la ciudad para “deshacer” su trabajo y dejar la casa en ruinas, a modo de “venganza” por no recibir el pago acordado.
Según trascendió, la obra tenía todos los permisos de construcción necesarios.
“Me fui de vacaciones y estaba a 320 kilómetros cuando pasó todo esto, el martes. Me comuniqué con la policía, pero me dijeron que no era un caso criminal, sino una disputa. Así que les envié un email a la Agencia de Estándares Comerciales de Reino Unido”, indicó el hombre, quien continúa de vacaciones y asegura que no puede volver a su hogar.
La destrucción de la casa no solo perjudicó al dueño, sino también a los vecinos, quienes se quejan de que el barrio quedó hecho un “desastre”. Varios de ellos están molestos al ver que los restos de la construcción quedaron sobre la calle y que en la demolición se arruinó el pavimento. En este sentido, el dueño de la casa adelantó que se pondrá en contacto con el ayuntamiento de Leicester para solucionar el tema del asfalto.
LA NACION
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