Después de un largo proceso de recuperación física y emocional que la alejó de la vida pública durante quince meses, Charlene de Mónaco (44) retomó su agenda institucional. Fue el pasado sábado 30 durante la nueva edición de la fórmula E –una categoría de competición de monoplazas eléctricos organizada por la Federación Internacional del Automóvil–, donde acompañó a su marido, el príncipe Alberto II (64) y sus dos hijos, los mellizos Jacques y Gabriella (7).
La última vez que la princesa se mostró en público fue el 9 de febrero del año pasado, durante el torneo de rugby Mónaco Sevens en el estadio Luis II del principado. Un mes después se embarcó en un viaje a Sudáfrica para promocionar la lucha contra la caza del rinoceronte; sin embargo, una severa infección otorrinolaringológica extendió su estadía en el país. Con su salud aún frágil, Charlene recién regresó a Mónaco en noviembre pasado y lejos de reincorporarse a los compromisos públicos, prefirió mantenerse a resguardo. A través de un nuevo comunicado, su marido anunció que ella había decidido ingresar en una clínica de Europa (no especificaron cuál ni dónde queda) para restablecerse de un “profundo agotamiento físico y emocional”. El 12 de marzo pasado, se anunció su regreso y días después, la familia al completo compartió una postal del festejo de Semana Santa en los jardines del palacio. Poco a poco, la ex nadadora olímpica retoma su vida de princesa pública. Con un mejor semblante y una melena supercorta, vuelve a salir a la pista.
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