Milei y las encuestas | El Presidente mantiene un apoyo sólido, pero que también tuvieron sus antecesores a tres meses de asumir

Durante el transcurso de estos primeros tres meses de gobierno –que se cumplen hoy– , el presidente Javier Milei, en reiteradas oportunidades, sacó pecho de lo que entiende es su gran capital político: el termómetro social.

Pese al agravamiento de algunos indicadores sociales y económicos –y algunos retrocesos moderados en su imagen–, las consultoras de opinión pública reflejan en sus trabajos un respaldo significativo por parte de un amplio sector de la sociedad a los primeros pasos que da el Gobierno.

Es, junto con los números del balotaje, la fuente en la que abreva el discurso “anticasta”, y una carta que el Gobierno suele contraponer a su sonora minoría en el Congreso, expuesta ya con el temprano naufragio de la primera versión de Ley de Bases.

Pero, ¿es acaso una particularidad de esta gestión contar con un fuerte apoyo popular en los primeros meses gestión?

Un ejercicio retrospectivo ratifica la vigencia de la famosa “luna de miel” con la que cuentan los gobiernos en sus inicios y echa un manto de dudas sobre el brillo de aquello que el oficialismo exhibe como su gran talismán.

Según trabajos de Aresco y Management and Fit, dos consultoras con recorrido suficiente para desempolvar los números de las anteriores jefaturas de Estado, ese respaldo en la opinión pública no es exclusivo de este gobierno: impelidos por el envión de las urnas, todos los exmandatarios contaron con un “veranito” al inicio de su mandato y llegaron con números favorables al inicio del cuarto mes.

De entre todos ellos, Milei es el presidente que más tempranamente consolidó un polo de rechazo. Según la consultora que dirige Federico Aurelio, en este indicador desfavorable, el Presidente supera a Cristina Kirchner en su segundo mandato por casi 10 puntos, a Mauricio Macri por más de tres, y a Alberto Fernández por casi 6. Desde la “aprobación”, los números de Mariel Fornoni, al frente de Management and Fit, señalan en la misma dirección.

Otros indicadores

La primera prueba de ello la aportó el propio Milei a comienzos de la semana pasada. Los coletazos con los gobernadores todavía vibraban, las organizaciones sociales insinuaban conflicto, y el calendario dictaba que el Presidente debía hacer nuevamente pie en el Congreso para abrir las sesiones ordinarias.

Exultante, citó aquel lunes una encuesta de la consultora Aresco que reflejaba un incremento de 12 puntos en el entusiasmo que despertaba el rumbo económico de su gestión (del 30% al 42,3%).

El informe que compartió el Presidente comprende los últimos 11 años y recoge el mismo parámetro durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández, cuyas gestiones, en sus inicios, también experimentaron –aunque con matices– un subidón en las expectativas.

“En la gestión Macri subió de 40 a 52% y en la gestión Fernández de 30 a 52″, precisa Aurelio, director de la consultora. “Con lo cual, en el inicio es normal que un nuevo presidente genere crecimiento [en las expectativas]. Es cierto que no estaban tan bajas en el inicio de la gestión Macri y en la de Fernández el crecimiento fue parecido al de Milei. Pero hubo crecimiento en los últimos tres. Inclusive en el inicio de Macri y de Alberto Fernández llegó a valores más altos”, explica el especialista.

Otro enfoque comparativo, dentro del cual la imagen presidencial es solo una variable más, es el Índice de Confianza en el Gobierno que la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) publica de forma mensual y que elabora la consultora Poliarquía. Bajo esta luz, y siempre con el fin de febrero como eje comparativo, los presidentes gozaron de una confianza más o menos similar en sus primeros tres meses.

El informe, que abre un espectro que empieza en 0 y termina en 5, le otorga 2,57 puntos de confianza a Milei, apenas unas décimas por encima de los 2,27 puntos de Alberto Fernández para el fin de trimestre y otras pocas por debajo de los 2,86 que Macri capitalizó en el mismo período. Al inicio de su segundo mandato, Cristina Kirchner contaba con casi idénticos niveles de confianza que la actual gestión: 2,56 contra los 2,57 puntos del Presidente. Total paridad.

Si se toma el caudal de votos como plataforma de comparación, todos los presidentes experimentaron un crecimiento en su imagen al momento de concluir el primer trimestre de mandato, tal como muestran los datos de Aresco.

El contexto, ineludible

“La diferencia en el contexto es enorme. Ninguno de los otros [presidentes] tuvo el nivel de ajuste económico e inflación que está teniendo Milei en estos primeros meses”, señala Alejandro Catterberg, director de Poliarquía.

Para los especialistas, el contexto es insoslayable en este juego comparativo: las medidas de shock que impulsó el oficialismo –anunciadas durante la campaña e inéditas al inicio de una gestión– redundaron, entre otras derivas, en un profundo deterioro del poder adquisitivo y un significativo crecimiento de la pobreza, según los datos de la UCA.

“Son comparaciones que deben hacerse con mucho contexto”, refuerza Valentín Nabel, director de la consultora Opinaia. “En tres meses Milei impulsó reformas profundas, o proyectos de reformas, y un ajusto brutal casi sin precedente”, advierte.

Junto con su socio, Juan Mayol, enlista razones por las que el Presidente, pese a la antipática batería de medidas que motorizó y los indicadores adversos de la economía, cuenta con el respaldo de una parte importante de la opinión pública. Señala que en cierto sector de la sociedad existe una “predisposición a hacer un esfuerzo”, y que la responsabilidad de la inflación todavía “es adjudicada al Gobierno anterior”.

Además, refiere Nabel, algunas iniciativas como el protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuentan con amplio apoyo. Detecta, a su vez, un consenso extendido respecto a la inviabilidad de los niveles de gasto público y la “necesidad” de un ajuste fiscal.

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