“Captación y sometimiento”. Condenan a un exfuncionario judicial por trata de personas con fines de explotación sexual
Se trata de Eduardo Garzuzi, que recibió una pena de siete años de prisión; la familia de la víctima -que tenía 20 años al momento de los hechos- hizo la denuncia inicial y ahora pide que sea juzgado otro funcionario de tribunales
CÓRDOBA.- El exfuncionario judicial Eduardo Garzuzi fue condenado a siete años de prisión por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por el abuso de la situación de vulnerabilidad de la víctima, una chica que tenía 20 años al momento de la denuncia. La pena fue dictada por el Tribunal Oral Federal N°1, a cargo de Carolina Prado.
El fallo se produjo en el marco de la “causa Nora”, que se inició hace tres años, cuando la familia de la joven de ese nombre hizo una denuncia por trata para conseguir su rescate. Apuntaron contra Garzuzi y Eduardo Zanello, también funcionario judicial, a quien señalaron como el supuesto “entregador”.
Zanello fue quien entró en confianza con Nora y, de a poco, comenzó un “proceso de captación y sometimiento” que a fines de 2019 profundizó Garzuzi con fines de explotarla sexualmente.
La joven fue rescatada el 5 de junio del 2020. En su teléfono se encontraron mensajes y fotos enviados por el exfuncionario judicial en los que le ofrecía drogas y alcohol.
Prado entendió que en el juicio se comprobaron los hechos denunciados por la familia de la víctima, y que no fue un caso más de violencia de género, sino que el hecho debía ser encuadrado como un delito de trata de personas. Garzuzi fue condenado también a hacer una “reparación económica” a la víctima por $2.058.712.
Cuando la madre de Nora hizo la denuncia, la joven de 20 años tenía “consumo problemático de drogas”; el victimario aprovechó su adicción para obligarla a alejarse de su familia, someterla, golpearla y violentarla recurrentemente. En la presentación se señaló que la explotaba con fines sexuales y la mantenía en “condiciones deplorables” con ayuda de otras personas.
Presiones, visitas indebidas y aleccionamiento
Cuando fue rescatada, fue internada involuntariamente por su consumo problemático de drogas; según señaló la familia de la víctima, en el lugar de internación la chica recibió a uno de los denunciados, quien se hizo pasar por su padre y le entregó “objetos que no estaba autorizada a tener”. Garzuzi trabajaba como funcionario judicial de Tribunales II, en la Dirección de Policía Judicial.
En una de las audiencias del juicio, la víctima contó que Garzuzi la había “preparado” para decir que “si pasaba algo, ella tenía que sostener que eran pareja y que ella lo amaba”.
Natalia, hermana de Nora, relató en su declaración que un día –ante el pedido de la joven– la fue a buscar a un departamento céntrico: “Cuando la vi, estaba muy mal. Bajó por unos minutos y estaba toda sucia, drogada, con la ropa sucia , descalza, no recuerdo bien, pero tengo el recuerdo de que estaba descalza, que tenía los pies inmundos”.
El hombre la invitó a subir y, según relató, le comentó que “le estaba enseñando a drogarse”. “Estaban en una etapa de aprendizaje. De aprendizaje, así me decía”, declaró. Del departamento describió que “había ratas”. ”No me olvido más de eso, había dos ratas”, afirmó; se refería a unos hámster que tenía Garzuzi y que andaban sueltos por el lugar.
Frente al fallo, la hermana de Nora señaló: “Si bien la condena es menor a los 10 años que pidieron la fiscalía y la familia, a través de la querella, creemos que los hechos por los cuales Garzuzi fue acusado fueron probados y que la Justicia tuvo que reconocer que Garzuzi es responsable del delito de trata agravado por la explotación sexual, por el aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad de mi hermana y por las amenazas a mi familia y particularmente a mi mamá, amenazas que buscaban garantizar que no denunciáramos lo que estaba haciendo y, así, garantizarse la impunidad. Pero este paso adelante, importante, nos permite además avanzar en la causa contra Eduardo Zanello, también funcionario judicial de la provincia y cómplice de Garzuzi en el delito por el cual seguramente mi hermana no es la única víctima. Vamos a seguir peleando para que haya justicia.”
En tanto, Miriam Sabatino, madre y querellante, dijo: “Estamos conformes porque logramos un poquito de justicia para Nora y también, para todas las víctimas de trata, todas las Noras que no están. Creemos que es un importante precedente, porque lo que denunciábamos respecto de la complicidad de la Justicia y la policía en las causas de trata quedo probado. Garzuzi no era cualquier tipo, era un funcionario de la Justicia provincial y actuaba con total impunidad, por eso creyó que amenazándome nos iba a intimidar. Quiso culpabilizarnos, quiso responsabilizar a la familia y avergonzarnos. Pero no lo consiguió. Y si hoy llegamos hasta acá, es también por todo el movimiento de mujeres, la Asamblea Ni Una Menos, las organizaciones y referentes sociales, de derechos humanos y políticas que nos acompañaron y vamos a seguir adelante porque uno de los cómplices de Garzuzi, Eduardo Zanello, aún no fue juzgado. Vamos a esperar a la lectura de los fundamentos del fallo para evaluar los pasos a seguir”.
El fallo completo estará disponible dentro de los cinco días hábiles, es decir, antes del lunes próximo.
Finalmente, Margarita Meira, de la organización Madres de Víctimas de Trata, señaló: “Cuando rescatamos a una chica, la rescatamos del prostíbulo, no la rescatamos de una carnicería. Ellos negocian con sus cuerpos. Ellos las prostituyen, las queman, las golpean y cuando ya su cuerpo no resiste, las matan y con la complicidad de los fiscales las entierran como NN”.
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