En agosto de 2017, el zoológico porteño fue cerrado definitivamente para comenzar la obra de reconversión en Ecoparque; aunque muchos animales fueron trasladados a distintos santuarios, algunos no pueden ser derivados a causa de su avanzada edad, condición física o de salud
Buddy y Ciro (padre e hijo) no podrán volver a su hábitat natural por la dificultad logística que implica mover animales tan altos. Todos los traslados de jirafas se hacen con el ejemplar despierto y de pie porque sus sistemas cardíacos son muy frágiles y sus pulmones son chicos en proporción con el cuerpo. No pueden estar más de 15 minutos acostadas por el sistema de venas en sus cuellos.
Pueden llegar a medir más de 4 metros de altura y casi todos los puentes que bordean la Ciudad de Buenos Aires no superan los 3,9 metros. Si se consiguiera un traslado marítimo o aéreo -en un avión lo suficientemente alto-, el traslado desde su recinto al puerto o al aeropuerto sería una misión imposible.
En julio de 2014 en Johannesburgo, dos ejemplares eran trasladados en un camión hasta que en la ruta apareció un puente demasiado bajo, el conductor no pudo frenar a tiempo, y una de las jirafas murió.
Por lo tanto, Buddy y Ciro van a tener que vivir toda su vida en CABA bajo los cuidados de los veterinarios del Ecoparque.