Campus Party: una carrera de drones con obstáculos fue la gran atracción
Varios aficionados participaron de esta competencia que se desarrolló por primera vez en la Argentina; al evento asistieron más de 5000 personas cada día
En su primera edición en la Argentina, Campus Party tuvo un cierre acorde a su nutrida agenda marcada por destacados expositores, talleres y desafíos, con una llamativa carrera de drones. Desde la apertura del miércoles pasado a cargo del músico y emprendedor Bruce Dickinson hasta el último día, más de 5000 campuseros asistieron todos los días al evento global más importante de innovación, tecnología y emprendimiento que este año se realizó en Tecnópolis. Unas 1500 personas acamparon allí; llegaron de 21 provincias y 91 ciudades del país, más allá de los visitantes de Uruguay, Chile, Brasil, Colombia y España, y durmieron en 1100 carpas ubicadas en un lugar llamado Village, a pocos pasos del galpón donde transcurría el festival. En el lugar, pudieron disfrutar de una conexión a Internet de altísima velocidad: 10 Gbps.
En un escenario controlado, rodeado por una malla protectora ante posibles colisiones, un grupo de operadores evaluaba el vuelo de sus drones. A diferencia de los modelos comerciales, estos equipos no vuelan para tomar imágenes panorámicas: están preparados para participar de una curiosa carrera de obstáculos en una suerte de grand prix de aficionados, a una incipiente disciplina que busca ser la futura estrella de la escena de los deportes electrónicos.
Y a diferencia de los torneos de videojuego, en las carreras de drones se combinan las habilidades de manejo de los operadores de cada equipo y el armado técnico de los componentes electrónicos en un circuito armado con diferentes tipos de obstáculos. "Es la tercera experiencia abierta al público y una de las más importantes para difundir esta actividad que cada vez gana más adeptos en todo el mundo", dijo Alejandro Pablo Tarsia, socio de Informática Vip, una de las empresas que junto a Fab Lab Argentina estuvieron detrás de la organización del Campus Party Drone Prix, como se denominó la competencia.
Cómo fue la previa de la carrera de drones
Con velocidades que pueden alcanzar los 140 kilómetros, los equipos participantes tuvieron que adaptar sus técnicas de manejo a un entorno de obstáculos bajo techo, más reducido, de 20 metros de largo y 10 de ancho. "De forma habitual, las carreras de drones se hacen en pistas más abiertas, donde pueden desplegar toda su potencia. En esta primer competencia en Campus Party, las colisiones son más habituales por el trazado, y exigen al máximo la habilidad de los pilotos", cuenta Gustavo Iglesias de E6a Team, uno de los participantes que habitualmente se entrena en espacios abiertos al aire libre, en Ezeiza, lejos de los centros urbanos.
Los componentes de estos drones son muy diferentes a los equipos disponibles en el mercado. "Son de competición, cuentan con un cuerpo de fibra de carbono. Son livianos y resistentes a los habituales golpes que reciben por las colisiones que sufren en las carreras", agregó Carlos Blua, del equipo E6a Team.
Cada operador invierte entre 200 y 500 dólares por vehículo, equipado con sensores, transmisores y baterías y, a su vez, está acompañado por otro drone muleto para repuestos. El equipamiento se completa con 500 dólares más que se destinan para el control de mando a distancia y el visor, uno de los accesorios que le dan un toque futurista al control de drone que recorre a toda velocidad, mientras evita los obstáculos del recorrido. Las experiencias más avanzadas en Estados Unidos y Europa se desarrollan en edificios abandonados con obstáculos naturales y artificiales, con vertiginosas transmisiones en directo desde las cámaras de los drones.
Un submundo tecnológico
La agenda de cuatro días tuvo más de 450 horas de contenidos presentes en diferentes talleres, retos y actividades de entretenimiento. Sin embargo, el plato fuerte del Campus Party estuvo en una agenda magistral conformada por expositores como Jon "Maddog"Hall, director ejecutivo de Linux International o Grant Imahara, experto en robótica y electrónica, y mejor conocido por ser una de las figuras del programa televisivo MythBusters, por mencionar algunos de los destacados disertantes invitados a la primera edición argentina.
Para el cierre de las intensas jornadas del Campus Party estuvo al emprendedor Santiago Bilinkis como uno de los expositores del Escenario Magistral, donde compartió sus experiencias sobre cómo crear una start-up en América latina. Por la tarde no pasó inadvertida la presencia de Miguel San Martín, el jefe de Ingeniería de la sección de Guiado y Control del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, que contó toda su experiencia en el desarrollo de los sistemas de la misión que explorará Europa, una de las lunas de Júpiter. Y en formato de videoconferencia, Aubrey de Grey compartió su mirada sobre la longevidad de los humanos y las claves para poder vivir 1000 años.
Los cuatro imperdibles del festival
Con un perfil rockanrolero que no reniega, el líder carismático de Iron Maiden buscó difundir en la charla inaugural del Campus Party sus experiencias prolíficas en áreas tan diversas como emprendedor, creativo, empresario y piloto
La melodía como fuente de energía
Michael Smith contó los detalles de Sustainable Dance Floor, un prototipo que puede generar electricidad gracias a la energía kinética de los participantes de una pista de baile. Con este sistema planea implementar una modalidad económica y amigable para el medio ambiente, ideal para utilizar en espacios con gran movimiento de personas
A pesar de los problemas que tuvo en su escala rumbo a Buenos Aires, nada detuvo a Aubrey de Grey, que estuvo por videoconferencia en el Campus Party. Fue uno de los disertantes destacados de la agenda magistral y acaparó toda la atención de los visitantes por su trabajo como gerontólogo biomédico en la Universidad de Cambridge, con una estrategia que apunta a mantener en óptimas condiciones el cuerpo humano, sin intervenciones ni cirugías, para poder alcanzar los 1000 años de vida
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