Intendentes de Pro piden sacar las PASO para dividir al PJ

El ministro de la Producción, Dante Sica, les insufló esperanzas al describirle el potencial del programa Argentina Exporta. Su par bonaerense, Javier Tizado, colaboró en esa tarea con los detalles del programa provincial para pymes. Pero la previa del foro que ayer reunió a los intendentes de Cambiemos en Vicente López arrancó dominada por otra agenda: la conveniencia de eliminar las PASO y así quitarle al peronismo una herramienta para ordenar sus divisiones.

La intención fue revelada ayer por Clarín, junto al rechazo de la Casa Rosada y la gobernación bonaerense. Pero los intendentes no cejan. Indican que el tema divide opiniones, pero creen que todo un ala del oficialismo, y en particular la que maneja los hilos de la comunicación y la estrategia electoral, no sepultó la idea. Traducido: que aún es una posibilidad para la Jefatura de Gabinete y para el gurú Jaime Durán Barba, que ayer recibió a los intendentes, en otra cita, también en Vicente López.

En cambio, señalan al ala de Cambiemos que debe juntar voluntades en el Congreso como la que rechaza debatir la idea, y con razón, en medio del debate por el presupuesto. Algunos intendentes hacen más que señalar: acusan.

La intención parte de una lectura compartida. Primero, que las PASO, como sucedió en 2013, 2015 y 2017, terminan fortaleciendo en octubre al candidato opositor que recoge más votos, licuando a las terceras y cuartas fuerzas.

Los intendentes temen que, arrastrados por la boleta de Cristina Kirchner, los candidatos municipales kirchneristas sumen en las elecciones de octubre los votos que en las PASO hayan obtenido los postulantes de otras vertientes opositoras. Léase: los que acompañen a Sergio Massa, a Juan Manuel Urtubey o cualquier otro.

A nivel provincial y municipal no hay ballottage: el candidato local que en octubre junte un voto más que el resto se queda con la intendencia. Y si Cristina Kirchner sigue alta en las encuestas, como lo está hoy en el conurbano, no hay mucho más que explicar.

No es casual que la idea sea sostenida por los intendentes macristas del conurbano, un grupo que reúne, entre otros, a Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús), Ramiro Tagliaferro (Morón), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Martiniano Molina (Quilmes). Pero, como pudo comprobar LA NACION en el foro de ayer, son varios los intendentes del interior y del radicalismo que desean, al menos, que la idea se debata.

Los intendentes agregan otros argumentos. Que Cambiemos, salvo contadas excepciones locales, ya tiene definidos a sus candidatos. Que no necesita las PASO. "Hay que analizar lo que nos conviene y las PASO no nos convienen. Entonces, ¡discutámoslo, pongamos el instrumento en crisis!", enfatizaba ayer un jefe comunal.

El tercer argumento es el presupuestario y es la ventana para "desarrollar" el debate, señalan los intendentes. Agregan que Durán Barba los acompaña en este punto. "Si le podés explicar a tus vecinos que eliminando las PASO el Estado se ahorra $5000 millones, que es un gasto que debería pagarse la política, y si, además, le contás con qué servicios van a recuperar esos $5000 millones, ¿cómo no van a estar de acuerdo", resumió una fuente.

Un cuarto argumento es económico: sin PASO, la campaña empieza casi tres meses más tarde. Más tiempo para que resucite la economía, evaluaban ayer en el foro.

Punto para los intendentes: tanto en la Casa Rosada como en La Plata reconocen que la idea divide en dos a Pro. Pero, calculadora en mano, llegan a un mismo veredicto: no existe la posibilidad de reunir los dos tercios de los votos que se necesitan para modificar una ley electoral. "No hay margen objetivo para construir ese consenso", coincidieron en Balcarce y La Plata.

Los intendentes de Pro no se amilanan: "Lo que pasa es que no es el momento de esta discusión, pero la voluntad está. Vamos a insistir luego del presupuesto". Incluso apuntan que algunos de sus colegas del PJ avalan la idea. Un breve recorrido de consultas alcanzó para empañar ese optimismo: a diferencia de lo que sucedía meses atrás, ya no sobran referentes kirchneristas interesados en cambiar las reglas de juego. Para ellos, el escenario asoma esperanzador.