A cuerpo de rey, pasos de un tour palaciego

Luego de la proclamación como nuevos reyes de España, a Felipe y Letizia, junto con sus hijas, se los pudo ver saludar desde el balcón de su nuevo hogar: el Palacio Real de Madrid. A diferencia de otros países europeos, de presente o pasado monárquico, en España aún se pueden visitar casi todos los palacios de la familia real ya que forman parte de los Reales Sitios pertenecientes al Patrimonio Nacional. Desde el reinado de Juan Carlos I, en 1975, la corona habita diariamente en La Zarzuela (palacete a las afueras de la capital española) utilizando el voluptuoso palacio madrileño en ocasiones especiales, como la asunción de Felipe VI.

La mayoría de los Reales Sitios abiertos al público se encuentra tanto en Madrid como a pocos kilómetros de la ciudad. Así es como en pleno centro madrileño, sobre un barranco y rodeado de jardines y plazas, está el majestuoso Palacio Real, el más grande de toda Europa occidental, con 135.000 metros cuadrados y más de 2800 habitaciones en un edificio de estilo barroco tardío clasicista rectangular, construido sobre las ruinas del antiguo Alcázar, destruido por un incendio en 1734.

El rey Felipe V, primer rey de la Casa de Borbón en España, ordenó la construcción de una nueva residencia que albergaría la Corte, una de las más importantes de Europa. De planta cuadrada con un patio principal en el centro con galerías en sus cuatro costados, está formado por dos cuerpos, el primero a base de zócalo almohadillado y un cuerpo superior con columnas de orden jónico rematado con una cornisa y amplia balaustrada.

Se accede al palacio a través de la escalera principal, de estilo imperial y decorada iconográficamente como exaltación de la monarquía española a través de las pinturas: La religión protegida por España, El triunfo de la Religión y de la Iglesia, Escudo del Rey Católico, Alegoría de los continentes y La victoria de España sobre la dominación sarracena realizadas por el artista Corrado Giaquinto. La balaustrada de los dos tramos superiores se adorna con sendos leones de mármol y sobre el arranque de la escalera está la estatua de Carlos III vestido como emperador romano, al paso de las salas contiguas se contemplan bustos de Felipe V e Isabel de Farnesio.

El Salón de Alabarderos posee extraordinarios frescos de Giovanni Battista Tiepolo. Luego, el de Columnas, hoy de los más utilizados para recepciones oficiales y donde firmó la abdicación Juan Carlos. Y más adelante, el lujoso Salón de Gasparini decorado con un abrumador estilo rococó, detalles de estilo chinesco, estuco pintado a mano, tapizados con seda con hilo de plata y suelo de mármoles granadinos.

Otros espacios son el neoclásico salón de los Espejos, la imponente Capilla Real, los cuartos de la Reina, del infante don Luis, de la reina María Luisa y de Carlos IV. Y luego de las reformas luminarias y de un nuevo itinerario establecido este año la visita finaliza en el Salón del Trono, emplazado estratégicamente en el centro del Palacio que aún conserva el decorado del siglo XVIII. Estatuas, arañas, espejos, mobiliario se unen en este espacio como expresión máxima del poderío monárquico español que alguna vez se jactó de gobernar el imperio en donde nunca se ponía el sol.

Monumentos arquitectónicos

Paralelamente a este palacio, los reyes de España han construido y habitado otros palacios dentro de un radio no mayor a 70 kilómetros de Madrid: el Palacio de El Pardo, el monasterio del Escorial, el Palacio de Aranjuez, La Granja de San Ildefonso y el Palacio de Riofrío (entre otros de los llamados Sitios Reales). Dentro de los márgenes de la capital del país, al norte, en el distrito Fuencarral-El Pardo rodeado de uno de los bosques mediterráneos mejor conservados de Europa se encuentra el Palacio Real de El Pardo construido sobre un pequeño castillo que data de 1405, cuando el rey Enrique III de Castilla decidió construir allí un lugar para realizar la denominada actividad cinegética, castizamente hablando: cazar.

Con el devenir de los siguientes reyes españoles, la edificación se fue refinando, de planta cuadrangular con torres en los ángulos, rodeado por un foso, muy similar a otros alcázares españoles, presenta un patio central, así como dos patios laterales. Dentro de sus habitaciones se alberga una espléndida colección de tapices. También conserva mobiliario de los siglos XVIII y XIX y obras de arte como el retrato de Isabel la Católica, de Juan de Flandes.

Este establecimiento fue la residencia del dictador Francisco Franco desde 1939 hasta 1975.

A poca distancia de allí, atravesando lagos, bosques y pequeños ríos sobre una geografía ondulada en pleno valle de encinas, aparece silencioso y abrumador el omnipotente complejo edilicio llamado Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Este palacio-monasterio, declarado Patrimonio de la Humanidad, fue creado por el rey Felipe II, llevado a cabo entre los años 1563 y 1584 e ideado por Juan Bautista de Toledo bajo el diseño de un paralelograma que representa la parrilla donde fue quemado San Lorenzo (nombre que se le da a este sitio en conmemoración de la victoria española sobre los franceses el 10 de agosto de 1557, el día del santo, en la batalla de San Quintín).

El Escorial es el monumento que mejor resume las aspiraciones ideológicas y culturales del llamado Siglo de Oro español, simbolizando el poder universal del imperio hispánico y su compromiso con la fe católica. Austero en su exterior y vaporoso en su interior es un claro ejemplo del estilo Herreriano, llamado así ya que por la muerte del arquitecto original tomó las riendas del proyecto Juan de Herrera, que terminó este complejo con 2673 ventanas, 1200 puertas y 16 patios.

Su visita comienza en la Sala de San Mauricio, en donde se da la bienvenida con un gran óleo pintado por El Greco evocando el martirio de dicho santo, luego las escaleras conducen hacia el Museo de Arquitectura en el que ve cómo fue la edificación desde los planos originales y las maquetas hasta las herramientas, grúas y materiales empleados. A su lado continúa el Museo de Pintura y luego el Palacio de Felipe II, donde se aprecia la austeridad de sus aposentos y la Sala de Retratos con varias imágenes de los monarcas de Habsburgo (casa dinástica a la cual pertenecía el rey).Bajando la escalera se vuelve a la opulencia con el Panteón de los Reyes, una cripta octogonal barroca adornada con mármol negro, jaspe rojo y dorados. El panteón aloja las tumbas de casi todos los reyes españoles, desde Carlos I a Alfonso XIII y contiene nueve cámaras anexas en donde se encuentran los sepulcros de príncipes y princesas.

En las Salas Capitulares se conservan notables lienzos de El Greco, Velázquez, Tiziano y Jerónimo Bosch. A travesando el Patio de los Evangelistas, rodeado por un claustro decorado con frescos sobre el tema de la Redención, se llega a la Basílica que es literalmente el centro de El Escorial rodeada por 43 capillas y coronada por una cúpula de 92 metros de altura, decorada con unos impresionantes frescos de Lucas Jordán.

Sobre el Patio de los Reyes, se levanta la Biblioteca Real, donde se conservan más de 40.000 volúmenes y documentos, entre ellos el diario de Santa Teresa de Jesús y manuscritos griegos, latinos, árabes y hebreos. Esta biblioteca es una de las más espectaculares de mundo.

A las altísimas y ocres paredes de este palacio-monasterio lo contrastan sus fuentes, estanques y jardines repletos magnolias, secoyas y cedros que impregnan a este lugar de serenidad, reposo y meditación.

Hasta Aranjuez

Del otro lado de la Sierra de Guadarrama, ya en la provincia de Segovia, el primer rey de la francesa Casa de Borbón en España parece haber querido imitar la vida de Felipe II y su Escorial pero terminó construyendo un Versalles en la península ibérica, el Palacio Real De La Granja De San Ildefonso. Comenzado a construir en 1721 por el arquitecto barroco español Teodoro Ardemans, tuvo como finalidad ser el hogar del rey luego de su abdicación.

El conjunto de edificios que conforman al palacio se encuentran distribuidos en una gran "u" con vistas al jardín escalonado repleto de fuentes basadas en un formidable sistema hidráulico dotado de una cámara de válvulas con 13 kilómetros de tuberías de 300 años de antigüedad. Con una extensión de 146 hectáreas, el empeño por la decoración de los parques es admirable, diseñados por René Carlier, quien usó las pendientes naturales de las colinas que circundan el palacio como ayuda para la perspectiva visual y como origen de energía para hacer brotar el agua de cada una de las veintiún fuentes de bronce inspiradas en la mitología, deidades y alegorías clásicas.

A menos de media hora de allí se encuentra otro de los Sitios Reales, el Palacio de Riofrío, construido por iniciativa de Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V, quien reinando ya su hijastro, Fernando VI, temió quedar privada del Palacio y Jardines de San Ildefonso, por lo que el 19 de junio de 1751 compró al Marqués de Paredes la dehesa y coto de caza, donde a partir del siguiente año hizo construir este palacio de estilo italiano que finalmente sirvió de residencia campestre y pabellón de caza.

Riofrío alberga en la actualidad un Museo de Caza, con un recorrido por la historia de la cinegética desde los tiempos primitivos hasta los modernos.

La fragancia de magnolias, el canto de los pájaros y el chorro de las fuentes de los jardines del Palacio Real de Aranjuez, decía el compositor español Joaquín Rodrigo que se había inspirado para la obra musical hispánica más interpretada en el mundo, el Concierto de Aranjuez. Una serie de bosques y parques ajardinados ornamentados con numerosas fuentes y estatuas, bordeando el río Tajo, ostentan el título de Patrimonio de la Humanidad por su paisaje cultural, es que en plena árida meseta castellana aparece cual oasis este espacio repleto de flores, patos, pavos reales y embarcaderos dentro de una frondosa vegetación traída de todas partes del mundo a este fértil valle de ensueño.

El exterior del Palacio de Aranjuez es de ladrillo visto y se caracteriza por sus tonos blancos y rojos, realizado sobre una edificación de los Mestres de Santiago y utilizado por los Reyes Católicos, su construcción está ligada a los sucesivos monarcas que a partir de Felipe II, creador de la idea original, se fueron sucediendo.