Celina Saubidet es escultora y diseñadora de joyas. Sus obras tienen una notable conexión con la naturaleza en sus formas, temas y tramas. Siempre le gustó estar en contacto con las plantas, disfruta trasplantar, armar nuevas macetas de suculentas y mantener su jardín en constante movimiento.
La casa que habita Celina en Vicente López, junto a su marido el fotógrafo Urko Suaya y sus hijos, es de estilo racionalista, neutra, realizada en la década de 1960 por Enio Badíi, un constructor hijo de marmoleros italianos, hermano del escultor argentino emblemático del siglo XX, Líbero Badíi.
Cuando hicieron las refacciones, la mayoría de las plantas originales no sobrevivieron y entonces se decidieron por armar un jardín de estilo bien tropical.
De naturaleza salvaje
La idea original fue hacerlo frondoso y un poco salvaje, con mezcla de plantas tropicales que aislaran la casa de las medianeras vecinas.
Desde ese momento, año tras año, nunca dejaron de agregar nuevas especies. “Dependiendo de mi tiempo, me involucro más físicamente o solo intelectualmente, pero siempre me gustó el contacto con las plantas”.
Donde brota el arte
Entre la exuberancia, no podían faltar algunas de las obras hechas por Celina en su taller, como el corazón con sus arterias, que es el molde matriz de una gran pieza de fibra de vidrio, que indica el camino a recorrer hasta la puerta.
Frente a la entrada, está La Crisálida, una escultura inspirada en los capullos que construyen ciertos insectos para su proceso de metamorfosis.
La exuberancia se repite en cada rincón del jardín y en los accesos a los distintos ambientes de la casa
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