Son mucho más que lugares pensados como un posible escape, sino que tienen todo tipo de amenities de lujo.
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¿Los grandes millonarios saben algo que el resto de la sociedad no? En el último tiempo, distintos magnates, principalmente ligados al mundo de la tecnología, comenzaron a invertir en la construcción de sus propios búnkers, equipados con todas las comodidades y provisiones para utilizarlos en caso de que sea necesario.
Desde sótanos, pasando por mansiones subterráneas y hasta islas privadas, todos los sitios tienen inversiones en tecnología de máxima seguridad y están diseñados para permanecer allí durante largo tiempo.
Así es el caso de Mark Zuckerberg, el CEO de Meta, que se encuentra en plena construcción de un emporio en la isla de Kauai, Hawaii. El desarrollo contará con un subterráneo de 500 metros cuadrados y puertas a prueba de bombas, para el cual destinó millones de dólares.
El creador de Facebook compró en 2014 tierras en la isla hawaiana por €156 millones. En la cual los trabajadores contratados para el proyecto están sometidos a un estricto acuerdo de confidencialidad, ya que el operativo es completamente secreto y Zuckerberg nunca quiso dar detalles. Pero, a pesar de esto, varios detalles fueron filtrados.
Según la revista Wired, que pudo acceder a los planos que aparecen en documentos públicos, el complejo cuenta con más de una docena de edificios conectados a dos mansiones a través de caminos subterráneos, y además se prevé que el lugar sea autosuficiente de agua y electricidad.
En cuanto al espacio subterráneo, los planos muestran que tiene 500 m², con un espacio habitable, una sala de computadoras y una compuerta de escape a la que se accede por una escalera.
Un edificio bajo tierra
Sesenta metros bajo tierra se presenta un desarrollo con propiedades para el “fin del mundo”. Un excontratista del gobierno de Estados Unidos creó en Kansas una innovadora propuesta: Larry Hall habla de techos altos y espaciosas salas de estar, pero lo que en verdad hace único al desarrollo inmobiliario, en su opinión, es la capacidad para sobrevivir el apocalipsis.
Hall transformó una bóveda que servía para almacenar misiles nucleares del ejército estadounidense en un condominio de lujo construido 15 pisos bajo la corteza terrestre. Según el diario The Sun, dijo que la idea de su proyecto nació a raíz de los ataques ocurridos el 11 de septiembre de 2001.
Los 12 departamentos del Survival Condo (condominio de la supervivencia), el sitio construido por Larry Hall, se vendieron con precios iniciales de US$1.300.000, que, cuando comenzaron a comercializarse, todas tuvieron dueño en pocos meses. Para el magnate esto no solo es un negocio. “Estoy salvando vidas”, dijo en una entrevista.
El condominio tiene una superficie de más de 5000 metros cuadrados, además de tener la suficiente capacidad de provisiones para que los residentes puedan vivir durante cinco años o más, según cuenta The Sun.
Survival puede resistir la onda expansiva de una explosión de una bomba atómica de 20 kilotones (el poder aproximado de la que fue arrojada en Nagasaki a finales de la Segunda Guerra Mundial), que haya estallado a poco menos de un kilómetro de distancia. Esto es posible gracias a que está fabricado con un cemento especial que se puede doblar sin fragmentarse tras recibir una onda de choque.
Un pueblo subterráneo
Según contó en su libro Survival of the richest el reconocido escritor y profesor Douglas Rushkoff, en 2022 fue invitado a un complejo privado de superlujo para dar un discurso de apertura ante lo que supuso sería “un centenar de banqueros de inversión”.
Allí, Rushkoff comentó que cinco millonarios (de los que no dio nombres) preguntaron repetidamente sobre las mejores formas de sobrevivir al cambio climático o al colapso social, mientras los ejecutivos detallaban sus planes para construir refugios subterráneos y evitar lo que llamaron “El evento”.
“El evento. Ese fue su eufemismo para el colapso ambiental, el malestar social, la explosión nuclear, la tormenta solar, el virus imparable o el ataque informático malicioso que acaba con todo”, dijo Rushkoff en su libro.
En una publicación para The Guardian, Rushkoff destacó algunas de las compañías de supervivencia que los millonarios están empleando para construir su escape, incluidas Vivos y Rising S Company. “Se estaban preparando para un futuro digital que no tenía nada que ver con hacer del mundo un lugar mejor”, cuenta el escritor.
En este sentido, la empresa Vivos se dedica a vender instalaciones reconvertidas de la Guerra Fría y silos de misiles en todo el mundo. Tal es el caso de Europa One, uno de los proyectos más lujosos de la compañía. Por lo tanto, se puede deducir que estas personas construyeron refugios muy parecidos a este complejo de departamentos subterráneos de lujo.
Ubicado en Alemania, Europa One funcionará como un pequeño pueblo subterráneo donde las personas podrán reunirse en áreas comunes, así como mantener su propio espacio privado. También ofrecerá a las familias individuales más de 230 m² de espacio habitable y numerosos servicios. Los residentes también contarán con su propio alojamiento privado de lujo, así como un bar, capilla y piscinas comunitarias. Diseñado para atender la salud mental de los residentes e intentar simular la luz natural, el lugar también contará con una sala de cine, un jardín y una bodega.
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