Violencia sin freno: por la serie de ataques a balazos no venderán combustible entre las 22 y las 6 en Rosario

ROSARIO.– En medio del cierre de la campaña electoral, una sucesión de ataques a balazos a estaciones de servicio –cuatro en dos días– provocó conmoción y derivó en una medida inédita: no se podrá cargar combustible entre las 22 y las 6 porque estos negocios cerrarán, debido a esta ola de atentados, cuyo móvil apunta solo por ahora a intimidaciones de alto impacto.

Este viernes a la madrugada, la estación de servicio YPF situada en Ovidio Lagos al 5200, en la zona sur, fue blanco de alrededor de 11 balazos. Lo llamativo es que se encuentra frente a la Jefatura de Policía de Rosario.

El ministro de Seguridad de Santa Fe, Jorge Lagna, dejó entrever que podría tratarse de un mensaje político en el cierre de la campaña electoral.

“La policía se ha movido mucho durante los últimos días y esto genera impacto en el mundo criminal”, afirmó el funcionario.

Las sospechas de la Justicia es que los ataques se ordenan desde la cárcel de Piñero, situada a 20 kilómetros de Rosario, donde los últimos días se produjeron reestructuraciones en los pabellones donde se encuentran detenidos eslabones medios de las bandas narco, cuyos líderes están alojados desde julio pasado en las prisiones federales de Marcos Paz y Ezeiza.

Desde anteanoche se organizó un operativo especial de custodia en las estaciones de servicio, ante el temor de empleados y de los empresarios de que continuaran los ataques a tiros.

Los atentados continuaron hoy a la madrugada y lo más llamativo para las autoridades es que los balazos impactaron en los vidrios de la YPF que se encuentra frente a la Jefatura de Policía.

La seguidilla de ataques a balazos comenzó el martes pasado. Ese día fue baleada la Axion de San Martín y Saavedra, en la zona sur de Rosario. Ese negocio pertenece a Daniel Giribone, expresidente de la Cámara de Estaciones de Servicio, quien admitió por Radio Dos que “no le encuentra explicación al ataque”.

El hecho se produjo a las 23.30, cuando dos hombres que se trasladaban en una moto dispararon por lo menos cinco balazos contra los vidrios del mercado de la estación de servicio.

No hubo heridos, pero los balazos destrozaron el local. “Levantaron cinco vainas, pero supongo que fueron más los disparos para romper todos los vidrios que rompieron”, sostuvo el empresario.

Al otro día otras dos estaciones de servicio fueron blanco de ataques a balazos, con metodologías similares. Una expendedora de GNC que se encuentra en Mendoza y Circunvalación, en la zona noroeste de esta ciudad, fue atacada por hombres que circulaban en una moto.

Ese lugar fue escenario de un crimen el 6 de septiembre pasado, cuando un sicario se bajó de una camioneta y ejecutó a un hombre en el playón. Ese día habían asesinado al testigo Carlos Arguelles en su taller mecánico. Este hombre iba a declarar contra su exjefe, el narco Esteban Alvarado, preso en el penal de Ezeiza.

Se sospecha es que los dueños de la empresa habrían recibido antes llamados extorsivos. “En muchos locales de la zona sur están pidiendo 40.000 pesos por mes o 10.000 por semana a cambio de no recibir disparos. En la mayoría de los casos este tipo de extorsiones se producen desde la cárcel de Piñero”, advirtió el fiscal Federico Rébola a LA NACION, que investiga las llamadas “balaceras”

Anteayer otra estación de servicio de Villa Gobernador Gálvez fue tiroteada. Los disparos que realizaron dos hombres en moto impactaron en el minishop y en un auto estacionado. Según los primeros peritajes, los ataques usaron proyectiles calibres .380.

Luego de que se conocieran esta saga de ataques contra las expendedoras de combustible, el titular del Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicios, Garages, Playas y Lavaderos Automáticos, Ismael Marcon, anunció que no se venderá combustible entre las 22 y las 6, como medida preventiva. El gremialista sostuvo que le expresaron su preocupación sobre estos episodios violentos a las autoridades provinciales y municipales.

Marcón explicó que los ataques a balazos “persiguen un fin intimidatorio, porque no hay extorsión, pedido de dinero ni llamados previos. Y están logrando su objetivo: la gente está atemorizada, los estacioneros no quieren hablar, los operadores están muy preocupados, e incluso dos o tres de ellos fueron seguidos por automóviles al salir de trabajar”.

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