El opositor al "salariazo político"

RIO GRANDE, Tierra del Fuego.- Después de las elecciones del 3 de julio, en las que obtuvo su reelección, la gobernadora Fabiana Ríos debió enfrentar una batalla política inesperada. Un grupo de sindicatos estatales se puso en pie de guerra para rechazar una ley con la que los legisladores provinciales se aumentaron sus propios sueldos y, de manera indirecta, también el de la mandataria.

Héctor López Auil, un profesor de matemáticas que se desempeña como secretario de organización del sindicato docente provincial, encabezó el reclamo contra lo que el gremio llama "el salariazo político". De acuerdo con la norma, primero vetada y luego reemplazada por otro proyecto del gobierno provincial, los sueldos de los legisladores iban a superar los 50.000 pesos y el de la gobernadora, los 70.000.

Ríos suspendió el pago y fijó su salario en relación con lo que ganan los intendentes de Ushuaia y de Río Grande, las ciudades más importantes de la provincia. Pero los sindicatos advierten que los legisladores podrían cobrar el aumento cuando haya disponibilidad de fondos. Por eso, acaban de presentar un proyecto de iniciativa popular para frenar el "salariazo", con la firma del 7,5 por ciento de la población de la provincia. "Consideramos que está bien que la gobernadora gane 30.000 pesos pero está mal que un trabajador esté en 3000 cuando la canasta básica supera los 7000", argumenta López Auil, en la sede del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (Sutef).

Casado y padre de tres hijos, llegó a esta ciudad desde Santiago del Estero casi "de casualidad", hace 15 años. Un amigo que vivía aquí y que en un viaje en auto desde Buenos Aires lo llevaba a radicarse con un primo, en Santa Cruz, le sugirió que lo mejor era irse a vivir a la isla. "Bueno, vamos", dijo él. A los 20 días estaba trabajando en la escuela Haspen, de Río Grande.

En Monte Quemado, su pueblo natal, militaba en el radicalismo, pero aquí prefirió la política gremial. Hoy, hasta se acostumbró al frío y dice que no piensa en irse. Amante de las matemáticas, admira a Adrián Paenza, pero dice que no le gusta "que esté tan pegado al Gobierno".