Femicidio en Villa La Angostura: el novio de la víctima había sufrido el asesinato de su madre en 2009
Roberto Yevenes estaba con Guadalupe Curual cuando el ex de ella la mató de una puñalada, la semana pasada; hace once años, en la antevíspera de la Navidad, su padre hizo lo mismo
Roberto Yevenes era la pareja actual de Guadalupe Curual, la joven de 21 años asesinada de una puñalada en el centro de Villa La Angostura por su expareja Bautista Quintriqueo. Él mismo resultó herido al intentar defenderla. En ese momento revivió el drama que hace más de once años trastocó su vida: el 23 de diciembre de 2009, en Plottier, su padre, José Luis Yevenes Hermosillo, mató de una puñalada en el corazón a su madre, Martina Gladys Epulef, de 51; era la antevíspera de la Navidad y estaban en plena tratativa de divorcio.
El martes de la semana pasada, él y Guadalupe estaban en su auto, con la hija de ella, de un año, sentada en el asiento trasero. Estaban estacionados frente al cajero del Banco de la Provincia de Neuquén, en el centro de la localidad lacustre, cuando apareció Quintriqueo, los increpó y amenazó con un cuchillo. Yevenes bajó del auto y tras mantener una pelea con el agresor, resultó herido en el rostro. Guadalupe salió corriendo en busca de ayuda, pero a los metros fue alcanzada y asesinada por su ex.
Mientras que Yevenes fue asistido por bomberos voluntarios del cuartel que está ubicado a 50 metros del lugar del hecho, otros dos policías -una pareja que estaba de vacaciones en la comarca andina y circunstancialmente pasaba por allí- redujo y detuvo a Quintriqueo.
Sobre el estado en el que encontraron a Yevenes tras el ataque, Andrea Marín, una de las bomberas del cuartel, contó a Telefé Neuquén: “Estaba muy herido; es la primera vez en todos los años en que he sido bombera, que veo a una persona así, tan de cerca. Estaba con su rostro y sus brazos llenos de sangre”.
Drama repetido
De la misma manera que fue asesinada Guadalupe, hace once años la madre de Yevenes salía de su casa cuando fue interceptada por su marido, con quien estaba en trámite de divorciarse. Tras una breve discusión, Yevenes Hermosillo le clavó un cuchillo de 16 centímetros y le atravesó el corazón; le dio una segunda puñalada, en la cadera. Ella murió en el acto. Él quedó internado porque intentó, con la misma arma, suicidarse con una cuchillada en el abdomen.
Epulef, al igual que tantas otras mujeres víctimas de femicidio, lo había denunciado en varias ocasiones. La primera fue un año antes, en noviembre de 2008, por “insultos y golpes -de puño y patadas-, y sometimiento sexual”. Debió intervenir el Juzgado de Familia, que dispuso que “el imputado se abstenga de ejercer actos de violencia”.
Sin embargo, a pesar del requerimiento de la Justicia, la violencia por parte de él no ceso. A principios de 2009 fue nuevamente denunciado, luego de que arremetiera con golpes contra la víctima. Esta vez, el Juzgado de Familia dispuso rondines policiales para salvaguardar la seguridad personal de la mujer. El hombre vivía en una casa que se había construido en el mismo terreno donde la víctima vivía con dos de sus hijos, que luego, en el juicio, afirmaron: “No la dejaba en paz, no le permitía rehacer su vida, la perseguía, asediaba y tenía conductas violentas”.
Las medidas de la Justicia no evitaron que Yevenes asesinara a Epulef, que murió siete días después de haber iniciado los trámites de divorcio con el femicida.
“Martina fue una luchadora; reconociéndose como víctima de género, primero, y luego superándose día a día logró salir de ese círculo que la hacía vulnerable”, resaltaron en un homenaje publicado a diez años de su asesinato en la cuenta de Facebook de la Municipalidad de Plottier, donde la mujer trabajaba. “Ella es una de las que ya no están en Plottier, una víctima más del poder machista y misógino, víctima del punto más extremo de la violencia hacia la mujer”, reclamaron.
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Publicado por Robert Yevenes en Miércoles, 23 de diciembre de 2020
En 2010 Yevenes Hermosillo fue condenado por la Cámara en lo Criminal Primera de la ciudad de Neuquén, a cargo de los jueces Mario Rodríguez Gómez, Luis María Fernández y Héctor Rimaro, a prisión perpetua. La causa estaba caratulada como “homicidio calificado por el vínculo”, debido a que en el año en que ocurrió el hecho aún no había sido incorporada en el Código Penal la figura del feminicidio o femicidio, que se incorporó recién en 2012 como una agravante del delito de homicidio.
Pese a esta incorporación y al intento de poner freno a los femicidios, cada vez son más las mujeres asesinadas. Durante los dos primeros meses del año, según reportó la organización MuMaLa -Mujeres de la Matria Latinoamericana-, fueron cometidos en Argentina un total de 47 femicidios. Como ocurrió con Guadalupe y Martina, el 29% de las víctimas asesinadas durante el mes pasado había denunciado antes a su agresor.
Una mujer es asesinada cada 30 horas. Pero los femicidios no son solo cifras: son mujeres a las que se les impidió vivir, proyectarse hacia el futuro. Son niños y niñas que perdieron a su madre y familias enteras devastadas por la violencia machista.
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