El Julio Grondona del fútbol ulapense

ULAPES, La Rioja.- Un hombre mucho mayor que él se le acerca con timidez y, en voz baja, le pide hablar un minuto. Es un dirigente de Alianza de San Solano, un club del interior del departamento, al que le prohibieron entrar a la cancha por insultar a un árbitro. Tras escuchar su respuesta, el hombre le estrecha la mano y se va agradecido. El consultado es Néstor Soria, presidente de la Liga Amateur de Fútbol Departamental de esta ciudad y uno de los protagonistas de la política local.

Franco al hablar, no tiene problemas en admitir la íntima relación que existe aquí entre deporte y política. "Esto nos deja mucho rédito, porque la gente ve que nosotros, desde el municipio, nos preocupamos", dice, parado al borde del campo de juego del club San Martín, donde se disputa uno de los siete partidos de la fecha.

Habla en primera persona porque, además de ser el Julio Grondona del fútbol local, es "amigo personal" y jefe de despacho del intendente Danilo Flores. "Todos los que quieren tener una audiencia con él me tienen que ver a mí", cuenta Soria, vestido con una remera que se le hincha a la altura de la cintura y un pantalón de entrenamiento de River, que, jura, le regaló el "Chapa" Víctor Zapata.

Con la vista en el público que puebla las terrazas de las casas vecinas, Soria dice que desde que preside la liga, hace un año, en el pueblo lo miran "distinto, con más respeto". Reniega de la comparación con el presidente de la AFA, pero cuenta que el campeonato que él dirige es uno de los ejes de la gestión municipal. "Participan 15 equipos, con 40 jugadores cada uno. A ese total de 600 personas hay que sumarles los familiares que vienen a ver los partidos, que también se transmiten por la radio municipal", detalla, y remarca que en el pueblo los votantes no llegan a 3000.

Soria, de 42 años, llegó a este pueblo hace 21, atraído por los encantos de una mujer ulapense, con la que se casó y tuvo seis hijos. Se define como "peronista desde la cuna": su primer recuerdo político es, durante la dictadura, cuando su padre enterró libros y cuadros de Perón.

Antes de la despedida, dice que está de acuerdo con el Fútbol para Todos, pero presenta una queja. "Marcelo Araujo ya está grande, no puede transmitir ni los partidos de acá", castiga, entre risas.