Los jueces que provocaron las reacciones más fuertes del kirchnerismo

Con su pesquisa sobre la empresa presidencial Hotesur, el juez federal Claudio Bonadio tocó una fibra sensible que enseguida despertó la reacción del Gobierno. Luego del allanamiento sobre la empresa hotelera, desde la Casa Rosada respondieron con un pedido de juicio político contra el juez "por mal desempeño".

No es la primera vez que el Gobierno pone a un juez federal en el centro de su embestida cuando una causa complica al kirchnerismo.

Rafecas y Rívolo. En el caso Ciccone , el juez federal Daniel Rafecas , el primer magistrado que tomó el caso, fue apartado del expediente. Rafecas fue cuestionado por Amado Boudou, que respaldado por el Gobierno, lo acusó por un intercambio de mensajes telefónicos en los que hacía recomendaciones a un abogado que colaboraba en la defensa del vicepresidente.

En un explosivo capítulo del caso de la imprenta de billetes, un letrado que participó de la estrategia de defensa del vicepresidente mostró públicamente una serie de mensajes de WhatsApp que había intercambiado con Rafecas. Juez y abogado eran amigos desde hacía muchos años. El magistrado federal fue apartado del expediente y debió dar explicaciones al Consejo de la Magistratura.

También el fiscal Carlos Rívolo también sufrió la embestida del kirchnerismo, que pidió su cabeza por impulsar la causa Ciccone y fue desplazado de la investigación.

Ariel Lijo. Pero Boudou no abandonó allí su batalla judicial. El caso Ciccone quedó en manos del juez Ariel Lijo, que fue quien finalmente procesó al vicepresidente por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública.

Boudou puso sus fichas en la Cámara Federal, y apeló el fallo de Lijo con la intención de que el tribunal de segunda instancia apartara al juez del expediente y revoque su procesamiento y anule un largo trecho de la causa.

Para lograrlo Boudou entregó a la Justicia copias escaneadas de dos artículos periodísticos, que aluden a la fiesta con la que Lijo celebró su segundo casamiento, en la que figuraron como invitados el gobernador Daniel Scioli y el banquero Jorge Brito.

Esteban Righi. El caso Ciccone también dejó en el camino, nada menos que al ex procurador general de la Nación Esteban Righi . Boudou pidió que la Justicia investigara al estudio fundado por Righi, por un aparente tráfico de influencias para que la firma Boldt se quedara con la impresión de billetes de cien pesos.

Boudou identificó con nombre y apellido a "las funcionarias" del estudio jurídico de Righi que fueron a verlo para ofrecerle "aceitar las relaciones con los jueces". La presión llevó al ex procurador a la renuncia.

"Declino un cargo en el que ya no podría obrar con la serenidad espiritual apropiada para servir cabalmente al interés público", dijo el saliente funcionario en una extensa carta, luego de la denuncia que contra su estudio radicó Amado Boudou.

José María Campagnoli. El caso que más atormenta a la familia Kirchner, que investiga a Lázaro Báez por presunto lavado de dinero, llevó al fiscal José María Campagnoli a un jury a la suspensión en su cargo por varios meses.

Campagnoli fue el primer fiscal que investigó a Lázaro Báez después de las confesiones de Federico Elaskar y Leonardo Fariña . Según la procuradora Alejandra Gils Carbó, la jefa de Campagnoli y reemplazante de Righi, el magistrado avanzó abusando de su poder, invadiendo esferas de otro fiscal y "poniendo en serio peligro el avance de la persecución penal".

Después de siete meses, el Tribunal de Enjuiciamiento dejó sin efecto la suspensión que pesaba sobre él y el funcionario regresó a sus funciones en la fiscalía de Saavedra.