Trabajan en el Ministerio de Defensa para dar más atribuciones a las Fuerzas Armadas ante ataques externos

El Gobierno de Javier Milei analiza habilitar a las Fuerzas Armadas a intervenir en seguridad interior ante una agresión de una organización terrorista, como ocurrió en Israel con Hamas, el 7 de octubre del año pasado. Para eso habría que modificar el decreto 727/2006 firmado por Néstor Kirchner, que limita esa posibilidad ante el ataque de un ejército extranjero.

Milei llegó con la prédica de reconfigurar la relación del Poder Ejecutivo con las Fuerzas Armadas y brindarles nuevas herramientas en el marco de un clima mundial teñido por ataques terroristas, la invasión de Rusia a Ucrania y diferentes hechos de violencia, como lo ocurrido en Ecuador en la última semana. Con esto en mente, el Ministerio de Defensa planea una batería de modificaciones: nuevas facultades ante ataques externos, mayor presencia en las fronteras, disponer de inteligencia externa para custodiar puntos estratégicos del país y otorgarle asistencia a las Fuerzas de Seguridad internas.

Según pudo saber LA NACION, la primera intención de la cartera conducida por el radical Luis Petri, sería modificar el decreto firmado por Kirchner y el entonces de jefe de Gabinete Alberto Fernández, que establece que las Fuerzas Armadas solo pueden intervenir ante ataques del exterior siempre y cuando sean realizados por fuerzas de otros Estados. En este caso, ante un eventual ataque de un grupo terrorista como el que produjo Hamas contra la población de Israel, no podría intervenir el Ejército, ni la Fuerza Aérea, ni la Armada.

“Se excede y limita las facultades”, dijeron a este medio altos funcionarios de Defensa. “Se tiene que modificar. Lo vamos a impulsar”, aseguraron. “Tenemos que tener la capacidad de que se pueda intervenir ante ataques del exterior de organizaciones terroristas”, explicaron.

De la misma forma, las autoridades de Defensa intentarán llevar adelante ampliaciones en la Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN), para poder producir inteligencia externa. En lo específico, el Ministerio habló sobre identificar “objetivos estratégicos” de la Argentina que pudieran llegar a ser blanco de algún ataque o maniobra externa, como podría ser el yacimiento de Vaca Muerta, vigilarlos, y tomar medidas precautorias.

“Poder involucrar a las Fuerzas Armadas en estos casos es clave”, expresaron. Sin embargo, aclararon que aún resta definir cuáles podrían ser estos objetivos estratégicos y que se están haciendo los análisis pertinentes. Recalcaron que está completamente vedada la posibilidad de utilizar esa inteligencia en el interior del país. “Hoy cada fuerza tiene su división de inteligencia y el ministerio tiene la Dirección Nacional de Inteligencia y Estrategia Militar (Diniem), que se ocupa de dar información proveniente del exterior. Necesitamos que los servicios de inteligencia hagan lo que la ley les dice que tienen que hacer”.

Por otro lado, al igual que como se pretende en distintos puntos de la ley ómnibus enviada al Congreso, el Ministerio de Defensa busca “desburocratizar” la asistencia que podrían darle las Fuerzas Armadas a las fuerzas dependientes del área de Seguridad, que conduce Patricia Bullrich.

En este aspecto, según explicaron a LA NACION, hoy se necesitan cumplir ciertos pasos antes de prestarle un helicóptero para patrullaje a la Gendarmería. ”Para poder usar nuestras Fuerzas Armadas en apoyo logístico a las Fuerzas de Seguridad, hay que llamar a un comité de seguridad interior y después a un comité de crisis. Nada justifica el engorroso tratamiento burocrático”, insistieron y aseguraron que la asistencia solo se limitaría a servicios logísticos y de transporte.

Por último, pretenden renovar la presencia en las fronteras. Hubo quejas sobre el manejo en los años de los gobiernos kirchneristas por la posición a la que se relegó a las Fuerzas Armadas, pero remarcaron que un mayor despliegue disuasorio en las fronteras marinas, terrestres, aéreas y cibernéticas, ayudaría a evitar ataques externos de toda índole, y que se trata de funciones que ya tienen otorgadas las fuerzas, pero que dependen del apoyo político.

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