Amenazas: confirmaron las condenas contra 21 miembros de la banda que extorsionaba a comerciantes de La Salada

La Cámara de Casación penal bonaerense confirmó las condenas de entre 3 y 8 años de cárcel para 21 integrantes de la denominada banda de La Salada que se dedicaba a extorsionar a comerciantes y vendía protección a la gente que llegaba al predio, situado en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, en los tours de compras.

En una resolución, dictada por los jueces Víctor Violini y Rocardo Borinsky, de la Sala III, del mencionado tribunal, se dispuso el rechazo de los recursos presentados por los abogados de los 21 condenados que, en marzo de 2022, habían aceptado someterse a un juicio abreviado.

Las defensas de los 21 condenados habían solicitado a la mencionada sala de la Cámara de Casación Penal que declarara la nulidad de algunas pruebas, tuviera algunos hechos por no acreditados y, en definitiva, redujera las penas.

Según fuentes judiciales, en la resolución, de 138 páginas, los jueces consideraron que “las pretensiones volcadas en los recursos estaban en notoria contradicción con los mismos actos de las defensas en la instancia inferior y eran infundadas e inatendibles, por lo que no correspondía hacerles lugar y la sentencia del tribunal oral debía ser confirmada”.

Esas penas habían sido acordadas por la fiscalía y las defensas en una sentencia que fue homologada por el Tribunal Oral N° 8, de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Gustavo Ramilo, Alejandro Sgarlata y Nicolás Amoroso.

Para la Justicia, los 21 condenados, con distintos grados de participación, fueron responsables de haber integrado una asociación ilícita que operaba como fuerzas parapoliciales, se arrogaron la administración del espacio público y aplicaron castigos corporales pretendiendo reemplazarse a la Justicia.

Además de eso, amenazaban con armas blancas o de fuego a quienes les alquilaban los puestos y a los vecinos y se apropiaban de dinero y mercaderías. También coaccionaban y agredían físicamente a vecinos, feriantes y carreros y encubrían delitos.

Entre los sentenciados en un juicio abreviado, lo que implica el reconocimiento de los cargos, se encuentra Adrián Castillo. Su tío, Jorge Castillo, conocido como “El Rey de la Salada”, decidió esperar el juicio oral. Acusado de ser el presunto jefe de la asociación ilícita que extorsionaba a vendedores ambulantes para dejarlos instalar sus puestos en el espacio público adyacente al gigantesco predio de la feria de gangas, está libre. Fue beneficiado por una excarcelación dictada por una sala de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora. Pero en caso de que lo condenen, podría recibir una pena mayor.

Adrián, el sobrino de Jorge Castillo, recibió una de las penas mayores -ocho años de prisión- al admitir su responsabilidad como organizador de la asociación ilícita que obligaba a los vendedores ambulantes a pagar importantes sumas de dinero a cambio de permitirles poner sus mostradores de un metro cuadrado.

Según la acusación presentada por el fiscal general adjunto de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera, los condenados aplicaron la intimidación pública para aterrorizar a los vendedores, y a los que no les pagaban, les destruían sus mercaderías. Por eso, habían sido imputados por daño calificado, encubrimiento agravado, estafa en grado de tentativa y tenencia de armas de guerra.

La sentencia dictada por la Cámara de Casación incluyó a Manuel Hugo Castillo, hermano del denominado Rey de La Salada, condenado a tres años de prisión; Rodolfo Javier Almirón, Gladis Analía Almirón, Elcira Gladys Arrieta, Oscar Alberto Arrieta, Eduardo Ángel Batistoni, Marisabel Argentina Cordero, Hugo Orlando Fasone, Orlando Domingo Fernández, Sebastián Alberto Fernández, Leonardo Miguel Gaitán, Maximiliano Darío Gómez, Pablo Ramón Gómez, Santo Crespín Gómez, Mauro Daniel Leiva, Lucas Fernando Farías, Gustavo Adrián Moia, Francisco Edgardo Ruiz, Rodolfo Javier Solís y Manuel Gustavo Villalba Pereira.

Analía Almirón se había hecho conocida cuando se viralizó un video en el que aparecía castigando a una “mechera” que había sido sorprendida cuando les robaba a algunos de los miles de visitantes del predio. Además de someterla a un castigo físico, Almirón encerró a la ladrona en una habitación, en lugar de entregarla a la policía.