Interna sin fin en Tigre: Zamora hace campaña solo, mientras Galmarini empuja por Massa
Las PASO no zanjaron el enfrentamiento entre el intendente y la titular de AySA; tuvieron una reunión, pero no llegaron a ningún acuerdo
El enfrentamiento en Tigre entre el intendente Julio Zamora y el matrimonio de Sergio Massa y Malena Galmarini no quedó resuelto por la interna que el jefe comunal le ganó a la titular de la empresa AySA. Los dos sectores en pugna, que en el camino hacia las PASO mostraron a cielo abierto sus profundas diferencias, se mantienen en veredas opuestas a la hora de hacer campaña en el territorio. Más allá de la formalidad reglamentaria de sumar a la lista de concejales definitiva a dos integrantes de la nómina perdedora, la integración no pasa de ese punto. Zamora hace campaña en soledad, enfocado en lo local y con el corte de boleta como premisa tácita. Galmarini, se dedica a la pelea nacional que protagoniza su marido.
Zamora y Galmarini se reunieron tras las PASO, pero no llegaron a acuerdos y la campaña en Tigre está dividida. El intendente, enfocado en su reelección sin vincularse con la candidatura nacional de Massa; Galmarini y sus aliados locales, con el esfuerzo puesto en la pelea presidencial y bonaerense.
“Está trabajando solo. No se sacó fotos con Malena. Se reunió con ella, pero es muy difícil”, indican a LA NACION fuentes de la intendencia tigrense. “Zamora y Malena hablaron. Se va a pelear la boleta entera. Hay que cuidar los votos, para que Sergio tenga más”, señalan en el entorno de la exprecandidata a intendenta.
El resultado de las PASO (en la interna municipal, Zamora obtuvo el 58,2% y Galmarini, el 41,7%) dejó a la lista perdedora en condiciones de sumar dos candidatos a concejales en la nómina definitiva. Están en los puestos número siete (Micaela Ferraro) y doce (Cristian Banega). Pero ese es el único gesto de integración, según las fuentes tigrenses consultadas.
La pelea previa a las PASO escaló sin freno hasta la fecha de la elección. El enfrentamiento con Massa y Galmarini hizo que Zamora solo estuviera presente en la boleta de Juan Grabois, y, entre acusaciones cruzadas, renunciaron funcionarios de su gabinete municipal con acusaciones de presiones del massismo. También hubo una denuncia de Galmarini contra agentes municipales por “hostigamiento” cuando visitaba un predio cuya propiedad se disputan la municipalidad y AySA.
El resultado que consiguió Zamora en las PASO se basó en el corte de boleta, una estrategia que el equipo de campaña del intendente repetirá en las generales del 22 de octubre. En las filas de Zamora calculan que tuvieron unos 35.000 votos provenientes del corte de boleta, con “más de 30.000 de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza”. Afirman que “más del 50% de los votos” del intendente fueron “antiperonistas”. Zamora obtuvo 59.996 votos en las elecciones del 13 de agosto.
“No hubo acuerdo de trabajo conjunto, ni de cogestión [ante un hipotético triunfo de Zamora en las generales], ni de coordinación de campaña”, señala un referente de un sector aliado a Galmarini. “Estamos planteando que hay que votar boleta completa, pero haciendo más fuerza por Massa y por Axel [Kicillof], sin acuerdo con el intendente”, añade la fuente, que indica que su sector se puso “a disposición” del jefe comunal, pero Zamora “no convocó”. Y subraya que “el malenismo tampoco está funcionando a nivel local” porque “Malena está metida en la campaña nacional”.
La misma fuente aliada a Galmarini sostiene que “Zamora empezó a pegar afiches solo locales, sin Axel ni Massa” y afirma: “El municipio saca nuestros afiches, que dicen ‘Massa presidente’”.
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