Marcharon para pedir la apertura de una ruta pública a Lago Escondido, pese a que un fallo avaló el camino privado

SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Tras unos incidentes menores concluyó la marcha que pretendía llegar al Lago Escondido por el Camino Tacuifí, a la altura de la localidad de El Foyel, unos 80 kilómetros al sur de esta ciudad. Diversos gremios y organizaciones sociales cortaron por unos minutos la ruta 40 y llegaron hasta el portón, que se encontraba cerrado y custodiado por un cordón policial. Según trascendió, los manifestantes quemaron un cartel que indicaba que el camino era privado. También hubo intercambio de piedrazos con personas que estaban del otro lado de la reja.

En la previa del inicio de la octava marcha al Lago Escondido, los representantes de gremios y organizaciones sociales se congregaron en el Centro Cívico de Bariloche y denunciaron amenazas, así como el reclutamiento de “patotas en barrios de El Bolsón y alrededores de El Foyel para agredir a quienes pretendan ingresar pacíficamente hasta la costa del lago”.

En diálogo con LA NACION, el secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, aseguró: “Empezamos a recibir amenazas a horas de que se inicie la marcha. Denunciamos el reclutamiento de personas para conformar una patota al servicio del magnate inglés Joe Lewis para que agreda a todos los manifestantes. Nosotros rechazamos cualquier posibilidad de violencia, queremos reclamar de forma pacífica y hacemos responsable al gobierno rionegrino y el Gobierno nacional por la seguridad de los marchantes. No queremos enfrentamientos”.

Las organizaciones intentaron hoy, como en años anteriores, llegar a la costa del Lago Escondido por el camino de Tacuifí, también llamado Domingo Puchy. El sendero, mucho más corto que la traza larga (que demanda varios días de caminata), conecta la ruta 40 a la altura de la localidad de El Foyel con el espejo de agua.

El acceso por el camino de Tacuifí ha sido eje durante años de una controversia judicial por su cercanía con la propiedad del británico Joe Lewis. Hace dos días, una columna de 30 manifestantes intentó llegar al Lago Escondido por el camino largo de montaña (en septiembre del año pasado, tras 18 años de idas y vueltas judiciales, el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro rechazó el acceso al lago por Tacuifí): sólo consiguieron llegar hasta el lago Soberanía porque el camino estaba intransitable.

“Invitamos a quienes gobiernan, a los jueces y fiscales a ponerse una mochila, abandonar sus cómodos despachos y a tratar de llegar al lago por el camino de montaña. No lo van a poder hacer, no queremos que nos mientan más. Para nosotros, el único acceso al lago es el acceso por Tacuifí”, advirtió el secretario de ATE.

Aguiar sostuvo que esta octava marcha a lago Escondido “cobra más sentido que nunca, porque se da justo cuando nuestro país atraviesa un momento crucial”. Y agregó: “Por el voto popular llegó al Gobierno una fuerza política que pretende no sólo arrasar con todos nuestros derechos y que en cuestión de sólo semanas multiplicó la inflación y la pobreza, sino que quiere entregar gran parte de nuestro patrimonio y una gran extensión de nuestro territorio nacional. Llegamos hasta aquí para darle continuidad al proceso de defensa de la soberanía de nuestro país”.

En la misma línea se expresó el integrante de la Fundación Interactiva para la Cultura del Agua (Fipca), Alejandro “Vikingo” Meyer: “Esta marcha implica mostrar que no estamos moralmente derrotados. Significa resistencia apoyada en la legitimidad de seguir sosteniendo un proyecto de sociedad que incluya a todo el pueblo, donde haya menos privilegios y más equidad”.

En septiembre de 2023, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro rechazó el acceso al Lago Escondido por el Camino de Tacuifí: admitió así parcialmente los recursos de casación interpuestos por la Fiscalía de Estado rionegrina y la empresa Hidden Lake S.A., del empresario Lewis.

El fallo precisó que el único camino incluido en una sentencia previa (del propio STJ en su anterior conformación) es la traza larga, es decir, un camino de montaña de unos 30 kilómetros que comienza en la confluencia de los ríos Azul y Encanto Blanco, cerca de El Bolsón. Eso significa que quienes quieran visitar el espejo de agua deben recorrer un extenso sendero de montaña que, según denuncian diversas organizaciones, se encuentra intransitable.