Coronavirus en la Argentina: en Mar del Plata, descartan que haya turismo este invierno

MAR DEL PLATA.– Nada antes de la primavera. Cualquier chance de recibir turistas en la costa atlántica y el circuito cercano de sierras saltea al invierno y al receso escolar que, lejos de ser una oportunidad para viajar, es una formalidad en tiempos de pandemia. Lo dice bien claro el intendente local, Guillermo Montenegro: "No ponemos una fecha, pero en septiembre tenemos que estar listos para recibir turistas, probablemente con protocolos de trabajo y distintas cuestiones".

En el sector, advierten que ya se están sufriendo crudas consecuencias en rubros como alojamiento y recreación, que llevan 90 días con las puertas cerradas; y restaurantes y bares que, con suerte, apenas lograron abrir la ventanilla para el take away y el delivery.

Los operadores de hotelería y gastronomía reclaman que se declare a esta ciudad en situación de "desastre económico turístico" y claman por la oportunidad de salir de la facturación cero. Mientras tanto las autoridades, celosas de la seguridad sanitaria, mantienen en pie el impensado eslogan que hicieron tronar en vísperas de los últimos fines de semana largos: "No vengan".

Mar del Plata está en Fase 4, detrás de la aspiración de llegar a 21 días sin nuevos contagiados para salir del aislamiento. Una meta que suena inalcanzable para una población de más de 800.000 habitantes, con apenas 42 casos en tres meses y solo cuatro activos.

Esto fue posible para Tandil, que desde hace cuatro días ingresó en la Fase 5 y se permite desde ayer una prueba piloto para que hoteles y cabañas funciones con una modalidad más que original: los huéspedes solo pueden ser tandilenses.

Por eso , dieron la oportunidad para que 60 establecimientos reciban a residentes que buscan cambiar de aire en medio de la cuarentena, aunque sea por un par de días

"Hay que esperar y ser muy prudentes", dice a LA NACIÓN el director de Turismo de Tandil, Rodrigo Inza.

Miguel Lunghi, jefe comunal de este distrito que está libre de coronavirus desde hace más de dos meses, no solo fue una de las voces que más reclamó no quedar atado a la dinámica del resto de la provincia, sino que también alentó el diseño de un plan para regionalizar el turismo.

Interconexión

Inza contó a LA NACIÓN que el denominado "turismo de proximidad" es una posibilidad sobre la que se está trabajando. Apunta a que comunas en similares condiciones, con los debidos controles, puedan interactuar. Es un plan que también incentivan desde el partido de Tornquist –con las bondades de su Sierra de la Ventana–y otros siete distritos de la zona sin casos durante los últimos meses. De todas maneras, deben esperar a alguna flexibilización de la legislación nacional que dispuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio que restringe la chance de viajar entre jurisdicciones si no es con una clara justificación. El turismo está exactamente en el extremo opuesto de las consideradas "actividades esenciales".

Por Pinamar, que también debuta por estos días en Fase 5, el primer paso es la reapertura de la gastronomía. "Siempre con demanda local", aclara el secretario de Turismo del distrito, Juan Ibarguren. El paso siguiente, en sintonía con aquella idea de Lunghi, es generar "corredores turísticos seguros" dentro de la región. En eso están trabajando con Tandil y también con Mar del Plata. "Todos estamos de acuerdo en esa línea", dijo a la nacion.

Mientras tanto la misión es reposicionar como destino turístico a Pinamar y sus localidades satélites. "Seguramente se cambien las preferencias a la hora de viajar pospandemia", aclara el funcionario. Cree que en el corto plazo habrá una mayor demanda de naturaleza, aire puro y baja densidad demográfica.

Quienes son propietarios, pero no residentes esperan su oportunidad de andar por esas playas y son lo más parecido al turismo con valijas listas para llegar a estas costas. Por ahora la política de seguridad sanitaria local mantiene bloqueados los accesos a quienes no tienen domicilio en el distrito o justificación para ingresar